31 oct 2017

¿Un equipo nuevo?


Por Rubén López | rubenlopezfcp@gmail.com

Después del partido que el Dépor disputó ayer en Las Palmas es necesario dejar establecidas dos claves. La primera es que el equipo tiene todavía malos vicios que fue adquiriendo con el tiempo y seguro que aún va a sufrir mucho en enfrentamientos contra equipos de zona alta, pero la segunda clave es la realmente importante en el contexto blanquiazul: dichos malos vicios están siendo visiblemente identificados y paliados por el nuevo técnico, que ayer dejó ver a un equipo que estuvo ordenado, asentado y sabiendo lo que se esperaba de él en todo momento.

En este artículo se repasarán las principales claves de lo visto ayer y de lo que se puede esperar del futuro inmediato.

Portería sin soluciones

De los defectos principales, uno de ellos no tiene solución. Los problemas en la portería no se pueden resolver hasta la vuelta de Rubén, pues tanto Tyton como Pantilimon demostraron sobradamente que no son porteros de Primera División y el gol en contra del encuentro de ayer fue incluso de mal gusto. No se puede competir sin un portero que al menos detenga los balones que todos los demás en la categoría detienen, y quizás una llamada a Àlex Cobo hasta la recuperación del guardameta titular sea una opción a tener muy en cuenta. No obstante, nadie en el club conoce al portero del filial mejor que Cristóbal, y será él quien decida si es una opción o no lo es.

Una fragilidad psicológica que va a mejor

Por otro lado, volvimos a ver ayer otro de esos problemas recurrentes a los que tan acostumbrados estamos durante esta temporada, que es el de un equipo algo desbordado psicológicamente después de encajar gol. De nuevo, el conjunto pareció contagiado algunos minutos tras el gol en contra por una ansiedad y un agarrotamiento que durante varios minutos conllevaron una falta de ideas y de concentración que hicieron temer lo peor, incluso llegando a estar cerca de encajar el segundo después de un rechace de Pantilimon que Vicente mandó al larguero. No obstante, a diferencia de otros partidos, el equipo supo rehacerse antes del descanso y volverse a los vestuarios con empate. Reforzar la mentalidad del equipo es un aspecto clave, pues marca la diferencia entre hundirse y encajar el segundo o venirse arriba para lograr el empate.

Mejora táctica: presión avanzada creando dificultad en el rival para iniciar la jugada

En cuanto al aspecto táctico, la mejoría va dejándose ver poco a poco. Si en la etapa de Mel se veía una formación en la que las líneas se intuían más que verse, en el partido de ayer hubo orden y funciones marcadas en el campo. También se siguió viendo, como ya pasó en el partido de Copa, una apuesta clara por comenzar la presión en posiciones avanzadas. No hubo frecuente suerte en el robo efectivo, pero sí que sirvió para incomodar mucho el inicio de jugadas de Las Palmas y provocar numerosos errores forzados que permitieron recuperar la posesión.

Las bandas, protagonistas del ataque

Cristóbal demostró saber el tipo de juego por banda que necesita al equipo. Hace algunos días comentaba la futilidad de buscar un juego veloz y profundo acabado en centro debido a las condiciones de Lucas, que hacían que al llegar demasiado rápido muchas veces no hubiera rematador en el área. Si bien ese recurso puede ser útil en algunas ocasiones, no puede buscarse que sea la norma como muchas veces habíamos visto con Mel. Ayer vimos un juego desde las bandas por parte de Bakkali y Cartabia que partían de posiciones abiertas y permitían anchear el campo para facilitar su contacto con el balón. En los ataques rápidos se buscó el desborde hacia el centro para poder aprovechar los movimientos sin balón de Lucas rompiendo a la defensa y creando superioridades de cara al disparo. En los ataques con más calma se buscó aportar gestión de tiempos y combinar para buscar el centro de manera efectiva, dando margen a la segunda línea para llegar al remate y a Lucas para asentarse en el área. De esta manera llegó el primer tanto de Borges, un futbolista con un don para estar en el momento adecuado en el lugar preciso en el área rival.

La fragilidad defensiva sigue presente

A pesar de las buenas noticias generales, no puede obviarse que sigue siendo excesivamente fácil hacer daño al Dépor. Juanfran suele estar demasiado adelantado en transición defensiva y suele ser incapaz de llegar a tiempo para dar un apoyo efectivo, algo que Schär nota debido a que le obliga a tapar más campo del asumible y se junta con la evanescencia de un Guilherme que esta temporada está mucho menos enchufado que la pasada. El mediocentro cae demasiado a menudo en fallos de posicionamiento que provocan líneas de pase abiertas para el rival y contribuyen aún más al sufrimiento de la línea de centrales.

Un equipo mucho más definido

La mejor noticia no fue la victoria, sino que el equipo comienza a tener unos ideales de juego que se consiguen ver de manera clara. El equipo está adquiriendo identidad y asimilando ideas, algo que es necesario para progresar en ellas. Es complicado salir de la zona baja una vez te asientas en ella, pero todavía hay tiempo para un giro de timón que permita mirar hacia arriba en vez de hacia abajo, y la única mala noticia es que está a punto de comenzar la fase difícil del calendario deportivista.

Parralo empieza su aventura liguera con tres puntos que en el contexto del Depor saben a algo más. Saben, por primera vez en mucho tiempo, a ilusión.

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