28 jul 2013

Veteranos de Guerra (XXXIX): Shefki Kuqi



Por Rubén López | rubenlopezfcp@gmail.com


El protagonista de hoy es un delantero que pasó la mayoría de su carrera en el fútbol británico, a pesar de ser finlandés. Su juego luce poco, es torpón y le precede la fama de jugador pufo, pero carismático.




Nombre: Shefki Kuqi

Apodo: Flying Finn

Nacimiento: 10/11/1976

Edad: 36

Club del debut: Mikkelin Palloilijat

Club actual: -

Veces internacional: 62

Demarcación: delantero



Curiosidades:

  • Es finlandés, pero nació en Kosovo y tiene ascendencia albanesa.
  • Disputó la Champions League mientras jugaba en el HJK y fue máximo goleador de la liga finlandesa en el 2000, lo que hizo que el Stockport (por aquel entonces en la segunda división inglesa) se fijase en él en el mercado de invierno de 2001 para salvar la carencia de gol que sufrían.
  • Durante su época en el Stockport tuvo problemas con su entrenador, Carlton Palmer, al que acusó de haber frustrado su fichaje por el Blackburn Rovers cuando ya estaba casi cerrado. 
  • Dos de sus hermanos son también futbolistas. Njazi Kuqi juega actualmente en el Atromitos, y Albert Kuqi en el filial del HJK. Coincidió con Njazi durante media temporada en el Koblenz.
  • Estuvo a punto de fichar por el Celtic en 2006, pero el equipo escocés se decantó por contratar a Jan Vennegoor of Hesselink.
  • Jugó en el Hibernian durante la pasada temporada y no marcó ni un sólo gol en todo el año. BBC Sport lo calificó como uno de los peores fichajes de la temporada.
  • Lleva buscando equipo desde el pasado 1 de julio, cuando finalizó su contrato con el Hibernian, y los rumores apuntan a que podría volver al Stockport.


Trayectoria:

  • 1995-1996 Mikkelin Palloilijat
  • 1997-1999 HJK
  • 2000 FC Jokerit 
  • 2001-2002 Stockport County
  • 2002-2003 Sheffield Wednesday
  • 2003 Ipswich Town (cesión)
  • 2003-2005 Ipswich Town
  • 2005-2006 Blackburn Rovers
  • 2006-2007 Crystal Palace
  • 2007-2008 Fulham (cesión)
  • 2008 Ipswich Town (cesión)
  • 2008-2009 Crystal Palace 
  • 2009-2010 TuS Koblenz 
  • 2010-2011 Swansea City
  • 2010 Derby County (cesión)
  • 2011 Newcastle United
  • 2011-2012 Oldham Athletic
  • 2012-2013 Hibernian
Palmarés:
  • 1 Liga finlandesa (1997)
  • 1 Copa finlandesa (1998)
  • 1 Copa de la liga finlandesa (1998)



26 jul 2013

Veteranos de Guerra (XXXVIII): Aílton



Por Rubén López | rubenlopezfcp@gmail.com


El protagonista de hoy es un jugador que tuvo su fugaz momento de gloria a principios del siglo XXI, un futbolista que deslumbró durante un par de años, pero al que la explosión deportiva le llegó demasiado tarde.




Nombre: Aílton Gonçalves da Silva

Apodo: Kugelblitz

Nacimiento: 19/07/1973

Edad: 40

Club del debut: Ypiranga

Club actual: Hassia Bingen

Veces internacional: 0

Demarcación: delantero



Curiosidades:


  • Dio su verdadero salto a la fama en 2004, con 31 años, cuando se convirtió en la estrella del Werder Bremen campeón de la Bundesliga y máximo goleador del campeonato, con 28 dianas, 5 por encima del segundo clasificado, Roy Makaay. 
  • Esos 28 goles fueron la máxima marca anotadora de la Bundesliga desde que Rumenigge anotó 29 en 1981. 
  • Fue el primer extranjero en ser elegido como jugador del año en Alemania, también en 2004. Después de eso se marchó al Schalke 04 tras firmar un lucrativo contrato, aunque no pudo cosechar los mismos éxitos que el año anterior.
  • Después de un año en Gelsenkirchen probó suerte en Turquía fichando por el Besiktas, donde no lo hizo bien y se convirtió en objeto de las iras de la afición. Estuvo a punto de irse en invierno, pero al final completó la temporada en las 'Águilas Negras'. Sus cifras nunca volverían a ser las mismas que en su gran año. Contaba ya con 33 primaveras y la edad empezaba a hacer mella.  
  • Además de los años, su declive se acentuó por su propensión a ganar peso, algo parecido a lo que le pasaba a su compatriota Ronaldo
  • En su breve paso por el Metalurh Donetsk, formó dupla ofensiva con un mítico como Jordi Cruijff. 
  • Tuvo intención de retirarse en verano de 2011, al finalizar su vinculación con Rio Branco, pero un año después firmó por su actual club, el Hassia Bingen de la sexta división alemana, con la intención de llevar una relajada vida con su familia. Recientemente declaró que continuará un año más.
  • Es uno de los 4 extranjeros que consiguieron superar los 100 goles en Bundesliga, tras Claudio Pizarro, Giovane Elber y Stéphane Capuisat.
  • Jugó en un total de 9 países diferentes.

Trayectoria:

  • 1993-1994 Ypiranga
  • 1994-1995 Internacional
  • 1995 Mogi Mirim (cesión)
  • 1995-1996 Santa Cruz
  • 1996-1997 Guarani
  • 1997-1998 Tigres UANL
  • 1998-2004 Werder Bremen
  • 2004-2005 Schalke 04
  • 2005-2006 Besiktas
  • 2006 Hamburgo (cesión)
  •  2006-2007 Estrella Roja
  •  2007 Grasshopper (cesión)
  • 2007-2008 Duisburg
  • 2008 Metalurh Donetsk
  • 2008-2009 Rheindorf Altach
  • 2009 Campinense
  • 2009 Chongqing Lifan
  • 2010 Uerdingen 05
  • 2010-2011 FC Oberneuland
  • 2011 Rio Branco
  • 2012- Hassia Bingen

Palmarés:


  • 1 Bundesliga (2004)
  • 2 DFB-Pokal (1999, 2004)
  • 1 SuperLiga Serbia (2007)



24 jul 2013

Una mano inocente a la que culpar


Por Rubén López | rubenlopezfcp@gmail.com
Por Rubén López | rubenlopezfcp@gmail.com


No tenía mucho más de 10 años cuando, con los ojos tapados y sin ser muy consciente de lo que había hecho , destrozó las ilusiones de todo un país. Él sólo era un niño al que mandaron hacer ese trabajo, pero seguramente querría poder sacar los dos papeles y que ambas selecciones fuesen agraciadas. Desafortunadamente para unos, no fue así.

Este niño se llamaba Franco Gemma, y era de nacionalidad italiana. Era el año 1954, y España se jugaba su clasificación para el Mundial de Suiza contra Turquía. La noticia del emparejamiento alegró en un principio al bando español, ya que los otomanos no eran un conjunto para nada poderoso y el combinado español estaba en su mejor momento, tras conseguir un 4º puesto en Brasil '50 y con los Rammallets, Gainza o Kubala como estrellas del equipo. En la ida, España barrió con un 4-1 en casa, pero en la vuelta todo se torció: los rivales ganaron 1-0 con gol de Sargun Burhan.

A pesar de que el fútbol contaba ya con más de medio siglo de existencia, todavía existían procesos rudimentarios en muchas facetas de este deporte. Todavía no existía la norma que daba mayor validez a los goles fuera de casa, y cada partido en eliminatoria se contaba simplemente como un partido ganado, independientemente de los goles. Es decir, que en este caso, al acabar los dos choques España y Turquía estaban empatadas, por lo que se procedió a un partido de desempate en terreno neutral, eligiéndose Roma como escenario.

En la capital italiana todo se fue por la borda definitivamente. Las cosas empezaron mal cuando se supo en los últimos instantes que el jugador más determinante del equipo, Ladislao Kubala, no podría jugar el partido. Fue un episodio polémico y todavía no aclarado, en el que los implicados de la expedición española aseguraron recibir justo antes del encuentro un telegrama de la FIFA que comunicaba que la situación del futbolista (era húngaro nacionalizado) no le permitiría jugar aquel partido, pero todo apunta a que fue más bien un error de interpretación que nadie quiso reconocer, y que en el telegrama, escrito en francés, sólo se llamaba la atención sobre la situación del jugador, pero sin prohibir la participación. Además, años más tarde, la FIFA negó haber enviado aquel mensaje.

Ya durante el partido, el combinado español no pudo imponerse a un equipo turco que sabía que estaba ante su mejor oportunidad de meterse en un Mundial. Aquello acabó con 2-2, y por lo tanto estábamos ante un nuevo empate. No era práctico jugar otro desempate, por lo que se decidió que todo lo decidiría el azar: dos papeletas en una copa y una mano inocente con los ojos vendados sacando una. Franco Gemma introdujo su mano en aquel trofeo y, al abrir el papel, leyó que en él estaba escrito el nombre 'Turchie' (Turquía en italiano). España estaba fuera tras la eliminación más cruel de su historia.

22 jul 2013

Jugadores olvidados (XVIII): Germán Hornos


Abordamos hoy la historia de un futbolista que pasó de forma fugaz y dramática por España, aunque finalmente pudo tener una segunda oportunidad de seguir con la práctica del fútbol, pero su carrera no volvió a repuntar.

Germán Andrés Hornos Correa



Demarcación: delantero
Nacionalidad: uruguayo
Edad: 30
Sus equipos en España: Sevilla (2003-2004) y Valladolid (2004-2006)

¿Cómo llegó a España y qué hizo en nuestra liga? 

Germán Hornos nació en 1982 en la ciudad uruguaya de San José de Mayo, pero pasó su infancia y adolescencia en el departamento de Durazno. Como muchos jóvenes, decidió buscar sus metas en el fútbol, y un ojeador puso su vista en él mientras disputaba un partido para la selección sub18 de Durazno, y de esa forma llegó a fichar por Fénix de Montevideo. Sólo contaba con 19 años cuando llegó al primer equipo del equipo de la capital, y formó parte del mayor éxito de la historia del club cuando, en 2002, y bajo las órdenes del entrenador Juan Ramón Carrasco (que confió en él para ser delantero cuando siempre había jugado de volante en categorías inferiores), finalizaron en tercera posición en el campeonato de Primera División de Uruguay, torneo en el que Hornos se convirtió en máximo goleador. Llegó a disputar la Libertadores al año siguiente, hasta que el Sevilla se fijó en él y se lo llevó en verano de 2003 como uno de los refuerzos para la delantera, junto a su compatriota Darío Silva.

No jugó mucho aquella temporada a las órdenes de Caparrós. La competencia era dura, con Antoñito, Baptista o el citado Silva luchando con él por un puesto, y no pudo más que marcar un par de goles distribuidos en 16 partidos de Liga, aunque en Copa del Rey si tuvo minutos y estuvo fino, anotando 3 tantos en 4 partidos. Sólo tenía 21 años, y en Sevilla no querían quemarlo como jugador de banquillo, por lo que se le buscó una salida como cedido al Valladolid, cesión que además hacía, como acuerdo paralelo, que Fernando Sales llegase a Nervión. En Valladolid comenzó muy fuerte, jugando 16 de los primeros 18 partidos de la liga de Segunda División 04/05 y anotando en ellos 8 valiosos goles. Todo parecía ir bien, pero el 25 de diciembre de 2004 se torció todo. Un accidente de coche en su país natal hizo que el panorama futbolístico se mantuviese en vilo durante semanas. Al final pudo salir adelante, pero los daños cerebrales sufridos hicieron que su recuperación fuese lenta. No volvió a disputar ni un sólo partido más durante aquella temporada, aunque a mediados de marzo se reincorporó a los entrenamientos.

Al verano siguiente, Valladolid y Sevilla acordaron prorrogar un año más la cesión del futbolista, pero este no pudo más que disputar 2 partidos con el filial, sin llegar a anotar goles. De vuelta en el conjunto hispalense, se decidió que el jugador debería volver a su país, y se le cedió a Bella Vista. Pero sería ya para no volver.

¿Qué fue de él?

Sólo estuvo en su nuevo equipo unos meses, hasta enero de 2007, cuando fichó por River Plate de Montevideo, donde se reencontró con su antiguo técnico Juan Ramón Carrasco. Dejó unos cuantos goles, pero de nuevo su estancia fue corta, fichando poco tiempo después por Central Español en julio de 2007, mientras todavía le unía una relación contractual con el Sevilla. De nuevo, su estancia en el equipo sólo duró unos meses hasta que fichó, en enero de 2008, por Tacuarembó, su cuarto equipo en un periodo de 2 años. En verano de 2009 tuvo una nueva oportunidad en Europa, de la mano del Arles-Avignon recién ascendido a la Ligue 2 francesa, pero no pasó más allá de unos cuantos entrenamientos, ya que no llegó a integrar la plantilla oficial y en febrero de 2010 volvió al fútbol uruguayo para disputar la Segunda División de su país con el equipo de su casa, el Durazno FC (club desaparecido en 2011), con el que a punto estuvo de ascender a la máxima categoría, pero no lo lograron tras perder en las eliminatorias de ascenso frente a Atenas de San Carlos. 

Después de esta aventura se quedó sin equipo durante un año, hasta que el Ñublense de la primera división chilena apostó por él en verano de 2011. En Chile estuvo hasta julio de 2012, cuando acabó su contrato, sin poder, hasta el día de hoy encontrar nuevo equipo. Lo último que se sabe de su relación con el fútbol profesional fue un partido que disputó con un seleccionado de jugadores uruguayos sin equipo ante los reservas de Peñarol en noviembre de 2012, encuentro en el que anotó un gol. Ignoro si sigue en busca de equipo pero, en caso afirmativo, mucha suerte para un futbolista ejemplo de superación.





Germán Hornos nació en 1982 en la ciudad uruguaya de San José de Mayo, al sur dal país. Como muchos jóvenes, decidió buscar sus metas en el fútbol, y tenía tan sólo 19 años cuando llegó al primer equipo de Fénix de Montevideo

19 jul 2013

La importancia de llamarse Cesc


Por Rubén López | rubenlopezfcp@gmail.com


Existía un jugador, al que todos en Inglaterra llamaban Fábregas, que vivía una apacible vida en Londres. Su labor estaba sobradamente probada y nadie la ponía en duda, defendía al Arsenal y eso  era todo lo que debía hacer. Y lo hacía bien, tan bien que Wenger confió en él ciegamente desde que era poco más que un adolescente y le encargó la labor de hacer olvidar a Patrick Vieira como guía de un equipo que estaba en auge. Todo parecía ir bien e ir encaminado a la eternidad, pero tenía un secreto bien guardado, y es que quería volver a casa, algo que más que un apacible recogimiento en compañía de los suyos era un reto apasionantemente arriesgado.

Llegó un momento en el que aquello era todo lo que quería, por lo que volvió a Barcelona. Volvió al lugar de donde se había ido siendo un niño, pero ya no era Fábregas, aquí era Cesc. No fue un simple cambio de nombre, sino que también tuvo la tarea de hacerse pasar por quien no era, y actuar consecuentemente. En Londres era la figura indiscutible, el hombre por el que pasaba todo y en su parcela tenía libertad para moverse de un lado a otro a su antojo: en el Arsenal Fábregas no jugaba en una posición específica, sino que jugaba de Fábregas, es decir, de hombre con toda la confianza del entrenador para moverse por donde creyese que debía hacerlo. Aquí llegó para convertirse en el sucesor de Xavi, el organizador, el jugador que une la defensa con el ataque, que ve el juego futuro desde el presente y, sobre todo, con un gran hándicap para nuestro protagonista: el que acompaña en todo momento para desatascar, pero deja hacer a otros una vez pasa su  terreno.

Fábregas tiene el don de saber hacerlo casi todo (algo que explica, por ejemplo, su fácil adaptación al rol de 'falso 9'), don que a la vez se convirtió en una maldición en su llegada al Barça, una máquina engranada para que cada uno tenga libertad en su trabajo, sí, pero teniendo claro en qué parcela la tiene. Lo que siempre le hizo destacar en el Emirates fue su desenvoltura en todas los lugares de su dominio, su capacidad para hacer tanto de A como de Z. Siempre lo vi como uno de los jugadores más complejos de la actualidad, uno de los recursos más poderosos y a la vez más difíciles de aprovechar que existen. No es mediocentro ni mediapunta, pero tiene lo que tienen los grandes de esas posiciones, y a la vez se empequeñece si lo encasillan sólo en una de ellas. Es posible que no sea tan bueno como otros en cada una de esos puestos individualmente, pero es el mejor si le dejan elegir en cuál desenvolverse en cada tramo del partido.

Tras dos años en el Camp Nou, la figura de Cesc parece estar carente de vida, el papel que quiso jugar se derrumbó cuando todos vieron quien era en realidad (o peor aún, cuando nadie vio quién era en realidad). Ahora puede que sólo le quede volver a su lugar, a dejar sus ansias secretas para volver a ser quien es, para volver a su vida siendo Fábregas. Y puede que una vuelta a la Premier sea todo lo que necesita.

17 jul 2013

Alquimistas de la pizarra (II): Brian Clough


Por Rubén López | rubenlopezfcp@gmail.com

Toca retomar después de un tiempo esta sección, dedicada a esos hombres que consiguieron ir, mediante la innovación en sus métodos, creando paso a paso lo que ahora es el fútbol. Después de Herbert Chapman, es ahora turno para uno de los entrenadores más carismáticos y a la vez polémicos de la historia de este deporte: el eterno Brian Clough.

Clough nació en la misma ciudad en la que comenzó su relación con el fútbol profesional, Middlesbrough. En el Boro jugó como delantero durante 6 temporadas entre 1955 y 1961, con unas cifras goleadoras casi irrepetibles, antes de ser traspasado a los rivales del Sunderland. Consiguió, durante dos años más, ser un jugador destacado en los Black Cats, pero un desafortunado choque con el portero del Bury hizo que se destrozase la rodilla, algo que hacía pensar que se retiraría, pues en aquella época ese tipo de lesiones no solían permitir que un futbolista volviese a la práctica profesional. No obstante, tras dos años de recuperación, intentó regresar, pero su pierna dijo basta tras jugar apenas tres partidos, por lo que se vio obligado a retirarse prematuramente a la edad de 29 años, no sin antes dejar un registro para la historia como el jugador con mejor promedio goleador de todos aquellos que superaron los 200 tantos en el fútbol inglés.

"David Seaman es un joven atractivo, pero gasta más tiempo mirándose al espejo que mirando al balón. No puedes guardar la portería con un pelo así"

En Sunderland jugó a las órdenes del exigentísimo Alan Brown, que ejerció en él una fuerte influencia debido a la férrea disciplina que imponía en sus pupilos. Tras su retirada empezó a buscarse un sitio en los banquillos, y durante un breve periodo de tiempo dirigió al equipo juvenil del propio Sunderland antes de hacerse cargo de la dirección del Hartlepools United (actual Hartlepool) en 1965. En el equipo de Victoria Park, por aquel entonces en la cuarta división del fútbol inglés, comenzó una alianza mítica de los banquillos. Clough llamó al que sería su eterno ayudante, Peter Taylor (viejo compañero de sus días en el Boro) para que dejara su cargo en el Burton Albion y se incorporase de inmediato a su equipo técnico, propuesta que fue aceptada. Con 30 años y siendo el entrenador más joven de las 4 primeras divisiones del país, Clough se encontró a un equipo desestructurado, habitual de los últimos puestos de la categoría y casi arruinado, por lo que se esforzó desde el primer momento en arreglar la situación. Recorrió el pueblo en busca de financiación e incluso se sacó la licencia necesaria para conducir el autobús que llevaba al equipo a los encuentros fuera de casa.

En aquel equipo tuvo sus primeros éxitos, creando una plantilla competitiva y además descubriendo a un imponente futbolista de 16 años que le acompañaría durante gran parte de sus proyectos venideros hasta convertirse en el capitán del Nottingham dos veces ganador de la Liga de Campeones: John McGovern. Dejó el club en 1967 para fichar por el Derby County, y en la temporada siguiente a su marcha, el Hartlepool logró el primer ascenso de su historia bajo la dirección de Angus McLean.

"Si Dios hubiese querido que jugásemos en las nubes hubiese puesto hierba ahí arriba"
(en referencia a su rechazo por el juego aéreo indiscriminado)

En los 6 años que estuvo allí se convirtió en una leyenda del County. Su primera temporada fue de transición, mientras que iba sentando las bases del futuro. Sólo cuatro futbolistas del equipo que había recogido continuaban una vez comenzada su segunda temporada en el cargo, mientras fichaba a futbolistas de su gusto, entre ellos viejos conocidos de su anterior club, como Les Green o el citado McGovern. Llegó a controlar absolutamente todos los aspectos del club que correspondían a lo deportivo, incluso llegando a despedir a empleados con un puesto teóricamente por encima del suyo. Bajo su mandato (de nuevo junto a Peter Taylor) lograron, en su tercera temporada, el campeonato de Second Division, con el consiguiente ascenso a la máxima categoría y el record de 22 partidos consecutivos sin conocer la derrota.

Ya en First Division, 'Mr Clugh' consiguió llevar al equipo al mejor puesto de su historia (4º), pero no pudieron jugar en Europa debido a irregularidades económicas. El Derby consiguió convertirse en un equipo de altas expectativas, rompiendo el mercado con el fichaje de Colin Todd en 1971 y consiguiendo el campeonato en la máxima competición liguera del fútbol inglés por primera vez en la historia del club en la temporada siguiente.


"Roma no se levantó en un día pero, una vez más, yo no estaba a cargo de esa tarea"

En aquel verano llegaron los problemas con la directiva del Derby, cuando no le permitieron llevar a su familia a la pretemporada del equipo por Europa, algo que fue el primero de muchos enfrentamientos. En la temporada 72/73 fueron numerosas las polémicas en las que se vio envuelto, como el anuncio del fichaje de David Nish sin consultarlo antes con el presidente, incesantes batallas dialécticas con el que fue uno de sus grandes enemigos en los banquillos, Don Reevie, o alguna que otra crítica a la afición, a la que llegó a culpar por animar al equipo sólo cuando iban ganando.

Toda aquella tensión debía estallar por algún lado, y al poco de empezar la temporada 73/74, Clough y Taylor decidieron dejar el equipo, ante las protestas de la afición, que pedía la marcha de la directiva y la vuelta de los entrenadores. Eso no ocurrió, y la emblemática pareja, seguida por un séquito leal de ayudantes que renunciaron también a seguir en su anterior club, firmaron por el Brighton & Hove Albion. Clough y los suyos solamente estuvieron durante lo que restaba de la temporada 73/74 en su nuevo equipo, que acabó con un decepcionante 19º puesto en la tercera división. Después de esto, Clough se encaminó a la búsqueda de lo imposible, al intento de hacer olvidar a su archienemigo Don Reevie en el Leeds United, equipo al que había dejado después de llevarlo a lo más alto para hacerse seleccionador de Inglaterra, pero con actitudes que nuestro protagonista de hoy calificaba como malas artes y fútbol sucio.


"No diré que fui el mejor entrenador del mundo... pero estaba en el TOP 1"

En Leeds se encontró a un vestuario muy cerrado y fiel a su ex entrenador, lo que conllevó un fracaso absoluto, unido a que, por primera vez, Peter Taylor decidió no embarcarse con él en aquella aventura, probablemente por juzgarla como un suicida intento de dar una dolorosa estocada a Reevie, y no como un proyecto deportivo viable. Sólo duró 44 días en el club, tras intentar quitar de en medio a los líderes del vestuario y ganar sólo uno de seis partidos posibles.

Clough llegó en enero de 1975 al club donde conseguiría una de las mayores hazañas de la historia del fútbol inglés, el Nottingham Forrest, al que cogió en la segunda categoría. En verano, y después de no conseguir el ascenso en el primer intento, Peter Taylor perdonó a su amigo y se unió de nuevo a su proyecto, convencido de que esta vez valía la pena, y con el dúo nuevamente remando en la misma dirección, a la segunda fue la vencida, y consiguieron un tercer puesto que les permitía disputar la First Division en la 77/78, temporada en la que, como recién ascendidos, ganaron la League Cup y el título de liga. Además, se pasó más de un año sin conocer la derrota en liga entre noviembre de 1977 y diciembre de 1978

Pero el gran éxito todavía estaba al llegar. En la temporada 78/79, además de retener la League Cup, levantaron la Copa de Europa tras ganar en la final al Malmö, logro que repetirían el siguiente año batiendo al Hamburgo en el partido decisivo. Era algo completamente inédito para un club cuyo único éxito hasta la llegada de Clough y Taylor eran dos FA Cup. No obstante, aquellos serían los últimos momentos realmente dorados del Forest, pues a pesar de que Clough se mantuvo en el cargo hasta 1993, no volverían a obtener un trofeo hasta 1990 (también el último de su carrera), cuando ganaron una nueva League Cup.

"¿Beckham? Su mujer no sabe cantar, y su peluquero no sabe cortar pelo"


Clough siempre fue un férreo defensor de crear un bloque capaz de jugar fácil en ataque y compenetrarse a la perfección en defensa. Hizo del Forest un equipo basado en el pase, en una continua búsqueda del espacio mediante la combinación, junto con una organizada defensa, con rápidas transiciones defensivas tras cada pérdida de balón. Era un equipo en el cual los jugadores tenían gran libertad para hacer lo que sabían, pero a la vez eran severamente castigados por intentar cosas que no debían (que se lo digan a Roy Keane...). Le daba mucha importancia a los extremos y al trabajo de cara a la recuperación del balón, pero sobre todo, su punto fuerte era el manejo del vestuario. Era tan temido como respetado, porque sabía cuando abroncar y cuando premiar

Los últimos 12 años de la carrera de uno de los entrenadores más polémicos de la historia no tuvieron nada que ver con lo conseguido durante esa primera etapa, ya que, a pesar de que en la mayoría de campañas conseguían acabar en la primera mitad de la tabla, muchas veces en posiciones europeas, los títulos no llegaban. Apuestas fuertes por fichajes desafortunados, el ansia por no conseguir los resultados deseados y, sobre todo, la retirada de su fiel compañero  Peter Taylor en 1982 llevaron a Clough a verse sólo ante un equipo que aún era competitivo, pero no el mejor. En su última etapa, los problemas personales, entre ellos el alcoholismo y diferentes escándalos legales, le llevaron a dejar los banquillos en 1993, sin haber cumplido todavía 60 años. La suya fue una carrera intensa, con numerosos altibajos, y siempre con la necesidad de su tándem con Taylor para darle ese apoyo que le hacía equilibrar su personalidad y complementaba sus conocimientos de forma perfecta. Dos hombres con un destino y con el más carismático y a la vez autodestructivo de ellos como cabeza visible. Una pareja que fue tan intensa en la amistad como en las rencillas, y que no tuvieron tiempo de solventar los problemas entre ellos antes de llegar al final del camino, algo que 'Mr Clough' siempre lamentó. Su relación con el mundo del fútbol acabó, como decía, en 1993, tras la primera temporada de la era Premier, en la que, en su final, el Forest cayó hasta lo más bajo de la clasificación. Una nueva era que significaba el cruel fin de un hombre y un equipo que había marcado buena parte de la anterior. Una cruel ironía de lo que fue la vida de un personaje irrepetible.


"Cuando yo me vaya, Dios tendrá que ceder su asiento preferido"

 

16 jul 2013

On every street


Por Rubén López | rubenlopezfcp@gmail.com 

 "There's gotta be a record of you someplace. You gotta be on somebody's books"


Cuando dejamos de ser lo que fuimos me invadía ese optimismo al que se aferra todo aquel que está seguro de volver y que tiene las ganas de hacer todo lo posible por conseguirlo. No quedaba otra que confiar y mirar hacia adelante. Hay que seguir unas huellas ya marcadas, pero esta vez, como en el pasado reciente, no están en camino llano, sino que la deriva continental nos llevó a chocar contra otra masa de tierra, creando montañas donde existían llanuras. Es otro tipo de carrera la que tenemos por delante, una prueba de alta exigencia.

Supongo que uno empieza a echar cosas en falta cuando es consciente de todo lo que cambiamos, de las diferentes sensaciones que dejábamos. Hace exactamente dos años estábamos rotos, pero era más por la inexperiencia que por la incerteza. Existen pocos enemigos más devastadores que lo incierto, ya que esto te lleva a momentos de desesperación momentánea. El no tener noticias y no saber qué es lo que pasa o pasará. Ver que cada información es una mota de polvo llevada por la escoba hacia debajo de la alfombra y cuestionarse cada día el porqué, si acaso habrá algo más grave de lo que podemos esperar. Sea como sea, no reconozco ya en el Depor aquella ilusión de hace sólo unas semanas, cuando llegamos a creernos que podíamos, ni tampoco las ganas con las que parecíamos empezar la temporada del anterior descenso. Somos un solar a la espera de construcción, con una fecha límite cercana y todavía sin arquitecto.

La mayor impotencia es la que se siente cuando no puedes hacer nada, cuando eres un mero espectador, un aficionado que nada más puede hacer que limitarse a esperar, a valorar sin decidir, a sufrir sin remediar. Supongo que, en ese sentido, algunos no estamos hechos para ser aficionados de fútbol, para confiar en otros mientras ellos te tratan como si algo que sientes como tuyo fuese sólo de ellos. Que el tiempo pase y no se sepa nada sobre si estamos en posición de sobrevivir o de hundirnos nos deja dos posibles situaciones: confiar tranquilamente o desesperarnos en busca de una mínima gota de información, y yo no soy capaz de confiar en el trabajo silencioso  y sin pruebas de desconocidos.

Mientras espero a que vuelvas a los grandes días o me pregunto si volverás a tenerlos pienso que, al menos, pudimos vivir ese pasado, que ya nadie nos quita, pero a la vez aparece la cruel tortura de ver todo aquello que fue nuestro y que ahora nuestras manos no llegan ni a rozar. Y mientras tanto, cuando el tiempo lo permite, busco en cada vídeo el recuerdo de aquellos días, y rastreo por todas las calles la forma de volver a conseguir confiar en un proyecto en el que cada día existen más interrogantes y menos puntos de luz.

4 jul 2013

De qué hablo cuando hablo de sentir


Por Rubén López | rubenlopezfcp@gmail.com

Para mí, pensar y razonar siempre fue una práctica fundamental. Es la clave del movimiento del mundo, aunque gran parte de los individuos que nos rodean piensan exclusivamente en base al beneficio propio. Eso es lo que hace que actualmente la Tierra gire en torno un eje embarrado de intereses privados, aunque el planeta nos contenga como sociedad multipersonal.

Muchos hombres, dentro de ese mundo de egocentrismo, llegan a perder la noción de la realidad cuando algo no va como esperan. En un mundo tan desafortunadamente rodeado de gente con capacidad de raciocinio extraña como es el del fútbol, esto se acentúa. Mucho más aún cuando el implicado es el equipo de los amores o el rival histórico del aficionado de turno.

Isco, fichaje estrella hasta el momento del Real Madrid, lleva días envuelto en un absurdo debate sobre su sentimiento culé. Es del Barça, e incluso se descubrió algo imperdonable, que a buen seguro debería hacer que Florentino Pérez se plantee rescindir su contrato a efecto inmediato: Tiene un perro llamado Messi. Y lo que es peor, fue coherente con su sentimiento y no besó el escudo en su presentación. Inadmisible, ¿verdad?

Ironías aparte, siempre me resultó muy curioso cómo cualquier persona se puede dejar llevar por esa corriente, por el buscar que cada jugador que llega a su equipo entre en plantilla sintiendo de corazón sus colores, algo que no esa así en un abrumador porcentaje de los casos. Besar el escudo en una presentación siempre me pareció una forma estúpida y evidente de aparentar lo que uno no es.

Sentir unos colores en el fútbol es una de las tareas más complicadas que existen dentro de este deporte. Llega un día en el que, quien sabe si por casualidad o por influencia externa, nos comprometemos con un escudo, y ese se convierte para siempre en nuestra forma de vida. Ese sentimiento, que un día nos llega de forma inescrutable es, en cambio, muy complicado de reproducir.

No podemos obligar a nadie a que sienta como sentimos, y un futbolista sólo está obligado a dar lo mejor de sí mismo por el equipo que lo contrata y a no manchar su nombre. Lo mejor que puede hacer un futbolista por un escudo no es señalarlo ni besarlo, sino conribuir a engrandecerlo. Peor que la falsedad de quien aparenta lo que no tiene es la intransigencia de quien exige a otros guardar esas falsas apariencias, aunque sea una simple e inútil fachada sin nada en su interior.