Anecdotario grotesco del Real Club Deportivo de La Coruña: Sebastián Taborda contra la libertad de prensa
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En 2007 Sebastián Taborda cumplía su segunda temporada como jugador del Dépor habiendo demostrado desde su llegada un nivel mucho más bajo del esperado, pues la gente aguardaba como mínimo que diera muestras de haber jugado previamente al fútbol. Lo que tampoco esperaba nadie era que su gestión de la crítica periodística fuese cuanto menos impetuosa.
Taborda en plena gresca con el periodista, siendo apartado por su compañero Duscher ante la mirada de incomprensión de Pablo Álvarez (fuente) |
Estábamos casi en la recta final de la 06/07, acercándonos a la jornada 30 y el equipo de Caparrós pasaba una temporada sin demasiados sobresaltos vagando por tierra de nadie en los puestos de media tabla. Aquella temporada no se recibieron demasiados goles, pero no se sacó mucha ventaja de la aceptable solidez defensiva debido a que se marcaban todavía menos y el máximo anotador de la temporada (Arizmendi) acabó el año con la incalificable cifra de 5 goles.
Taborda fue uno de los jugadores que más ahinco puso en la consecución de este negativo record goleador, pues sus dos goles en 16 partidos no ayudaron mucho a maquillar las cifras globales. No obstante, para un delantero suplente tampoco sería ningún drama si no fuera porque las sensaciones dejadas a nivel de juego eran malas. Su temporada no era buena por segundo año consecutivo y por ello la crítica solía tener al 9 uruguayo como una de sus dianas preferidas. Hasta que en un entrenamiento de marzo de 2007 la cosa se fue de las manos y el jugador dio muestras de que no le gustaba leer según que cosas sobre él.
El receptor de la ira acumulada por el futbolista fue Armando Palleiro, un periodista del periódico DXT Campeón que a juzgar por los acontecimientos era visto con muy malos ojos por el jugador blanquiazul. Al terminar el entrenamiento matutino, Taborda se acercó al periodista y lo golpeó y arrojó contra una pared de la ciudad deportiva de Abegondo tras recriminarle que no estaba nada contento con el trato que se le daba en su diario. El encuentro se había dado a instancias del futbolista, que había pedido previamente al jefe de prensa que le permitiese tener unas palabras con el redactor, no se sabe si teniendo ya intención de hacer una demostración física de su parecer o no.
El incidente fue rápidamente frenado por algunos compañeros de equipo de Taborda, que tuvieron que hacer serios esfuerzos para detener su metro noventa de pura furia, y el incidente se saldó con un labio roto del periodista, amenazas de muerte a discreción y algunas magulladuras, que comprensiblemente conllevaron un reproche por parte del afectado, que obtuvieron un "Pero si solo te di un poquito" por parte del agresor.
El periodista acudió más tarde al cuartel de la Guardia Civil a denunciar el incidente y la Asociación de la Prensa de A Coruña emitió un duro comunicado de apoyo, que fue seguido de otro de la asesoría jurídica del club anunciando que había solicitado la comparecencia del futbolista para conocer la versión de los hechos. Cuando el caso llegó a los juzgados, la fiscalía solicitó una sanción de 3000 euros para el jugador, pero finalmente la sentencia firme llegó en julio de 2008 estableciendo una multa de 1200€ más una indemnización de 450€ para el periodista.