Tras cuatro temporadas consecutivas en el ascensor, el Deportivo consiguió, después de un largo
sufrimiento, poner fin a esa dinámica de bajadas y subidas en la que se había visto inmerso desde aquel año 2011 en el que finiquitó su histórica racha de 20 temporadas consecutivas en la máxima categoría.
Ahora, después de poder salvar el descenso, toca buscar de nuevo la estabilidad necesaria para el saneamiento del club.
La 14/15 no fue fácil. Los problemas veraniegos para completar la plantilla de modo convincente y un Víctor Fernández que no supo encontrar soluciones al juego de un equipo al que le faltaban cosas que todos veían pero nadie sabía solucionar. La salvación llegó en el último momento, pero más por deméritos ajenos que por méritos propios. Este año debe ser completamente diferente desde el primer momento, desde que comiencen los primeros minutos en Riazor contra la Real Sociedad, ya que un nuevo curso en la cuerda floja y sin conocer hasta el final en qué categoría jugará el equipo el próximo año dificultaría en exceso conseguir afianzarse en la máxima categoría.
Por calidad de los nuevos fichajes y su adecuación al conjunto, parece que todo sería muy distinto a lo que en las últimas temporadas estábamos acostumbrados, con un bloque con dos jugadores de garantías en casi todos los puestos y fichajes que dan un notable salto de calidad a una plantilla en la que
finalmente no hubo (hasta ahora) más pérdidas de jugadores importantes que la de Cavaleiro. Las llegadas de Arribas y Navarro suben de forma manifiesta el nivel de la defensa, que la temporada pasada hizo aguas en demasiadas ocasiones, aunque casi nunca por culpa exclusiva de los
cuatro de la línea de atrás. Además, destaca que buena parte de los fichados tienen experiencia contrastada en nuestra liga, algo que no pasó el año pasado, donde casi todos eran incógnitas que carecían de bagaje en la máxima categoría española.
Con este panorama todo parecía favorable hasta hace unos días, la situación estaba en su cauce y la confección de la plantilla hacía presagiar una temporada sin sobresaltos. No obstante, en los últimos días dos noticias de importancia sacudieron el ambiente de manera bastante dura. El incidente entre Luisinho y Arribas puso de manifiesto la delicada situación del portugués dentro del grupo y enrareció el ambiente en exceso, mientras que la lesión de la estrella indiscutible de la pasada temporada, Fabricio, hará que el equipo se encuentre sin portero titular como mínimo hasta octubre y con la necesidad de buscar un tercer portero por si ocurriera algún imprevisto más.
Por otra parte, el culebrón del fichaje de Lucas Pérez acabó de manera favorable para el Depor. El pago de un millón y medio de euros convenció finalmente al PAOK para permitir al futbolista volver a su casa, convirtiéndose en una gran noticia para el equipo dirigido por Víctor Sánchez. Lucas es un jugador capaz de romper partidos y con mucha movilidad, pero también es importante por ser un líder pasional. La plantilla contaba ya con líderes de otro tipo, más cerebrales o de carácter, pero le faltaba alguien capaz, por actitud, de levantar a los suyos en los momentos malos. La llegada del coruñés es positiva en todos los aspectos.
- ¿Qué se puede esperar?
Esta ha de ser la temporada de la tranquilidad y la estabilidad. Un club en la situación del Depor no se puede permitir una nueva temporada de sobresaltos hasta el último minuto,
la escasez de recursos debe subsanarse con trabajo realizado desde la serenidad, adelantándose a los movimientos de los rivales y trabajando con antelación en cada una de las labores administrativas y deportivas que se
deben llevar a cabo cada temporada, y eso es algo que sólo se puede lograr asegurando la permanencia cuanto antes.
Los fichajes dejaron buenas sensaciones, a la espera de que pueda llegar algo más para completar plantilla, pero eso no quiere decir nada si no se sabe dar con la tecla adecuada. Los amistosos de pretemporada no sirvieron, a priori, para certificar si eso se consiguió hasta el momento, pues la irregularidad y las pruebas marcaron el devenir de la mayoría de ellos. Víctor es un técnico concienzudo e imaginativo, además de que se le presupone un saber hacer como gestor de grupos (a pesar de que el caso de Luisinho pareció sembrar dudas sobre este aspecto), con lo que las cosas deberían ser más fáciles que el pasado año. Atreverse a pronosticar una salvación holgada sería demasiado, pero si todo va bien las condiciones iniciales hacen presagiar que no debería haber problemas para conseguir ese objetivo.
Además , existe una gran diferencia con respecto a la plantilla del pasado año: esta vez es mucho más heterogénea y da mayor posibilidad de alternativas reales. En la temporada pasada se vio que en posiciones determinadas (especialmente la de delantero) existían perfiles de futbolistas prácticamente idénticos, y es algo que esta vez no pasará. Las variantes podrán significar un cambio real durante los partidos.
- ¿Qué problemas pueden encontrar?
Durante el pasado año,
Víctor Fernández habló en una rueda de prensa de 'ambiente autodestructivo', y tenía razón. El Depor tiende a rodearse de un aura de autodestrucción, tanto por parte de la afición como desde dentro, cuando las cosas van mal. Lo visto en partidos como el jugado
en Riazor contra el Granada en 2013 y que acabó con Domingos Paciencia escapando del club,
la acción de Nelson Oliveira caldeando el ambiente tras su gol contra el Espanyol ese mismo año o la ya
habitual guerra civil entre la afición debido a eternas filias presidenciales son buen ejemplo de ello. Este año no se pueden permitir distracciones de ese tipo.
Deben dejarse de lado también los ya citados problemas internos de vestuario que esta semana ensombrecieron todo lo demás. Víctor debe limar cuanto antes las asperezas que parecen existir entre algunos miembros de la plantilla para que no vuelva a vivirse un episodio como el que se acaba de sufrir, pues es algo que necesariamente repercute en todo lo demás.
- ENTRENADOR: Víctor Sánchez del Amo
Victor llegó el año pasado siendo un viejo conocido de Riazor que había dejado un buen recuerdo, con lo que su acogida fue buena a pesar de la complicada situación. Llegó con actitud positiva y voluntad de trabajar, y consiguió sacar la situación adelante, a pesar de que sólo ganó un partido de los ocho dirigidos, empatando cinco y perdiendo dos. Consiguió el objetivo, pero no consiguió imponer sus ideas, ya que la inmediatez del reto que había que conseguir no se lo permitió. Optó casi siempre (porque era lo único que podía hacer en aquel momento) por una estrategia puramente resultadista para conseguir sacar al equipo del pozo. Se vieron bastantes carencias en común con el inoperante equipo de la época de Victor Fernández, pero al actual técnico se le vio un mayor interés por buscar soluciones, en lugar de obcecarse con la idea de que 'los resultados llegarán' que condenó a su predecesor.
Esta temporada será diferente. Víctor debe confeccionar un equipo que juegue según sus ideas, y en base a ello conseguir éxitos. Se le pedirá que cree su estilo, y que salga airoso de ello. Es un entrenador con inquietudes y con ansia de mejora, con gran interés por el aprovechamiento del balón parado (uno de los grandes desastres del año pasado) y capacidad de reacción. Tiene las piezas para dar el salto de calidad y sólo falta ahora demostrar que puede hacerlo en su primera temporada 'de verdad' como primer entrenador profesional.
- Lucas Pérez (26 años)
El fichaje más deseado del verano en Coruña acabó haciéndose real. Con Lucas se ficha, como ya dije antes, a
un futbolista con una enorme capacidad de sorpresa. Puede jugar tanto caído a banda como de falso 9 (puesto para el que parece tenerlo en mente el técnico), y en cada posición aporta
variantes particulares. El año pasado tuvo demasiado trabajo en ataque, debía hacer demasiadas cosas (muchas veces por iniciativa propia más que por instrucciones desde la banda), pero esta temporada la voluntad parece ser la de permitirle estar más cerca del área para hacerle realmente determinante.
En los últimos metros es impredecible, y tiene una capacidad goleadora digna de mención. Ahora debe llegar su confirmación como la referencia del equipo.
- Jonathan Rodriguez (22 años)
Llega cedido por el Benfica con potencial para ser una de las estrellas y con la necesidad de probar en Europa que es la clase de jugador que demostró ser en su país. Aportará la velocidad que necesitaba el equipo en punta de ataque y una capacidad de definición que también es necesaria, pues Oriol no destacó en ese aspecto en Coruña, a pesar de sus buenas intenciones. Tiene una buena media goleadora y, sobre todo, la capacidad de aportar variantes en el puesto de 9. Se vio cierta tendencia en el Depor de pretemporada a lanzar jugadas rápidas para las que Oriol no es el punta adecuado, pero la velocidad de Jonathan le hace ideal para ese estilo de juego, permitiéndole actuar como parte activa del ataque en lugar de simple punta de lanza.
- Pedro Mosquera (27 años)
Otro coruñés que vuelve a casa. Es un medio de los que se ofrece en todo momento, y que está siempre presente en la jugada mientras el balón se encuentra en su área de influencia. Tácticamente disciplinado y regular en su rendimiento. Viene para aportar una variante más posicional a una nómina de centrocampistas más dados al vuelo.
*La alineación es una preferencia personal, puede no corresponderse con el once habitual
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Cani (34 años)
Todo el mundo estará de acuerdo en que si Cani está aun 60% de lo que fue en sus mejores tiempos sería un fichaje excepcional para un equipo como el Depor, pero lleva un par de temporadas con presencia anecdótica en sus equipos y su edad hace plantearse algunas dudas. Un especialista en las contras, con magia en las botas y uno de los mejores creadores de asistencias del fútbol español en los últimos años. Si está en buena forma será diferencial.
- Fede Cartabia (22 años)
Tiene calidad para ser desequilibrante, pero lo visto en Córdoba me siembra dudas. Destaca en los aspectos del juego que más lucen, pero tiene carencias a la hora de esforzarse en aspectos clave de su posición. Si está enchufado y comprometido aportará cosas, pero hace falta esperar a que empiece la temporada para valorarlo.
A pesar de la cantidad de fichajes de nivel de esta temporada, sigue siendo uno de los jugadores de la plantilla que más talento tienen para su puesto.
Es un organizador puro, de los que cimentan ataques y unen fases de juego. Cuando está a su nivel, verle perder un balón es casi imposible sin
falta de por medio, y sus pases siempre son la mejor opción para continuar el ataque. Le falta último pase para ser todavía más completo, pero sobre todo le falta lo que se le lleva exigiendo durante años: el necesario y definitivo paso adelante.
Siempre que jugó de forma habitual y con un rol importante, el Depor mejoró notablemente, y debe demostrar que no tiene que ganarse el puesto cada temporada. Una vez más, parte como teórico suplente, pero si consigue dar un golpe sobre la mesa y demostrar el futbolista que es, acabará siendo titular.
- Haris Medunjanin (30 años)
Poco se sabe sobre lo que va a pasar con el bosnio. Tiene contrato, pero la masificación en su puesto y el discreto nivel mostrado el año pasado hacen que pueda plantearse todavía su salida. Su talento es innegable, y es de esos futbolistas que con una acción son capaces de resolver un partido, pero también tiene tendencia a caer en la intrascendencia durante largos periodos de tiempo.
Por otra parte, partidos como el decisivo en el Camp Nou, en el que demostró gran capacidad para mover al equipo en los últimos metros y sorprender llegando desde atrás. Quizás dejando de considerarlo como mediocentro o pivote y otorgándole el rol de mediapunta, cerca del 9, podrían explotarse más sus cualidades y estaría menos sujeto a exponer sus debilidades.
Hablar de Fabricio es hablar del
gran responsable de que el Deportivo siga en primera división.
Probablemente fue el portero de la categoría que más puntos salvó para su equipo durante el pasado curso, y eso tuvo una repercusión vital en la clasificación final. Tiene personalidad y hace del área su territorio, no tiene miedo de salir a por los balones más complicados y sus reflejos son dignos de mención. La temporada pasada apenas tuvo errores, y casi todos fueron debidos a un juego con los pies en el que no se maneja bien pero que suele saber solventar sin peligro. Su lesión durante las primeras jornadas es un evidente contratiempo.