30 ago 2021

Inyección de moral para empezar la temporada


  Por Rubén Pedreira

Todo lo que le podía haber salido bien al Dépor en su vuelta a la competición salió bien. El partido de ayer frente al Celta B dejó solo buenas sensaciones, pues un 5-0 logrado sin sufrimientos no es para menos. Supone generar un buen colchón de moral de cara al futuro del torneo, que además era necesario debido a la irregular pretemporada, pero también supone ver pasar ante nuestros ojos la frase aleccionadora por excelencia del deportivismo: "Cuidado con la fiesta, que nos la quitan de los fuciños".

Por ahora nadie está de fiesta en Coruña, como es evidente, no hay motivos para ello. Hay alegría, pues se ganó convenciendo y contra un rival con cierto significado emocional, pero quien más y quien menos sabe que esto solo fue un partido y que queda mucho. El Dépor no tuvo fisuras, jugó como un equipo consolidado a pesar de tener una plantilla prácticamente nueva, y eso es un paso importante de cara al futuro que pocos podían esperar viendo que las sensaciones de los amistosos eran de equipo al que le faltaba trabajo por hacer. El equipo que conocíamos hasta hoy era otro y sembraba dudas, pero un partido tampoco siembra certezas.

En cualquier caso, no hay razones para buscar hoy puntos en contra, es día para alegrarse por muchas cosas. Alegrarse por ver un plan definido de juego durante 90 minutos, por ver a dos juveniles demostrar que están más que capacitados para ser parte importante del proyecto, por una línea defensiva que esta vez sí fue sólida (en gran parte gracias al trabajo de todo el equipo que impidió al Celta causar peligro real) o por la demostración de que existen jugadores en plantilla diferenciales para la categoría. El que más destacó ayer fue Juergen, al que poco pudimos ver en verano y dejó dos asistencias dignas de colgar en la pared, pero otros como Quiles o Villares confirmaron que serán referencias, aunque en el caso de estos dos últimos sorprendió menos porque ya nos lo habían dejado claro vistiendo la blanquiazul.

Cabe preguntarse, eso sí, lo que pasará en partidos menos idóneos para desplegar el juego mostrado. El plan de juego del Celta B está entre los más propicios para desarrollar el plan de dominio y búsqueda del espacio que vimos ayer. El filial vigués jugó abierto y mirando hacia adelante, y eso permite encontrar con más facilidad las debilidades que se encontraron ayer. Hacerlo tan bien ante un equipo con calidad y que se quedó cerca del ascenso el año pasado no es sencillo, pero sí queda todavía la incógnita de ver qué pasará ante equipos de los que se espera que tengan la vista más puesta en su propia portería que en la contraria contra el equipo blanquiazul

La temporada pasada se vio perfectamente en la segunda vuelta: El partido ante el Celta B, si bien era un equipo con mucho talento, fue más exitoso para ese Dépor que buscaba ser proactivo que los jugados contra otros equipos más centrados en protegerse y hacer daño a la contra. Seguramente Juergen tendrá espacios menos evidentes para explotar la espalda de la línea defensiva en partidos futuros y los movimientos claros de rotura de Miku o Quiles serán menos habituales. Queda por ver si al equipo se le sigue haciendo de noche en la zona de tres cuartos en esas situaciones como ocurría la temporada pasada o por fin habrá armas (hay motivos para creer que sí) para romper defensas dispuestas a enrocarse en su área.

Esto acaba de empezar y nadie aprendió más que Coruña lo que es quedarse sin éxitos que celebrar incluso cuando el camino está mucho más avanzado que ahora. Pero también cabe tener confianza plena después de ver los mimbres del equipo. Al final, estamos jugando básicamente a algo que ya sabemos que es buena idea: Balones a Villares y que él marque los tiempos. Y este año, por lo que parece, los acompañantes de ataque son mucho más capaces de generar cosas cuando les llega el turno.

29 ago 2021

Anecdotario grotesco del Real Club Deportivo de La Coruña: Con un par... de goles


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La temporada 07/08 fue un gran año para Xisco. Con 9 goles anotados en 25 partidos jugados, se ganó el interés de varios clubes de Europa y acabó fichando por el Newcastle ese verano por algo más de cinco millones de euros.


De esos nueve goles, dos de ellos los marcó en la jornada 31, en un Racing - Deportivo que acabó con victoria coruñesa por 1-3. El primero de los tantos lo anotó el delantero balear ya en el minuto 1 de partido, y la sorpresa se apoderó de todos cuando en la celebración se dirigió hacia Julián de Guzmán para efectuar un palpamiento mutuo en zonas habitualmente no exploradas por el prójimo en lugares públicos, como se ve en la imagen.

Al ser preguntado años después sobre la original forma de festejar el gol, Xisco lo explicó de la siguiente manera: "Julian es mi hermano negro. Siempre estamos de broma y un día me comentó que teníamos que hacer una celebración en condiciones. Lo habíamos hablado y marqué, nos acordamos y lo celebramos. Fueron bromas nuestras, pero hubo varios del equipo que se quedaron flipados como diciendo: '¿Pero estos dos qué hacen?'. Nos reíamos mucho. Este mismo verano estuve con él en Toronto, nos acordamos de la celebración y hasta estuvimos viendo fotos. Fue algo divertido".

27 ago 2021

Anecdotario grotesco del Real Club Deportivo de La Coruña: Dos hombres y un destino


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Cuando se habla de peleas de vestuario, todavía hoy se sigue recordando con nitidez aquella que protagonizaron los dos porteros de la plantilla del Dépor en la temporada 07/08. 


Con el pelo desaliñado, un ojo visiblemente hinchado y hablando por teléfono al volante. La imagen de Dudú Aouate en Abegondo tras su encontronazo con Munúa, su rival por el puesto de portero titular en Coruña allá por el año 2008, sólo se podría definir diciendo "todo mal". Y la intrahistoria de la imagen no ayuda en nada a mejorar esa sensación.

Corría el mes de enero perteneciente a aquella temporada 07/08 cuando todo se desató. Una mala racha de resultados y de actuaciones hizo que Aouate perdiera el puesto en favor de un Gustavo Munúa con el que las cosas no mejoraron demasiado. La leyenda cuenta que el detonante del desencuentro fueron las declaraciones en rueda de prensa que el portero israelí hizo el 10 de enero, en las que calificaba su suplencia como "injusta". Esas palabras no habrían sentado nada bien a su compañero uruguayo, que acabó acercándose a él en el vestuario al día siguiente para, tras espetarle un marrullero "¿y tú qué miras?", sorprenderle con un puñetazo en todo el ojo delante del resto de componentes de la plantilla, que presenciaron el golpe sin entender qué estaba pasando allí. Los doctores tuvieron que hacer acto de presencia para suturarle a Dudu la herida provocada por el certero derechazo (o izquierdazo, las fuentes no lo aclaran).  Lo que más pareció molestarle al receptor del golpe, no obstante, fueron las formas más que el fondo, pues reprochó: "Por lo menos, si quiere pelear, que lo diga, que lo haga como un hombre y no como una chica".

La versión que el uruguayo ofreció días después al pedir perdón por su acto, eso sí, aportaba matices a la historia. Según Munúa, la discusión habría empezado a partir de un enfrentamiento que se les fue de las manos a ambos y en el que fueron "el uno a por el otro". La decisión de Lotina fue apartar del equipo a ambos guardamentas, incluso llegó a decir públicamente que ninguno de ellos jugaría más aquella temporada, aunque finalmente no fue así. Fabricio, en aquel momento portero del filial, jugó los 6 encuentros siguientes, pero más tarde Aouate volvería para ocupar la portería hasta el final. Ambos porteros continuaron sorprendentemente en plantilla la temporada siguiente, aunque por poco tiempo y sin volver nunca a ganarse el favor de Lotina.

La consecuencia legal de todo esto fue una pena de seis meses de prisión a Munúa (conmutable por una multa de 3650€), y la consecuencia deportiva fue que el Dépor empezó a sondear el mercado en busca de un nuevo guardameta. Aranzubia fue el elegido y llegó en verano tras terminar contrato, estableciéndose como indiscutible. Aouate acabó marchándose al Mallorca en el siguiente mercado de invierno, en enero de 2009, mientras que Munúa lo hizo seis meses más tarde para llegar a Málaga.

25 ago 2021

Anecdotario grotesco del Real Club Deportivo de La Coruña: El transfer invisible de Javito


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La situación alrededor del Dépor era algo preocupante en el mercado de invierno de 2011. El equipo acabó enero en una posición no demasiado dramática (14º a 4 puntos del descenso), pero existía un problema recurrente que preocupaba y mucho: La falta de gol convertía al equipo entrenado por Miguel Ángel Lotina en el segundo equipo que menos anotaba en todo el campeonato y no parecía haber solución para ello sin fichajes.

En ese contexto, el club blanquiazul decidió tomar medidas y acudir al mercado de invierno en busqueda de pólvora ofensiva, presentando en el último día de mercado a tres futbolistas ofensivos: el argentino Pepe Sand, el retornado Xisco y un canterano del Barça que llegó con la credencial de haber debutado el mismo día que Messi: Javito.

El saldo final de los fichajes no fue positivo. Xisco, cuya vuelta ilusionaba tras haber tenido una buena etapa previa en el Dépor, solo tuvo tiempo de jugar dos partidos, para empezar a recuperar forma tras medio año sin entrar en los planes del Newcastle, antes de lesionarse el aductor y perderse todo un mes de competición. El balear acabó la temporada con 9 partidos disputados y dos goles anotados. El caso de Sand no fue mejor: el atacante argentino, que llegaba precedido por la fama de goleador que le convirtió en ídolo de Lanús, llegó muy fuera de forma tras dos años en el fútbol de Emiratos Árabes y en ningún momento dio muestras de estar en disposición de jugar al fútbol. Cero goles en cinco partidos disputados no contribuyeron en nada a evitar un descenso que se acabó consumando en la última jornada. En el caso del tercero de los fichajes, la historia da para más comentarios.

Javito llegaba tras convertirse en uno de los ídolos indiscutibles del Aris Salónica. Extremo habilidoso y con capacidad goleadora, fue referencia de un equipo que llegó a dar alguna que otra sorpresa en Europa (al Atlético de Madrid, por ejemplo) y plantó cara a los grandes en el campeonato doméstico. La situación del futbolista era curiosa, pues llegó para jugar medio año en Coruña habiendo fichado ya por el Olympiacos para llegar a Atenas a partir del verano siguiente. Por otro lado, a la hora de oficializar el fichaje, los datos suministrados a la FIFA por parte de ambos clubes implicados no coincidían: El Dépor hablaba de cesión mientras que el Aris hacía constar un traspaso, existiendo además retrasos en los plazos porque los griegos esperaron a recibir la primera cuota del pago para enviar los datos requeridos.

La situación generada fue incómoda. Las noticias sobre la situación del futbolista se sucedían y en ninguna de ellas parecía vislumbrarse un final. Tras la sorpresa inicial de Lotina al comunicársele que no podría contar con él en el primer partido de febrero, contra el Getafe, empezó una romería de titulares en la previa de cada jornada que seguían el mismo patrón: "Javito tampoco estará disponible contra el Villarreal", "Javito será baja también en Almería"... La FIFA acabó denegando el pase temporalmente y delegó la decisión definitiva a la Comisión del Estatuto del Jugador, decisión que se demoró mes y medio para dar finalmente un veredicto que no podría ser peor para los intereses deportivistas. No permitían cesiones de jugadores con menos de seis meses de contrato por delante, la llegada del transfer a Coruña quedaba prohibida. 

El jugador se fue de Coruña habiendo solo entrenado con el equipo, sin haber podido disputar ni un solo minuto y llegando finalmente a Olympiacos para cumplir el precontrato que había firmado antes de su llegada a Coruña, aunque en su vuelta a Grecia no cuajó y su carrera no llegó a despegar a partir de ese momento. Actualmente quema sus últimos cartuchos como futbolista en el CP Moraleja de la Primera División Extremeña.

17 ago 2021

Anecdotario grotesco del Real Club Deportivo de La Coruña: La llamada de la selva


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Después de casi 20 temporadas defendiendo los colores del Deportivo, Manuel Pablo se retiró con muchas anécdotas que contar a sus nietos. No obstante, seguramente nunca se habría imaginado que una de ellas fuera la que le ocurrío en San Mamés en la 13ª jornada de liga en la temporada 07/08.
 
 
El episodio se conoció en palabras del médico del club, Carlos Lariño, quien contó a los medios el apuro por el que pasó el lateral diestro en aquel partido contra el Athletic. Un virus estomacal afectó aquella semana a siete jugadores de la plantilla deportivista, siendo uno de ellos el antiguo defensa blanquiazul. El futbolista se acercó al banquillo en pleno partido y le comentó a Miguel Angel Lotina que se encontraba indispuesto, comentario sobre el que el técnico quiso saber más detalles. Cuando su entrenador le preguntó "¿cómo que indispuesto?" Manuel Pablo no se lo pensó dos veces antes de responder con un rotundo "¡que me cago!".

Al ser preguntado por el incidente, el propio jugador explicó que había esperado todo lo posible con la esperanza de llegar al descanso y poder quitarse ese marrón de encima, pero se lamentó explicando que "llegó un momento en el que no pude aguantar más", y acabó teniendo que pedir permiso al cuarto árbitro para salir corriendo hacia los vestuarios. Al final, con la profesionalidad característica del jugador, todo quedó en una anécdota y el lateral jugó el partido completo, salvo ese rato de ausencia forzada, hasta que el árbitro señaló el final con 2-2 en el marcador.

15 ago 2021

Anecdotario grotesco del Real Club Deportivo de La Coruña: Un paseo en Mini


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El Dépor encaró el mercado de verano de 2013 con ciertas urgencias. Recién descendido y con un tope económico marcado por la Liga que no daba para grandes alardes, el club coruñés llegó al final del mercado con algunos huecos en su plantilla todavía por cubrir.

 


Las últimas pinceladas para cerrar la plantilla deportivista serían un central que ya había vestido la camiseta blanquiazul la anterior campaña, Carlos Marchena, y un delantero propiedad del Udinese, Alex Geijo. Ambos se presentaron a día 2 de septiembre de 2013 a pasar reconocimiento médico con el club y fueron paseados por la ciudad de Coruña en un Mini descapotable, siendo fotografiados por periodistas y aficionados que daban por hechos ambos fichajes. No obstante, pocas horas después se confirmaba que la presencia de uno de los dos protagonistas en el paseo sobraba.

Con el club metido en un proceso concursal, cada fichaje era observado con lupa por los administradores del club, que debían dar el visto bueno antes de firmar a cualquier futbolista. El contrato de Marchena fue aceptado, pero en el caso del delantero la cosa no pintó igual de bien. Tras semanas de negociaciones y un reconocimiento médico pasado, el jugador del Udinese veía como, poco después de sacarse la foto que ilustra este artículo, el administrador concursal salía a declarar públicamente que su fichaje era "absolutamente inasumible" y que no llegaría a oficializarse. Así, en cuestión de escasas horas, Alex Geijo pasó de darse un baño de masas en Coruña en el asiento trasero de un descapotable a fichar por uno de los rivales del Dépor aquella temporada: el Mallorca.