29 mar 2013

Cuando el orgullo reivindica



 Por Rubén López | rubenlopezfcp@gmail.com

Existe una clase de jugadores que siempre viven cuestionados. Futbolistas que, ya sea por factores propios o externos no consiguen que el ojo crítico del público les de un respiro. Suele ser una cruz que una vez impuesta no se puede quitar, ya que su peso es abrumador. Pero a veces, sólo a veces, el portador es capaz de deshacerse de sus grilletes y conseguir cambiar una opinión que, muchas veces, no es justa.

El de Riki es uno de esos casos. Un futbolista que llegó al Deportivo hace ya 7 temporadas procedente del Getafe, donde sus actuaciones hicieron pensar que a Coruña llegaba un crack. No obstante, su rendimiento desde el principio no fue el esperado. Siempre luchó y lo puso todo sobre el campo (aunque quizás no en la medida de los últimos años) , pero le faltó siempre algo que le exigieron desde el primer momento: goles.

En Getafe, Riki jugaba casi siempre en posiciones de apoyo ofensivo (extremo, segundo delantero...), pero en su llegada a Coruña se le hizo jugar como referencia, como el encargado de definir las jugadas. Con esa situación se encontró en una situación delicada, ya que le pedían cumplir un perfil que no le correspondía (una situación que también sufrió en sus carnes Adrián López en su última temporada con Lotina). Riki siempre fue un grandísimo delantero acompañante, perfecto generando espacios y tirando desmarques, algo que favorece al juego combinativo y a que el balón llegue más fácilmente a un jugador definidor, pero lo cierto es que a la hora de encarar la portería siempre tuvo problemas.

En el Depor siempre se encontró sólo ante el peligro, y sin un compañero en ataque que se beneficiase de su trabajo y movimientos y a la vez le permitiese deshacerse de la presión del gol. Escasas fueron las ocasiones en las que el equipo formó con dos jugadores en punta de ataque, y eso siempre le perjudicó. Hasta estos últimos años. El descenso le dolió, y más teniendo en cuenta que fue uno de los principales señalados debido a sus errores contra el Valencia en la jornada decisiva. Esos errores y las críticas que sobrevinieron hirieron su orgullo. No quería que nadie tuviese nada que reprocharle, porque después de tantos años aquí se sentía un deportivista más. Y se prometió que nunca más haría que nadie le señalase por los problemas del equipo.

Ya en Segunda División, ya superada la treintena, se propuso cambiar. Y con la experiencia que brindan los años y una fortaleza mental reforzada consiguió hacer frente a todos sus problemas pasados. Miró cara a cara a sus problemas con las lesiones y las venció, reduciendo sus continuos problemas musculares en gran medida. Se enfrentó también a sus problemas con el gol, y consiguió su mejor marca anotadora desde su llegada al fútbol profesional, con 14 tantos que lleva camino de igualar esta temporada.

El orgullo lo convirtió en uno de los delanteros más en forma de esta Liga, con 11 goles que le hacen estar empatado con el 9º clasificado en la lucha por el Pichichi (que más que lucha es un monólogo de Leo Messi), algo que tiene relevancia si tenemos en cuenta que estamos ante el delantero del colista. Se haría incomprensible que su rendimiento no reportase mucho más al equipo si no fuese por el pésimo nivel defensivo del equipo blanquiazul. 

Triunfó el año pasado y ahora, en la temporada más complicada imaginable, está ante el reto de no dejar al equipo de nuevo en Segunda en el que muy probablemente será su último año. El orgullo mediante el que convirtió las dudas en aplausos en la grada de Riazor le hizo abrir la lata en el partido más importante del año, el que acabó con victoria ante el Celta en Riazor, empezando así la lucha definitiva por la permanencia. Pase lo que pase, dejará un recuerdo imborrable por su lucha, la que le hizo pasar de cuestionado por muchos a ídolo de la afición.

27 mar 2013

Desafiando el miedo al lateral izquierdo


 Por Rubén López | rubenlopezfcp@gmail.com

Hay una verdad innegable dentro del mundo del fútbol. Una verdad que muchas veces se convierte en pesadilla debido a la dificultad de sortear el obstáculo que plantea: el de lateral izquierdo es el puesto de mayor complejidad a la hora de cubrirlo adecuadamente en un equipo. Con los dedos de las manos se pueden contar los equipos que cuentan con una pareja de notables jugadores para esta posición, y es que no abundan los LI de categoría. Cuando un equipo puede permitirse gastar dinero el problema se suaviza, pero en equipos de menor poder adquisitivo, es un quebradero de cabeza grave.

Desde mi perspectivo no me hace falta ir muy lejos para entender de lo que hablo, ya que el Deporivo lleva desde la marcha de Filipe Luis sufriendo una falta de calidad inmensa en este puesto. Pero hoy no quiero hablar de desastres, sino de aciertos. Y tampoco quiero hablar de equipos, sino del caso de la selección española, ya que parece claro que, por primera vez en mucho tiempo, España va bien servida en esta posición. Una posición que es el cortafuegos principal a la hora de cortar ofensivas por banda, y que una vez pillan la espalda a quien la ocupa, el peligro está asegurado, por tanto es vital tener a alguien de calidad cubriéndola, que evite no sólo los problemas derivados de él mismo, sino también los que llegarían debidos a la necesidad de que un central se vea obligado continuamente a corregir sus errores.

Todos recordaremos aquellos tiempos de sequía absoluta en el puesto de lateral zurdo, en los que Raúl Bravo llego a acaparar 14 internacionalidades y se llegó al extremo de tener que nacionalizar a un jugador como Mariano Pernía para que llegase a jugar 11 partidos con el equipo nacional. Con este panorama las cabezas españolas se llenaban de manos llevadas hacia ellas en cada alineación que salía a la luz. No obstante, creo que será mejor no profundizar demasiado en esta época oscura, en la que no sólo Raúl Bravo (ahora en el siempre competitivo penúltimo de la liga belga) hizo sus pinitos, sino que también probaron suerte gente como Arizmendi, Jose Ignacio, Gabri y un inagotable cúmulo de despropósitos que hicieron que los inicios de siglo fuesen, cuanto menos, desilusionantes.

Todo cambió con la llegada de Luis Aragonés, que apostó por un Joan Capdevila que siempre cumplió, aunque también es cierto que era el eslabón más débil de la defensa española y no había un recambio de garantías. Con el declive de Joan hubo un pequeño lapsus de pánico, aunque había un par de jóvenes que crecían de forma rápida y segura: uno era Jordi Alba, con su desparpajo ofensivo, y el otro Nacho Monreal, con su eterna corrección en todos los aspectos del juego. Uno se destapó definitivamente en la Eurocopa confirmando lo que ya era en Valencia y acabó fichando por el Barcelona, mientras que el otro demostró de forma más gradual, primero en Málaga y después sorprendiendo en la Premier por su rápida adaptación, que era un lateral de sobrada valía.

Por primera vez en muchos años España tiene en sus filas a dos jugadores de nivel mundial para tapar el hueco del lateral izquierdo, y es algo digno de apreciar. Lo más increíble de estas generaciones de futbolistas españoles es que parece ser un generador de calidad inagotable que hace que en ningún momento existan puestos sin cubrir de forma segura. En todas las demarcaciones hay jugadores jóvenes preparados para sustituir a los actuales cuando llegue el momento, y es algo que hace temer menos por el futuro cuando las estrellas actuales se retiren.

25 mar 2013

Manual de estilo (II): Los ideales de juego


Por Rubén López | rubenlopezfcp@gmail.com

Siempre pensé que, a la hora de entrenar a un equipo, hay dos conceptos clave: la psicología (de la que ya hablé) y el estilo de juego, de lo que hablaré hoy. Este último apartado, es decir, la forma de jugar, es vital porque será el clavo ardiendo en los momentos duros, el ideal que un equipo va a defender hasta el final, y ha de estudiarse perfectamente para asegurarse de que es la forma adecuada de afrontar una competición. 

En mi opinión, lo primero que ha de tener claro un entrenador cuando se sienta en el banquillo de un equipo es 'a qué quiere jugar'. Puede tener a once jugadores en mente para alinear, puede tener una pizarra mágica con miles de jugadas preparadas, pero no sirve de nada si no se basa todo alrededor de unas bases asentadas a las que echar mano con certeza, sabiendo que en ese guión se encontrará en todo momento la respuesta.a las dudas que surjan durante el partido.

Es vital predefinir y estudiarlo desde una visión de temporada e intentar traicionar lo menos posible los citados ideales. No suele ser un método fiable el de alternar entre la valentía de los partidos de casa con cobardía en las salidas, ya que es algo con lo que los jugadores suelen acomplejarse. Un entrenador que renuncia a sus ideas cuando sale de su estadio crea en los jugadores una sensación de que no son capaces de dar la talla más allá de su terreno y no es fácil de salir de ella si los resultados no acompañan. Cuando decides que quieres jugar al fútbol la coherencia es lo más arriesgado, pero a la vez es la única forma de lograr que las costumbres se fijen en los jugadores. Es muy complicado conseguir un equipo compacto si cada fin de semana se alterna entre estilos.  Si no confías en la capacidad de tu equipo para jugar de tú a tú (evidentemente hablo de encuentros viables, no de un España - Nauru) y el resultado será la alternancia de estilos en porcentajes que ronden el 50-50 es mejor que te replantees el optar por el cerrojo.

Todo esto no quiere decir, no obstante, no adecuarse al rival (algo indispensable para obtener resultados), pero sí procurar que esto no sea el único objetivo. Como dije en el anterior artículo de la sección, el de la psicología, gran parte de los éxitos y fracasos del fútbol se explican entrando en la mente y la moral del equipo. Hacer ver a los jugadores que la intención es que el otro equipo sea el que deba adaptarse (aunque sea na falsa ilusión) y no al revés es algo a tener en cuenta si se quiere obtener algo más que una fama de amarrategui. ¿Suena complicado? No haberte querido apuntar a la moda del jogo bonito...

Y es que precisamente la apuesta por el fútbol de toque es una de las cosas que más de moda están en el fútbol actual, pero también una de las más voraces a la hora de devorar entrenadores que se la juegan con ella. Es quizá muy fácil para el imprudente decir que se apostará por el buen fútbol (algo que gusta mucho actualmente de cara a la galería) sin tener claro lo que eso supone. Para empezar, en el juego de toque se puede optar por multitud de variantes, pero si hay una figura que es clave e inamovible es la del organizador. Un organizador es un punto innegociable porque es el que se encarga de estar ahí cuando no hay avance posible para ofrecerse y empezar de nuevo, que sabe romper líneas, y entre otras cosas, se encarga de buscar el pase más seguro, es decir, el que no sólo no será una pérdida por su parte, sino que también hará que su receptor coja el balón en la mejor situación posible. En un día cercano hablaré de la figura del organizador, algo que muchas veces se confunde con un mediapunta cuando son dos cosas completamente diferentes. No es lo mismo Xavi que Iniesta.

Es también evidente que no todos los equipos sirven para todo. Muchos son los ejemplos de entrenadores que fracasaron en el empeño de lograr una buena temporada por no saber a qué jugar, por tener unas ideas preestablecidas que le llevaron al éxito en otras ocasiones y no saber adaptarlas a un nuevo equipo. Para este tema, la capacidad de saber hacer ver a los futbolistas que quienes hacen el juego (en el sentido de que se tienen en cuenta sus características a la hora de concebirlo) son ellos suele hacer que se comprometan más con la idea que con la de un técnico que llega a imponer sus métodos prefabricados.

Puede que estéis pensando que hablo teniendo en cuenta la formación táctica, pero no es necesariamente así. La formación es, más que un estilo, una forma de decirle a los jugadores cómo han de posicionarse al inicio del partido, y también importante porque marca la calidad del espacio cubierto por ellos, pero no dice, a priori, cuál será la mentalidad de juego (aunque claro está que un entrenador que opta por un 4-5-1 no optará por un juego 'a lo Barça'). En el siguiente artículo hablaré de esto mismo, de la táctica, pero siempre enmarcada desde el punto de vista de utilizarla bajo unas ideas a las que siempre echar mano. La victoria dependerá en gran medida del compromiso con ellas. De eso y de la suerte, eterna figura presente en la lotería del fútbol.

24 mar 2013

Goles míticos (XX): Djalminha al Celta (2000)


Djalma había salido desde el banquillo en el minuto 57 sustituyendo a un Valerón que cumplía por aquel entonces, un 26/11/2000, su primer derby como deportivista. Jabo Irureta daba entrada a la magia del brasileño para intentar deshacer el entramado defensivo forjado por Víctor Fernández por el cual el equipo coruñés no había podido cambiar el 0-0 inicial que anunciaba el marcador.

Menos de 20 minutos en el campo le hicieron falta a Djalminha para inventarse los tres puntos. Tras un balón magistralmente enviado por alto por Diego Tristán, un taconazo fue la creación que se sacó de la manga el jugador paulista para dejar sin reacción a Yago Alonso y convertir posteriormente por el palo largo de la portería de Pinto un 1-0 que sería definitivo.



22 mar 2013

Cita con el balón (IV): Ryan Giggs


Por Rubén López | rubenlopezfcp@gmail.com


Ryan Giggs se comporta públicamente fuera del campo como un hombre tranquilo. No suele hacer declaraciones más allá de lo rutinario, pero hoy quise rescatar una de sus citas, una que resume lo que es este futbolista:


El galés tiene poco ya por demostrar dentro del mundo del fútbol. Lo ganó todo excepto a nivel de selecciones, ya que Gales nunca aspiró a mucho, y todavía espera conseguir más títulos. Sigue ahí, en su media de unos 25 partidos de liga al año a pesar de que el tiempo pasa y roza ya los 40. Los calificativos se agotan para un hombre al que las habladurías buscaban sustituto ya hace años, cuando apenas sobrepasaba la treintena, pero se encargó de callar bocas con el paso del tiempo, siendo siempre el pupilo favorito de Sir Alex Ferguson.

A sus 39 años tiene todavía uno más de contrato firmado recientemente y sigue teniendo una influencia clave en el juego del Manchester cuando los partidos están para él. Es un mito viviente que comenzó su carrera como futbolista cuando el que aquí escribe todavía ni había nacido y que aún sigue haciendo lo que mejor se le da, imponer criterio y veteranía en el ataque del United. Esperemos que nos regale todavía unas cuantas grandes noches más antes de que le llegue la hora de dejarlo.


16 mar 2013

La casa de las puertas de cristal


  Por Rubén López | rubenlopezfcp@gmail.com

Existe un lugar especial en nuestro mundo, en el que decides entrar o salir a tu antojo. Un lugar cuyas puertas son de cristal, permitiéndote ver el exterior desde dentro y el interior desde fuera. No engaña a nadie, sino que se muestra, sincero y sin tapujos, tal y como es. Es una casa en la que cualquiera que quiera convivir es bien recibido, y donde, a su vez, no se pone inconvenientes para que nadie abandone el barco si lo cree oportuno.

Entiéndase la metáfora, ya que no estoy hablando de un lugar físico, sino de un sentimiento. Un sentimiento que ayer vivimos de forma magistral, con la ilusión de un niño con zapatos nuevos, aunque de antemano sabíamos que esos zapatos nos podían hacer perder el equilibrio y podían acabar tirándonos definitivamente al suelo, pero no fue así. Ayer, en Riazor, se vivió una fiesta dramática, una celebración que fue la primera alegría del año para un equipo hundido que quiere empezar a salir del fondo de un mar de premura cuando cada vez queda menos tiempo.

Fue un año duro, en el que ni Oltra ni Domingos supieron hacer nada por frenar un vehículo que se precipitaba cuesta abajo y sin frenos, pero la llegada de Fernando Vázquez trajo algo diferente. Desde el primer momento aportó la misma ilusión desde el banquillo que la que había tenido la grada hasta que el fútbol se la quitó. Y aunque los resultados no le habían hecho justicia, en el derby todo cambió, aunque todavía no sepamos si el efecto perdurará más allá de lo visto hace menos de 24 horas.

Las puertas de cristal se abrieron durante este año en muchas ocasiones, dejando salir a aquellos que creían que lo que veían fuera le traería más alegrías. Gente que lo intentó, pero no supo entendernos, que nos ve como a locos que animan a una causa perdida, pero no sabríamos hacer otra cosa. No sabríamos dar nuestro apoyo a una causa que no fuese la nuestra, porque lo único que entendemos como una pasión es al Depor, y eso no se compra ni se vende. No se aprende ni se olvida, sólo se siente, y momentos como el de ayer nos recuerdan por qué estamos al lado de un escudo con fidelidad permanente.

Durante 90 minutos nos olvidamos de los problemas y volvimos a los viejos tiempos, a sentirnos en aquellas épicas luchas entre vecinos de principios de siglo, cuando ambos equipos pasábamos nuestra época dorada haciendo historia. Aquellos momentos serán irrepetibles, pero estas réplicas a pequeña escala nos hacen conformarnos. Espero sinceramente (aunque sea casi utópico) que ambos equipos nos quedemos donde estamos, ya que sin derby la temporada no sería igual, y el fútbol gallego se merece estar donde está después de tanto luchar por ello. Somos rivales, pero sería de locos pensar que somos diferentes, pensar que si naciésemos en la ciudad contraria no seríamos del equipo rival. Al fin y al cabo, el rechazo surge porque somos iguales y opuestos, como cargas eléctricas.
No es fácil ilusionar a una afición a la que apenas le quedaba nada en lo que creer, que ya pensaba en el año próximo y se temía lo peor debido a los problemas económicos. Pero Vázquez llegó y lo consiguió, y es de agradecer su empeño, se logre o no el objetivo.

Noches como la de ayer nos dicen que en nuestra casa estamos a gusto. Puede haber lugares en los que la cubertería es de oro y las sábanas de seda, pero preferimos lo nuestro, porque aunque no tenga valor material, tiene una incontable valía sentimental. Hagamos que esto no quede en nada, sigamos apoyando durante lo poco que nos queda, porque al final, lo único que necesitamos en los momentos difíciles es un empujón. Ayer lo obtuvimos, y todos los esfuerzos de los Valerón, Riki, Alex y la gente que lleva el alma de este equipo en el campo se vieron recompensados. Conseguimos lo más difícil, que es llegar a la velocidad adecuada, y ahora debemos conservar la inercia para que esto siga. Empezamos a perdonar los errores del pasado reciente y ya sólo pensamos en el futuro inmediato. Gracias por hacernos creer que sí se puede cuando ya nadie daba nada por nosotros. Y pobre del que quiera robarnos la ilusión.

13 mar 2013

TOP 10 2013: Porteros


  Por Rubén López | rubenlopezfcp@gmail.com


NUEVA VERSIÓN -> TOP 10 2017: Porteros

El fútbol es cambiante, quizás demasiado. Todo está en continuo movimiento y rápidamente se queda obsoleto. Mi idea hasta hace poco era la de renovar las clasificaciones de esta sección cada dos años, pero repasando de nuevo las que hice el pasado año a estas alturas me encuentro con que estoy en rotundo desacuerdo conmigo mismo en bastantes aspectos. Es por eso que hoy comienzo nuevamente, como siempre desde el principio, con los mejores porteros del mundo.

Estas clasificaciones estarán siempre valoradas desde un equilibrio talento/rendimiento actual.



Nº1 Gianluigi Buffon, 35 años


El mayor talento que pude ver defendiendo una portería de fútbol. A sus 35 años todavía lo veo como el mejor portero del mundo por sus condiciones innatas, y es que estamos ante el mejor arquero de las últimas décadas. Aunque esta temporada su nivel bajó, la anterior campaña fue una de las mejores de su carrera. Puede que la edad empiece a decir que es momento de pensar en dejarlo, pero mientras siga jugando a primer nivel y ofreciendo signos de que sigue teniendo sus condiciones casi intactas me niego a dejar de decir que es el mejor del mundo.


Nº2 Joe Hart - 26 años


Siempre fui muy partidario de la candidatura de Joe Hart a futuro mejor portero del mundo. Su sangre fría, su habilidad para destacarse en cada acción y su temperamento, que le dotan de un gran mando en su área son características que le hacen ser un portero excepcional. El Manchester City es el equipo que menos goles encaja de la Premier, y él tiene mucho que ver. Siempre confiado en sus posibilidades sin que esto resulte contraproducente y siempre un seguro de vida en los grandes partidos, en los que suele dar su mejor versión.

Nº3 Iker Casillas, 31 años


Está siendo la temporada más complicada para el capitán madridista. Después de su excepcional papel durante la Eurocopa, José Mourinho lo sentó tras unas actuaciones dudosas durante la primera mitad de campaña. Sus problemas a la hora de salir de entre los palos parecen acrecentarse con el paso del tiempo en lugar de ir a menos y eso no se le puede pasar por alto a un portero de su talla. No obstante, sus reflejos son sobrehumanos, y sólo superados por los del mejor Buffon. Un eterno salvador de su equipo que este año no estuvo a su nivel durante la mayoría de tramos de la competición.

Nº4 Petr Cech, 30 años


El portero del Chelsea sufría, hasta hace poco más de un año, una caída alarmante en el rendimiento que le había llevado a ser uno de los tres mejores del mundo en su posición. A día de hoy, y después de conseguir volver a asentarse como uno de los pilares de su equipo en los éxitos logrados al final de la campaña pasada vuelve a no haber dudas sobre su figura, y parece que el relevo generacional tendrá que esperar todavía un tiempo, aunque sus actuaciones de esta temporada vuelven a ofrecer, a veces, luces y sombras. Un portero alto, sobrio y meticuloso en sus actuaciones.


Nº5 Hugo Lloris, 26 años


Temporada sobresaliente la del francés en el Tottenham, en la que sacó de la portería a Brad Friedel, un portero que llevaba cuatro años sin perderse un partido de Premier League. El ex del Lyon es un portero muy sobrio y con unos reflejos y agilidad deslumbrantes. Concentrado durante todo el partido, es muy complicado pillarlo en una situación de despiste. Es el primer portero de Francia con mucha diferencia, ya que su teórico competidor por el puesto, Mandanda, está a años luz de su nivel.


Nº6 René Adler, 28 años



Existe una marcada dualidad entre los defensores de Adler y los de Neuer como mejor portero de Alemania. Después de superar su larga lesión y ver que vuelve a estar en la línea de sus actuaciones de antes de la misma, yo me decanto por el portero del Hamburgo. Sin el bombo mediático que tiene su competidor por el puesto en la Mannschaft pero con cualidades que le hacen ser un portero más completo, Adler hace de su envergadura, notable uno contra uno y veloz capacidad de reacción sus mejores bazas, además de destacar por su regularidad y por saber imponerse a todos en el área.


Nº7 Victor Valdes, 31 años


En la que será casi con total seguridad su última campaña en el Barcelona, el portero catalán no está pasando por su mejor momento, ya que el equipo blaugrana, a falta de 11 partidos, lleva ya más goles encajados de los que recibieron durante las últimas dos temporadas completas. Puede que Valdés no sea el prototipo habitual de portero, pero sí es el perfil perfecto para el fútbol del Barcelona. No destaca especialmente por unos grandes reflejos, pero sí tiene un excepcional uno contra uno y fiabilidad en sus salidas. Además es con total seguridad uno de los porteros más seguros del mundo con el balón en los pies.


Nº8 Manuel Neuer, 26 años


El portero alemán está ante una temporada apoteósica. 10 goles encajados en 25 partidos de Bundesliga hacen una media de record, una marca casi imbatible. Esto es gracias a un entramado defensivo completamente fiable tejido por Jupp Heynckes, pero además cuando el rival pisa área el guardameta cumple con su función de manera notable. Su altura combinada con sus excelentes reflejos le hacen infranqueable entre los tres palos, aunque cuando debe salir de la portería sufre bastante.

Nº9 Samir Handanovic, 28 años

 

El portero esloveno se está convirtiendo en el mejor fichaje de la temporada para el Inter, que confió en él después de sus grandes temporadas en el Udinese. Con su envergadura y aglilidad llega hasta donde otros ni lo intentan. Su gran handicap siempre fue la irregularidad, aunque esta temporada, a fuerza de tener que estar enchufado durante los 90 minutos debido a los problemas defensivos de su equipo, parece ir subsanándolo.

Nº10 Wilfredo Caballero, 31 años


Sí, no admite discusión. Willy Caballero está, mientras nada indique lo contrario, asentado como uno de los mejores porteros del mundo después de demostrarlo sobradamente con sus actuaciones en Málaga. Salvador de causas perdidas y espectacular en todos los aspectos del juego, explotó definitivamente alcanzada la treintena después de ser durante años el mejor portero de Segunda División. La portería argentina le espera.



- Menciones destacadas:

Thibaut Courtois, 20 años

Si hubiese puesto para el 11º clasificado, ese sería él. El portero del Atlético mejora con ritmo constante y se convirtió durante las dos temporaras que lleva en Madrid en un muro incuestionable. Cech tiene recambio asegurado.


Jussi Jääskeläinen, 37 años 
El portero del West Ham se mostró esta temporada en una forma increíble a sus 37 años. Después de toda una vida en el Bolton siendo uno de los jugadores más destacados, emigró esta temporada a Londres para seguir siendo lo que es, un portero de Premier. Se merece una mención a pesar de que no es para nada un habitual de este tipo de clasificaciones


Salvatore Sirigu, 26 años
Destacó en Palermo y el PSG se lo llevó a la Ligue 1 para ocupar una portería que había quedado huérfana en 2011. Los parisinos no se arrepintieron de su contratación, ya que el italiano es uno de los porteros más sobrios de Europa. Siempre concentrado y con el don para colocarse en el lugar adecuado, es tremendamente raro verle cometer errores.


Marc-André ter Stegen, 20 años
Es, junto a los Leno, Zieler y Baumann, uno de los componentes de la hornada de jóvenes guardametas que hacen que el futuro de la portería de alemana brille con luz propia. Un muro infranqueable en la portería del Gladbach.

12 mar 2013

3 años de FCP


De forma breve, decidida y bastante absurda comenzamos a hacer este blog un 12 de marzo del año 2010, cuando el que aquí escribe no era más que un joven (y todavía lo es, ya que el paso del tiempo se va comportando adecuadamente) sin demasiada idea de nada (y, de nuevo, todavía sigue sin tenerla) cuya existencia ni siquiera había llegado al quinto de siglo (aunque en este caso, por suerte o desgracia, no se mantiene la condición inicial). En resumen, que esto empezó como empiezan muchos otros proyectos, de una forma con demasiadas papeletas de causar aburrimiento a los dos días.

No fue así y este invento me siguió durante estos tres años en los que, con periodos de inactividad fruto de la desgana o la ocupación, el blog fue actualizándose con mayor o menor frecuencia, pero siempre acompañándome durante el tiempo que tuve disponible para dedicarme a dos de mis grandes aficiones, el fútbol y el lenguaje escrito. Comenzamos, como ya dije, de manera bastante incierta, pero siguió adelante. Hoy, 36 meses después, las dos personas que me acompañaron en los inicios lo dejaron para hacer otras cosas (todas ellas relacionadas con la pereza y la buena vida) con sus existencias, pero a mí me apetecía seguir. Aún así, la ayuda de @a__prado sigue siendo inestimable cuando hace falta algún cambio en el diseño de la web, y la emblemática sección de 'Mujeres de fútbol' con la que nos deleitaba @martinjmb todavía sigue teniendo alguna tímida visita de aquellos que buscan inspiración (?) en las fotos de Zaira Nara o Sylvie van der Vaart.

No me imaginaba aquel día, cuando esto no era más que una plantilla genérica con unas cuantas letras mal escritas que terminaría estando aquí a estas alturas, con más de 700.000 visitas a mis espaldas y oportunidades interesantes obtenidas gracias a esto. No sé cuánto tiempo más le quedará, pero sí que este 'hijo' ya tiene tres años y creo que algo hice mal, porque aún no sabe andar.

11 mar 2013

El escudo del Betis


  Por Rubén López | rubenlopezfcp@gmail.com



El Real Betis Balompié cuenta con 105 años de historia, pero no siempre existió bajo ese nombre. Nació de la fusión (propiciada por un inglés amante del fútbol llamado Herbert Jones) de dos clubes de la ciudad de Sevilla, el Sevilla Balompié y el Real Betis F.C. El primero de ellos era en 1914 un equipo ilustre de la ciudad, con buen palmarés, mientras que el Betis F.C. era un club humilde, por lo que la fusión se puede catalogar más bien como una absorción, en la que los jugadores y estadio (Campo de las tablas verdes) seguían siendo los del Balompié, aportando el Betis F.C. su afición y la condición de 'Real' otorgada por Alfonso XIII. El primer escudo del equipo fue una insignia bordada originalmente por la abuela de Jones.

Durante los inicios de la existencia de este rebautizado equipo se llegó a temer por su subsistencia, a pesar de que se proclamaron campeones de la competición local en su primer año. Ya por aquel entonces existía rivalidad con los vecinos del Sevilla C.F., que se llevaban a los mejores jugadores. En 1920 se creó un escudo con forma de rombo y dos 'B' entrelazadas (uno de los símbolos que aún se mantienen en el escudo actual), que estuvo vigente hasta la segundo mitad de la década de los 20's, cuando se modificó y cambió la forma del rombo por un círculo, con lo que se instauraba así la forma central del escudo usado actualmente. El club tuvo unos comienzos difíciles, pero consiguieron estabilizarse para finales de los años 20, cuando se fundó la Liga Española, comenzando a competir en la segunda categoría del fútbol nacional. Poco después de su debut en liga, en 1930, volvieron a hacer cambios en la insignia sin demasiada importancia, simplemente modificando el diseño de las dos letras entrecruzadas para hacerlas destacar más en el conjunto.

Llegaron los tiempos de la II República, en los que el equipo bético grabó los mejores momentos de su historia, ganando la liga en 1935 y llegando a la final de Copa. Por estos tiempos, y debido a normas instauradas por el gobierno republicano, no se permitía la presencia de coronas en escudos y la directiva se decidió a cambiar el distintivo del club. Primero se limitaron simplemente a suprimir el símbolo monárquico y dejar el resto como estaba, pero a la vista de que no quedaba del todo estético se decidieron por volver a hacer un cambio drástico. El club convocó un concurso para elegir el nuevo emblema, y el ganador fue un diseño verdiblanco con forma triangular que recuperaba la forma del rombo en su parte central con las iniciales del club en su interior. El escudo actual empezaba ya a perfilarse de forma clara.

Al finalizar la Guerra Civil, poniendo fin a la República, la corona fue devuelta al escudo en 1941, pero el resultado no quedaba del todo bien con aquel diseño, por lo que la afición debatía entre usar ese o volver al antiguo de diseño circular. Con motivo del cincuentenario del club, en 1957, se hizo un cambio de diseño, imponiendo el círculo que distinguía al equipo en sus orígenes, con las dos 'B' de las iniciales en su interior y manteniendo el triángulo invertido que lucía desde hacía más de dos décadas. Aquel escudo fue instaurado bajo la presidencia de Benito Villamarín y perduró durante los últimos cincuenta años, modificándose sólo un par de veces (en 1994 y 2012) para modernizar sus detalles, pero manteniendo la misma base.




Fuentes: [1] [2]

1 mar 2013

La gallina de los huevos menguantes


 Por Rubén López | rubenlopezfcp@gmail.com

El sueño de todo hombre ambicioso y capitalista: un negocio lucrativo en el que casi todo el mundo tiene sentimientos que le llevan a no ser capaz de despegarse de él bajo ningún concepto, ni siquiera por la distancia. Un negocio en el que hay ganancias para todos y que llegan de sobra para vivir cómodamente. Eso es el fútbol.

El problema llega cuando vivir cómodamente no es suficiente, sino que se busca amasar la mayor cantidad posible de papel moneda dentro del bolsillo. Llega cuando además los encargados de manejarlo no tienen la autoridad suficiente para imponerse y les empiezan a nacer hilos de los brazos, piernas y cabeza, subiendo hasta una cruceta de madera manejada por aquellos a quienes establecieron como amos. A los poseedores del poderoso caballero.

Hay formas de subsistir con el día a día de forma apacible, sin exprimir hasta el extremo la rentabilidad de un deporte, la paciencia de los aficionados (sin los cuales no habría negocio) y el sentido común. Los que mandan no quisieron mandar, mientras que la opción de lurarse parece atractiva, y pusieron a dirigir la nave a otros que cedían el dinero a cambio de poder, sin que sus nombres aparezcan en el organigrama de la LFP.

Cada partido es un espectáculo, pero algunos de ellos van más allá, son fiestas. En el último mes, ya fueron dos las fiestas que se vinieron a menos debido a la sed de mal de esos mandatarios improvisados sin interés futbolístico alguno más allá de lo que reporta a sus arcas. Dos derbis (el vasco y el gallego) menguados por la avaricia de quien prefiere que los aficionados se queden en sus casas trasladándolos a un viernes, día laborable, debido a razones compensatorias o de dudoso gusto. Razones de gente que exige que le cedan la emisión de partidos interesantes porque habitualmente sólo tienen las migajas de la jornada, mientras quienes esperan todo un año para ver el duelo supremo de su equipo jugarse en su campo ven como los planes se van por el desagüe por culpa del poco respeto mostrado al efectuar los horarios.

Hay partidos que no son como cualquier otro. Partidos a los que hay que tratar de forma diferente, porque sus consumidores así lo esperan. Los jefes de este negocio deberían considerar si les compensa hacer que sus principales activos, los aficionados, se indignen contra su forma de proceder. Deberían, pero no les importa, porque al fin y al cabo su mandato durará un puñado de años en los que el máximo objetivo es llenar el depósito del banco, y mala suerte sería que este deporte  implosionara antes de salir del cargo. Y mientras pasan de puntillas por el día a día, en algún momento, ya sea por mala suerte o mala gestión, se encontrarán con que el apocalipsis no avisa antes de hacer acto de presencia. O, mejor dicho, avisa a su manera, pero no están pillando ni una de las señales.