Alquimistas de la pizarra (II): Brian Clough
Por Rubén López | rubenlopezfcp@gmail.com
Toca retomar después de un tiempo esta sección, dedicada a esos hombres que consiguieron ir, mediante la innovación en sus métodos, creando paso a paso lo que ahora es el fútbol. Después de Herbert Chapman, es ahora turno para uno de los entrenadores más carismáticos y a la vez polémicos de la historia de este deporte: el eterno Brian Clough.
Clough nació en la misma ciudad en la que comenzó su relación con el fútbol profesional, Middlesbrough. En el Boro jugó como delantero durante 6 temporadas entre 1955 y 1961, con unas cifras goleadoras casi irrepetibles, antes de ser traspasado a los rivales del Sunderland. Consiguió, durante dos años más, ser un jugador destacado en los Black Cats, pero un desafortunado choque con el portero del Bury hizo que se destrozase la rodilla, algo que hacía pensar que se retiraría, pues en aquella época ese tipo de lesiones no solían permitir que un futbolista volviese a la práctica profesional. No obstante, tras dos años de recuperación, intentó regresar, pero su pierna dijo basta tras jugar apenas tres partidos, por lo que se vio obligado a retirarse prematuramente a la edad de 29 años, no sin antes dejar un registro para la historia como el jugador con mejor promedio goleador de todos aquellos que superaron los 200 tantos en el fútbol inglés.
"David Seaman es un joven atractivo, pero gasta más tiempo mirándose al espejo que mirando al balón. No puedes guardar la portería con un pelo así"
En Sunderland jugó a las órdenes del exigentísimo Alan Brown, que ejerció en él una fuerte influencia debido a la férrea disciplina que imponía en sus pupilos. Tras su retirada empezó a buscarse un sitio en los banquillos, y durante un breve periodo de tiempo dirigió al equipo juvenil del propio Sunderland antes de hacerse cargo de la dirección del Hartlepools United (actual Hartlepool) en 1965. En el equipo de Victoria Park, por aquel entonces en la cuarta división del fútbol inglés, comenzó una alianza mítica de los banquillos. Clough llamó al que sería su eterno ayudante, Peter Taylor (viejo compañero de sus días en el Boro) para que dejara su cargo en el Burton Albion y se incorporase de inmediato a su equipo técnico, propuesta que fue aceptada. Con 30 años y siendo el entrenador más joven de las 4 primeras divisiones del país, Clough se encontró a un equipo desestructurado, habitual de los últimos puestos de la categoría y casi arruinado, por lo que se esforzó desde el primer momento en arreglar la situación. Recorrió el pueblo en busca de financiación e incluso se sacó la licencia necesaria para conducir el autobús que llevaba al equipo a los encuentros fuera de casa.
En aquel equipo tuvo sus primeros éxitos, creando una plantilla competitiva y además descubriendo a un imponente futbolista de 16 años que le acompañaría durante gran parte de sus proyectos venideros hasta convertirse en el capitán del Nottingham dos veces ganador de la Liga de Campeones: John McGovern. Dejó el club en 1967 para fichar por el Derby County, y en la temporada siguiente a su marcha, el Hartlepool logró el primer ascenso de su historia bajo la dirección de Angus McLean.
"Si Dios hubiese querido que jugásemos en las nubes hubiese puesto hierba ahí arriba"
(en referencia a su rechazo por el juego aéreo indiscriminado)
En los 6 años que estuvo allí se convirtió en una leyenda del County. Su primera temporada fue de transición, mientras que iba sentando las bases del futuro. Sólo cuatro futbolistas del equipo que había recogido continuaban una vez comenzada su segunda temporada en el cargo, mientras fichaba a futbolistas de su gusto, entre ellos viejos conocidos de su anterior club, como Les Green o el citado McGovern. Llegó a controlar absolutamente todos los aspectos del club que correspondían a lo deportivo, incluso llegando a despedir a empleados con un puesto teóricamente por encima del suyo. Bajo su mandato (de nuevo junto a Peter Taylor) lograron, en su tercera temporada, el campeonato de Second Division, con el consiguiente ascenso a la máxima categoría y el record de 22 partidos consecutivos sin conocer la derrota.
Ya en First Division, 'Mr Clugh' consiguió llevar al equipo al mejor puesto de su historia (4º), pero no pudieron jugar en Europa debido a irregularidades económicas. El Derby consiguió convertirse en un equipo de altas expectativas, rompiendo el mercado con el fichaje de Colin Todd en 1971 y consiguiendo el campeonato en la máxima competición liguera del fútbol inglés por primera vez en la historia del club en la temporada siguiente.
"Roma no se levantó en un día pero, una vez más, yo no estaba a cargo de esa tarea"
En aquel verano llegaron los problemas con la directiva del Derby, cuando no le permitieron llevar a su familia a la pretemporada del equipo por Europa, algo que fue el primero de muchos enfrentamientos. En la temporada 72/73 fueron numerosas las polémicas en las que se vio envuelto, como el anuncio del fichaje de David Nish sin consultarlo antes con el presidente, incesantes batallas dialécticas con el que fue uno de sus grandes enemigos en los banquillos, Don Reevie, o alguna que otra crítica a la afición, a la que llegó a culpar por animar al equipo sólo cuando iban ganando.
Toda aquella tensión debía estallar por algún lado, y al poco de empezar la temporada 73/74, Clough y Taylor decidieron dejar el equipo, ante las protestas de la afición, que pedía la marcha de la directiva y la vuelta de los entrenadores. Eso no ocurrió, y la emblemática pareja, seguida por un séquito leal de ayudantes que renunciaron también a seguir en su anterior club, firmaron por el Brighton & Hove Albion. Clough y los suyos solamente estuvieron durante lo que restaba de la temporada 73/74 en su nuevo equipo, que acabó con un decepcionante 19º puesto en la tercera división. Después de esto, Clough se encaminó a la búsqueda de lo imposible, al intento de hacer olvidar a su archienemigo Don Reevie en el Leeds United, equipo al que había dejado después de llevarlo a lo más alto para hacerse seleccionador de Inglaterra, pero con actitudes que nuestro protagonista de hoy calificaba como malas artes y fútbol sucio.
"No diré que fui el mejor entrenador del mundo... pero estaba en el TOP 1"
En Leeds se encontró a un vestuario muy cerrado y fiel a su ex entrenador, lo que conllevó un fracaso absoluto, unido a que, por primera vez, Peter Taylor decidió no embarcarse con él en aquella aventura, probablemente por juzgarla como un suicida intento de dar una dolorosa estocada a Reevie, y no como un proyecto deportivo viable. Sólo duró 44 días en el club, tras intentar quitar de en medio a los líderes del vestuario y ganar sólo uno de seis partidos posibles.
Clough llegó en enero de 1975 al club donde conseguiría una de las mayores hazañas de la historia del fútbol inglés, el Nottingham Forrest, al que cogió en la segunda categoría. En verano, y después de no conseguir el ascenso en el primer intento, Peter Taylor perdonó a su amigo y se unió de nuevo a su proyecto, convencido de que esta vez valía la pena, y con el dúo nuevamente remando en la misma dirección, a la segunda fue la vencida, y consiguieron un tercer puesto que les permitía disputar la First Division en la 77/78, temporada en la que, como recién ascendidos, ganaron la League Cup y el título de liga. Además, se pasó más de un año sin conocer la derrota en liga entre noviembre de 1977 y diciembre de 1978
Pero el gran éxito todavía estaba al llegar. En la temporada 78/79, además de retener la League Cup, levantaron la Copa de Europa tras ganar en la final al Malmö, logro que repetirían el siguiente año batiendo al Hamburgo en el partido decisivo. Era algo completamente inédito para un club cuyo único éxito hasta la llegada de Clough y Taylor eran dos FA Cup. No obstante, aquellos serían los últimos momentos realmente dorados del Forest, pues a pesar de que Clough se mantuvo en el cargo hasta 1993, no volverían a obtener un trofeo hasta 1990 (también el último de su carrera), cuando ganaron una nueva League Cup.
Clough siempre fue un férreo defensor de crear un bloque capaz de jugar fácil en ataque y compenetrarse a la perfección en defensa. Hizo del Forest un equipo basado en el pase, en una continua búsqueda del espacio mediante la combinación, junto con una organizada defensa, con rápidas transiciones defensivas tras cada pérdida de balón. Era un equipo en el cual los jugadores tenían gran libertad para hacer lo que sabían, pero a la vez eran severamente castigados por intentar cosas que no debían (que se lo digan a Roy Keane...). Le daba mucha importancia a los extremos y al trabajo de cara a la recuperación del balón, pero sobre todo, su punto fuerte era el manejo del vestuario. Era tan temido como respetado, porque sabía cuando abroncar y cuando premiar.
Los últimos 12 años de la carrera de uno de los entrenadores más polémicos de la historia no tuvieron nada que ver con lo conseguido durante esa primera etapa, ya que, a pesar de que en la mayoría de campañas conseguían acabar en la primera mitad de la tabla, muchas veces en posiciones europeas, los títulos no llegaban. Apuestas fuertes por fichajes desafortunados, el ansia por no conseguir los resultados deseados y, sobre todo, la retirada de su fiel compañero Peter Taylor en 1982 llevaron a Clough a verse sólo ante un equipo que aún era competitivo, pero no el mejor. En su última etapa, los problemas personales, entre ellos el alcoholismo y diferentes escándalos legales, le llevaron a dejar los banquillos en 1993, sin haber cumplido todavía 60 años. La suya fue una carrera intensa, con numerosos altibajos, y siempre con la necesidad de su tándem con Taylor para darle ese apoyo que le hacía equilibrar su personalidad y complementaba sus conocimientos de forma perfecta. Dos hombres con un destino y con el más carismático y a la vez autodestructivo de ellos como cabeza visible. Una pareja que fue tan intensa en la amistad como en las rencillas, y que no tuvieron tiempo de solventar los problemas entre ellos antes de llegar al final del camino, algo que 'Mr Clough' siempre lamentó. Su relación con el mundo del fútbol acabó, como decía, en 1993, tras la primera temporada de la era Premier, en la que, en su final, el Forest cayó hasta lo más bajo de la clasificación. Una nueva era que significaba el cruel fin de un hombre y un equipo que había marcado buena parte de la anterior. Una cruel ironía de lo que fue la vida de un personaje irrepetible.
Pero el gran éxito todavía estaba al llegar. En la temporada 78/79, además de retener la League Cup, levantaron la Copa de Europa tras ganar en la final al Malmö, logro que repetirían el siguiente año batiendo al Hamburgo en el partido decisivo. Era algo completamente inédito para un club cuyo único éxito hasta la llegada de Clough y Taylor eran dos FA Cup. No obstante, aquellos serían los últimos momentos realmente dorados del Forest, pues a pesar de que Clough se mantuvo en el cargo hasta 1993, no volverían a obtener un trofeo hasta 1990 (también el último de su carrera), cuando ganaron una nueva League Cup.
"¿Beckham? Su mujer no sabe cantar, y su peluquero no sabe cortar pelo"
Clough siempre fue un férreo defensor de crear un bloque capaz de jugar fácil en ataque y compenetrarse a la perfección en defensa. Hizo del Forest un equipo basado en el pase, en una continua búsqueda del espacio mediante la combinación, junto con una organizada defensa, con rápidas transiciones defensivas tras cada pérdida de balón. Era un equipo en el cual los jugadores tenían gran libertad para hacer lo que sabían, pero a la vez eran severamente castigados por intentar cosas que no debían (que se lo digan a Roy Keane...). Le daba mucha importancia a los extremos y al trabajo de cara a la recuperación del balón, pero sobre todo, su punto fuerte era el manejo del vestuario. Era tan temido como respetado, porque sabía cuando abroncar y cuando premiar.
Los últimos 12 años de la carrera de uno de los entrenadores más polémicos de la historia no tuvieron nada que ver con lo conseguido durante esa primera etapa, ya que, a pesar de que en la mayoría de campañas conseguían acabar en la primera mitad de la tabla, muchas veces en posiciones europeas, los títulos no llegaban. Apuestas fuertes por fichajes desafortunados, el ansia por no conseguir los resultados deseados y, sobre todo, la retirada de su fiel compañero Peter Taylor en 1982 llevaron a Clough a verse sólo ante un equipo que aún era competitivo, pero no el mejor. En su última etapa, los problemas personales, entre ellos el alcoholismo y diferentes escándalos legales, le llevaron a dejar los banquillos en 1993, sin haber cumplido todavía 60 años. La suya fue una carrera intensa, con numerosos altibajos, y siempre con la necesidad de su tándem con Taylor para darle ese apoyo que le hacía equilibrar su personalidad y complementaba sus conocimientos de forma perfecta. Dos hombres con un destino y con el más carismático y a la vez autodestructivo de ellos como cabeza visible. Una pareja que fue tan intensa en la amistad como en las rencillas, y que no tuvieron tiempo de solventar los problemas entre ellos antes de llegar al final del camino, algo que 'Mr Clough' siempre lamentó. Su relación con el mundo del fútbol acabó, como decía, en 1993, tras la primera temporada de la era Premier, en la que, en su final, el Forest cayó hasta lo más bajo de la clasificación. Una nueva era que significaba el cruel fin de un hombre y un equipo que había marcado buena parte de la anterior. Una cruel ironía de lo que fue la vida de un personaje irrepetible.
"Cuando yo me vaya, Dios tendrá que ceder su asiento preferido"
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