12 ene 2025

Yeremay como excusa para valorar un proyecto


Habrá quien piense que Yeremay se equivocó ayer cuando contestó con un revelador "No sé" a la pregunta sobre si se marcharía del Dépor en este mercado de invierno. Unas palabras que hicieron mella (con minúscula) en la moral de un deportivismo que lo ve como uno de los principales clavos ardiendo a los que sujetarse para mantener la esperanza de que conseguir algo es posible. Hay quien se tomó mal las declaraciones, reprochando cosas al jugador canario, pero deberíamos plantearnos muy seriamente qué hay de malo en lo que dijo. Yo no creo que haya sido un mal detalle, sino una obviedad que nos puede hacer reflexionar sobre a dónde va este proyecto.

Pongámonos en la piel de un jugador de 22 años destinado, si las cosas salen como deberían, a cosas bastante más altas que pelear por no descender a 1ªRFEF. Quizás en esta etapa de su carrera podría ser aceptable un proyecto para subir a la máxima categoría, pero la realidad dejó al Dépor peleando hasta ahora por no regresar al pozo del que acaba de salir. Y lo más preocupante es que no parece que las bases que se estén asentando estén destinadas a grandes cosas. La gestión deportiva, desde la llegada a principios de la anterior temporada de la nueva dirección, se caracterizó más por echar a la gente de la casa para meter a su propia gente de confianza sin vinculación con Coruña ni con el club que por traer a jugadores diferenciales que ayuden a mejorar las cosas. 

Supongo que ambas cuestiones pueden pesar de manera clara en la cabeza de Yeremay. Por un lado, echaron a su principal valedor hace unos meses, Albert Gil, por "falta de sintonía al 100%" y el propio jugador se encargó de despedirse después con un contundente "Gracias a ti sigo en el Dépor". Yo no puedo hablar con conocimiento de causa sobre si Gil había hecho un buen trabajo o no, pero es un ejemplo de las cosas que pasan cuando en un club empiezas a prescindir de gente con un vínculo creado por el tiempo o la identidad y los sustituyes por quienes solo tienen vínculo contigo. Tú confías más, pero los demás se desvinculan de lo que antes significaba más para ellos. Es una estrategia que ya siguió aquí Carmelo del Pozo y acabó como acabó. En Coruña el romanticismo es irremediable y quien llega debe entender que en Riazor gusta menos aún que en otros sitios separar fútbol e identidad.

En cualquier caso, estamos hablando de fútbol profesional y aceptar las decisiones que tomen los responsables del proyecto debería ser algo que un futbolista acepte sin escándalos porque así son las cosas. El problema real es el que se ve cuando se echa un ojo al dinero que se pone sobre el césped. Quizás un proyecto que deja de tener identidad coruñesa para tener identidad ibicenca o de donde sea pueda tener éxito si el trabajo se hace bien, pero no hay motivos para pensar que el trabajo se haya hecho bien desde el último cambio de gestión deportiva en verano de 2023, por mucho que se haya conseguido un ascenso. Lo voy a explicar con un ejemplo claro: Para mí en el equipo actual hay 6 jugadores determinantes para un proyecto de segunda división: Yeremay, Lucas, Mella, Ximo, Soriano y Barcia. Todos ellos, salvo Ximo, son salidos de la cantera o llegados desde la dirección deportiva anterior. Se puede añadir a Obrador, un jugador con futuro claro en primera división si nada se tuerce, aunque no nos podemos olvidar de que es una cesión. Incluso el actual entrenador estaba ya en el club desde antes de 2023.

La cuestión es que si nos fijamos en los pilares del equipo del ascenso, que fueron Pablo Martínez, Villares, Lucas, Mella, Yeremay, Barbero, José Ángel y Pablo Vázquez volvemos a llegar a la conclusión de que ya estaban todos en casa menos los tres últimos. Balenziaga también fue un acierto y el último tramo de temporada de Germán fue determinante, aunque en la primera vuelta generó muchas dudas. A esto se une la aglomeración de apuestas que acabaron en fracaso estrepitoso y la sensación inquietante de que cuando después de un ascenso la práctica totalidad de jugadores clave del proyecto son heredados de otras gestiones en una categoría inferior la cosa no pinta bien. Es normal que Yeremay pueda no saber si su camino profesional debe seguir ligado al Dépor, y no deberíamos reprocharle nada por eso. Si queremos retener talentos por encima de la categoría, hay que acertar creando proyectos por encima de la categoría. Mientras no se acierte, haríamos mejor en no olvidar que un futbolista es un trabajador y va a buscar lo mejor para su futuro laboral, porque de sentimiento no se vive y la carrera de un futbolista es corta. Nadie, teniendo la posibilidad de solucionar su futuro económico y el de su familia, optaría por quedarse en un proyecto que no da señales de responder. 

Ahora mismo la preocupación real debería ser que, incluso consiguiendo los 20 millones de la cláusula si se va, ese dinero será gastado por quien decidió este verano que valía la pena pagar dinero por los traspasos de Bouldini, Petxarromán, Davo y Patiño.

28 dic 2023

Anecdotario grotesco del Real Club Deportivo de La Coruña: Una dimisión que no fue y un entrenamiento ante notario


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El Dépor es un equipo acostumbrado a los veranos movidos, y el de 2006 no fue una excepción. La relación entre el entrenador, Joaquín Caparrós, y el descartado Lionel Scaloni se tensó tanto que llegó a hablarse de la dimisión inminente del técnico utrerano.

Joaquín Caparrós, durante su etapa como entrenador del Dépor (fuente)

El 8 de agosto de aquel año, el entrenamiento matinal fue suspendido de forma abrupta cuando el entrenador vio entre los futbolistas presentes a Scaloni. El argentino fue descartado por Caparrós aquel verano y había vuelto a los entrenamientos unas semanas más tarde que sus compañeros mientras se resolvía su futuro, pero a la vista de que no salía nada definitivo se reincorporó con normalidad. Su vuelta no sentó muy bien al entrenador, que no lo quería presente en las dinámicas de grupo, y la suspensión del entrenamiento provocó la sorna del lateral: "Hacía un día estupendo para entrenar, pero supongo que lo suspendería por culpa del humo" ironizó en referencia a los incendios vividos en Galicia aquellos días. El capitán Manuel Pablo, por su parte, dijo que estaban "totalmente destrozados" por la suspensión del entreno y que el vestuario vivía días extraños.

Cuando la prensa preguntó a Caparrós el motivo de su decisión, argumentó que la plantilla estaba cansada, y en el tiempo que transcurrió entre que aplazó el entrenamiento matutino y la tarde de aquel mismo día, en la que se retomó el entreno, los rumores de su inmediata dimisión se sucedieron e incluso se daban por verdaderos por algunos medios. Se filtró además que la suspensión del entreno había sido debida a la tensión vivida entre el técnico y varios miembros de la plantilla que exigían la reincorporación de Scaloni al grupo, dejando claro que el ambiente era difícil. El futbolista argentino se presentó aquella tarde de vuelta en la ciudad deportiva, pero quiso ser previsor y  se presentó en Abegondo con un notario para que certificara que no se le estaba permitiendo trabajar junto a sus compañeros. Con este marco legal, el jugador acabó entrenando, aunque con los descartados. Casi un mes después dejaría el club blanquiazul  para llegar al Racing con la carta de libertad bajo el brazo.

18 dic 2023

Anecdotario grotesco del Real Club Deportivo de La Coruña: La Ley seca de Walter Pandiani


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Walter  Pandiani es uno de los futbolistas recordados con más aprecio por el deportivismo. Su entrega en el campo y su caracter siempre competitivo cayeron muy bien en Riazor, aunque se tiende a olvidar que su etapa como blanquiazul estuvo bañada por diferentes episodios polémicos, tanto por su deficiente relación con Irureta como por sus reproches a algunos compañeros. Una de sus rajadas más famosas la hizo en abril de 2005, unos meses después de abandonar el Dépor para marcharse cedido al Birmingham en invierno con vistas a que el club inglés se hiciese con su traspaso definitivo el siguiente verano.

Pandiani junto a Irureta durante su etapa como deportivista (fuente)

Al delantero uruguayo nunca le gustó callarse sus ideas, y tampoco frenar sus impulsos. Aprovechando que estaba a miles de kilómetros de Coruña y que no tenía intención de volver a pesar de estar cedido, hizo unas declaraciones en una entrevista que no dejaban bien parada a la profesionalidad del vestuario blanquiazul. "Algunos compañeros llegaban con copas de más a los entrenamientos y no había ninguna reprimenda de Irureta", fue la bomba que se atrevió a soltar para quedarse a gusto. El jugador se veía víctima de un trato injusto, ya que sentía que "tú te entrenabas, te matabas y al final jugaba el que no tenía que jugar". También aseguró que Irureta le había dado la razón en una conversación privada tras exponerle esas opiniones durante su estancia en Coruña.

También llegó a comentar que muchos de sus compañeros compartían su punto de vista y tuvo algunas palabras para el presidente: "Lendoiro nunca se pone al teléfono". Sergio González, miembro de aquella plantilla, se sintió aludido y defendió a los jugadores con las siguientes palabras: "Es una perrería para buscar una solución a su situación. Me parece feo. Por mí que raje del club, pero que respete a los compañeros. Dice que hay compañeros que comparten su opinión, pues que dé nombres".

6 dic 2023

Anecdotario grotesco del Real Club Deportivo de La Coruña: La charla de Fernando Vázquez con los niños de Arzúa


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La temporada 13/14 dejó la última alegría completa de la historia del Dépor hasta la fecha. Con Fernando Vázquez como entrenador, el equipo consiguió el que sería su último ascenso a la máxima categoría (y también su último ascenso a cualquier otra división). Pero el verano siguiente distaría mucho de ser tranquilo en el banquillo como se espera cuando un proyecto cumple objetivos.

Fernando Vázquez durante la charla en Arzúa que motivó su destitución (fuente)

El éxito de Vázquez consiguiendo el ascenso fue rotundo. Con una plantilla que a priori no parecía estar entre las mejores de la categoría consiguió afianzarse a mediados de la primera vuelta en los puestos de ascenso directo y ya no los soltó hasta el final. Hubo algún altibajo, pero se consiguió por segunda vez en tres temporadas algo muy complicado: Ascender de nuevo la temporada después de bajar de categoría.

A pesar del buen resultado, el entrenador no llegó a empezar la pretemporada. En la primera semana de julio, Vázquez acudió a Arzúa para dar una charla en un campus infantil. El técnico gallego manifestó allí que su club nunca conseguía la primera opción en materia de fichajes. "Normalmente llega la opción seis o siete", comentó añadiendo que aquella temporada había dinero suficiente como para luchar por algo más.

Las palabras del entrenador sentaron mal en la dirección del club, que optó por destituirlo tres días después alegando "falta de confianza". La directiva presidida por Tino Fernández ya había mostrado cierta falta de sintonía con el técnico, que había llegado al club bajo el mandato de su predecesor, Augusto César Lendoiro. Entre las explicaciones dadas para tomar la decisión explicaron además, en un comunicado, que las declaraciones de Vázquez habían incluso dificultado el cierre de las operaciones en curso y que no se correspondían con alguien motivado con el proyecto. El sustituto en el banquillo fue Víctor Fernández, que también sería destituido antes de acabar la campaña.

Aquel verano, los fichajes fueron los de Lucas Pérez, Medunjanin, Isaac Cuenca, Postiga, Diakité y Luisinho, además de las cesiones de Luis Fariña, Cavaleiro, Canella, Juanfran, Sidnei y José Rodríguez. Cada uno podrá valorar quien tenía razón en base a los resultados obtenidos.

5 dic 2023

Anecdotario grotesco del Real Club Deportivo de La Coruña: El combate de boxeo de Pandiani y Luque


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La temporada 04/05 marcó el final de la gran época dorada del Dépor. Fue la última en la que el equipo disputó la Champions y la última de Irureta como entrenador. La plantilla ya no era tan competitiva como años atrás y, además de eso, fueron apareciendo algunos roces importantes a lo largo del año que evidenciaban que el ambiente tampoco era el mejor. Una de las rencillas más sonadas la protagonizaron Walter Pandiani y Albert Luque.

Walter Pandiani intentando esquivar el puño de Albert Luque


La temporada apenas acababa de empezar, estábamos a inicios de septiembre de 2004. Durante un partidillo de entrenamiento, una entrada de Albert Luque sobre Pandiani con excesiva fuerza fue recriminada de manera vehemente por el delantero uruguayo dando pie a una amarga discusión que fue reconducida en un primer momento. Durante la continuación de la pachanga, no obstante, la tensión cada vez que ambos jugadores se cruzaban era palpable.

Todo reventó por los aires cuando, en uno de esos cruces, resultó que Luque tenía la posesión del balón y Pandiani estaba en disposición de peleársela, momento que el uruguayo aprovechó para replicar la acción anterior con más ímpetu todavía del que había sufrido él en sus carnes. Esta acción, por una sencilla ley de la mecánica clásica, provocó una reacción de grado equivalente en el extremo catalán, que le llevó a revolverse con violencia lanzando un puñetazo a su agresor. Pandiani, hecho una furia, no se lo pensó dos veces en intentar responder al ataque, pero un veloz Capdevila impidió mayor contacto entre ambos llegando a la escena y apartando a Luque.

La pelea se frustró así, pero las discusiones continuaron en el vestuario sin que la sangre llegara finalmente al río. Quedó claro, eso sí, que la presencia de Pandiani en el equipo (que ya había tenido problemas con Irureta y alguno de sus compañeros debido a su opinión de que había futbolistas que recibían tratos de favor mereciéndoselo menos que él), tenía los días contados. En el siguiente mercado de invierno, el Rifle llegaría cedido al Birmingham y no volvería a vestir la camiseta del Dépor.

Curiosamente, un par de años antes, Luque había llegado al Dépor gracias a la cesión de Pandiani al Mallorca, que abarató el precio de su fichaje.

4 dic 2023

Anecdotario grotesco del Real Club Deportivo de La Coruña: Bonnissel desencadenado


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Jérôme Bonissel llegó a Coruña en 1996 para competir con Nando en el puesto de lateral izquierdo. El futbolista francés no desentonó por su nivel futbolístico y sumó bastantes minutos en las tres campañas que permaneció en el Dépor. No obstante, su paso por la ciudad es más recordado por sus cruces de cables que por su rendimiento sobre el terreno de juego.

Jérôme Bonnissel, en una imagen reciente (fuente)

 El lateral francés, que siempre destacó por un carácter arisco durante su estancia en el club blanquiazul, protagonizó dos sucesos especialmente llamativos. El primero de ellos ocurrió no mucho después de llegar al conjunto coruñés. El futbolista estaba recibiendo un masaje después de un entrenamiento y un fotógrafo del diario DXT Campeón apareció para sacar una foto. El francés no estaba muy por la labor, y tras recriminar de malas maneras que no tenía el cuerpo para fotos acabó por lanzarle unas tijeras al periodista dejando claro que no se iba a inmortalizar el momento de ninguna manera.

Más tarde, en noviembre de 1998, ocurrió el que fue quizás su incidente más conocido. El equipo blanquiazul entrenaba por aquel entonces en los campos de La Laboral y el público tenía un acceso muy cercano a los entrenamientos. Se cuenta que era habitual que los alumnos del instituto existente junto a las instalaciones deportivas asistieran a los entrenos y en ocasiones aprovechaban para llevarse algún que otro balón extraviado. En una de esas ocasiones, Bonnissel vio a algunos de esos jóvenes burlándose de uno de los encargados del material y salió en defensa del hombre, algo que generó un conflicto que no terminaría ahí.

Finalizado el entreno, los futbolistas se fueron a las duchas pero los jóvenes permanecían fuera esperando la salida del jugador y volviéndolo a increpar al cruzarse con él en su camino hacia el coche. Los compañeros mediaron para evitar que el ambiente se caldease en exceso y Bonnissel entró en su vehículo, pero las provocaciones no cesaron y el calentón del momento lo llevó a salir de nuevo y propinarle un cabezazo en la nariz a uno de los chavales, rompiéndole el tabique nasal. Pasaron un par de meses antes de volver a ver al futbolista saltar al campo, y el siguiente verano abandonaría el Dépor para recalar en el Girondins de Burdeos.

1 dic 2023

Anecdotario grotesco del Real Club Deportivo de La Coruña: El fichaje fantasma de Batuhan Karadeniz


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Durante su etapa en la  secretaría técnica del Dépor, Ernesto Bello dio siempre muestras de ser un amante del mercado turco y ya en esta sección se trató en alguna ocasión del intento frustrado de fichaje de Semih Senturk. El protagonista de hoy estuvo más cerca de llegar a Coruña, tanto física como contractualmente, pero tampoco se materializó al final.

Batuhan Karadeniz en 2022 durante un entrenamiento con uno de sus últimos equipos como profesional, el Igdir FK de la cuarta división turca, con cara de no recordar que estuvo a punto de jugar en Coruña (fuente)

 

En el mercado de invierno de 2013, Batuhan Karadeniz era un prometedor delantero de 21 años que pertenecía al Eskisehirspor y estaba cedido en el Besiktas en un acuerdo que finalizaría a finales de enero, por lo que su club de origen estaba receptivo a encontrarle una nueva salida hasta final de temporada. En ese contexto apareció el Dépor, con su típico problema de llegar a enero buscando siempre un delantero que termine con los problemas goleadores del equipo. Aquella temporada Riki estaba consiguiendo números decentes, pero no tenía un sustituto a la altura de las circunstancias y el equipo necesitaba a alguien fiable para complementarlo e intentar salir de los puestos de descenso.

Karadeniz llegó a tener un acuerdo hecho con el Dépor para llegar cedido en el último día de mercado, y con la tranquilidad que da el llegar a acuerdos el futbolista se metió en un avión para pasar el reconocimiento médico en Coruña. No obstante, nadie contó con la normativa de la FIFA que impedía que un futbolista jugase en tres clubes distintos en una misma temporada y ya había sumado minutos con el Eskisehirspor y con el Besiktas. Es por ello que el jugador, en plena escala en Barcelona, tuvo que darse la vuelta al recibir la noticia y terminar la campaña en el club al que pertenecía, aunque no se vistió de corto en los meses de competición que quedaban. Este ostracismo fue debido a una amarga polémica surgida a raíz de querer marcharse al Trabzonspor. Unos meses antes había discutido gravemente con presidente y entrenador y por eso se le había buscado una cesión, así que a su vuelta fue acogido con indiferencia y sin minutos.
 
Nunca sabremos si Karadeniz habría sido el 9 que habría salvado al Dépor del descenso a segunda división que acabaría por consumarse aquella temporada,pero sí sabemos que el resto de su carrera no fue especialmente increíble para un jugador que llegó a debutar con su selección con tan solo 17 años. Consiguió el objetivo de firmar por el Trabzonspor en 2013, pero fracasó allí, llegando incluso a ser apartado por no cumplir las expectativas, y empezó ahí una cuesta abajo que le llevó a vagar principalmente por equipos de la segunda, tercera y cuarta división turcas hasta retirarse en 2022, con tan solo 31 años.

30 nov 2023

Anecdotario grotesco del Real Club Deportivo de La Coruña: Sebastián Taborda contra la libertad de prensa


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En 2007 Sebastián Taborda cumplía su segunda temporada como jugador del Dépor habiendo demostrado desde su llegada un nivel mucho más bajo del esperado, pues la gente aguardaba como mínimo que diera muestras de haber jugado previamente al fútbol. Lo que tampoco esperaba nadie era que su gestión de la crítica periodística fuese cuanto menos impetuosa.

Taborda en plena gresca con el periodista, siendo apartado por su compañero Duscher ante la mirada de incomprensión de Pablo Álvarez (fuente)


Estábamos casi en la recta final de la 06/07, acercándonos a la jornada 30 y el equipo de Caparrós pasaba una temporada sin demasiados sobresaltos vagando por tierra de nadie en los puestos de media tabla. Aquella temporada no se recibieron demasiados goles, pero no se sacó mucha ventaja de la aceptable solidez defensiva debido a que se marcaban todavía menos y el máximo anotador de la temporada (Arizmendi) acabó el año con la incalificable cifra de 5 goles.

Taborda fue uno de los jugadores que más ahinco puso en la consecución de este negativo record goleador, pues sus dos goles en 16 partidos no ayudaron mucho a maquillar las cifras globales. No obstante, para un delantero suplente tampoco sería ningún drama si no fuera porque las sensaciones dejadas a nivel de juego eran malas. Su temporada no era buena por segundo año consecutivo y por ello la crítica solía tener al 9 uruguayo como una de sus dianas preferidas. Hasta que en un entrenamiento de marzo de 2007 la cosa se fue de las manos y el jugador dio muestras de que no le gustaba leer según que cosas sobre él.

El receptor de la ira acumulada por el futbolista fue Armando Palleiro, un periodista del periódico DXT Campeón que a juzgar por los acontecimientos era visto con muy malos ojos por el jugador blanquiazul. Al terminar el entrenamiento matutino, Taborda se acercó al periodista y lo golpeó y arrojó contra una pared de la ciudad deportiva de Abegondo tras recriminarle que no estaba nada contento con el trato que se le daba en su diario. El encuentro se había dado a instancias del futbolista, que había pedido previamente al jefe de prensa que le permitiese tener unas palabras con el redactor, no se sabe si teniendo ya intención de hacer una demostración física de su parecer o no.

El incidente fue rápidamente frenado por algunos compañeros de equipo de Taborda, que tuvieron que hacer serios esfuerzos para detener su metro noventa de pura furia, y el incidente se saldó con un labio roto del periodista, amenazas de muerte a discreción y algunas magulladuras, que comprensiblemente conllevaron un reproche por parte del afectado, que obtuvieron un "Pero si solo te di un poquito" por parte del agresor.

El periodista acudió más tarde al cuartel de la Guardia Civil a denunciar el incidente y la Asociación de la Prensa de A Coruña emitió un duro comunicado de apoyo, que fue seguido de otro de la asesoría jurídica del club anunciando que había solicitado la comparecencia del futbolista para conocer la versión de los hechos. Cuando el caso llegó a los juzgados, la fiscalía solicitó una sanción de 3000 euros para el jugador, pero finalmente la sentencia firme llegó en julio de 2008 estableciendo una multa de 1200€ más una indemnización de 450€ para el periodista.