4 nov 2016

La aleatoria levedad del Real Madrid


El Real Madrid tiene un problema, pero no está en los resultados. Hace poco más de cinco meses levantó la Champions tras una temporada en la que pocos habrían apostado por éxito alguno, y a día de hoy ocupa el puesto más alto de la clasificación liguera. No obstante, el ambiente del Bernabéu dista un poco de estar calmado, y tras el reciente tropiezo contra el Legia las aguas se revolvieron de manera palpable.

¿Qué pasa, entonces, con el Real Madrid de Zidane? Todo podría reducirse, quizás, a que el técnico francés no está demostrando demasiada capacidad para reaccionar cuando el plan A deja de funcionar. Por supuesto, dicho plan tiene tantos recursos que en la gran mayoría de las ocasiones es más que suficiente para despachar a la gran mayoría de rivales, pero es en esas veces en las que el contrincante consigue aparecer en un día inspirado cuando saltan las alarmas. Sobre todo cuando falta Casemiro, un jugador cuyo rol es especialmente necesario para el entrenador, al saber dar a los partidos ese toque de cierto desorden controlado en el que este Real Madrid suele saber sacar tajada.

Zidane no se está mostrando como un técnico con esa capacidad de voltear los partidos desde el banquillo, y su toma de decisiones en las variaciones muchas veces no es la más lógica. Es habitual ver que los cambios no aportan el resultado esperado, y dicho defecto pesa en la opinión externa. Evidentemente hablamos de un técnico con una Champions en su palmarés, por lo que en ningún caso debe entenderse esto como una crítica a todas sus aptitudes. No cabe duda de que, en inicio, los partidos comienzan siempre con un plan, pero simplemente existe cierto sufrimiento a la hora de variarlo en la dirección correcta.

Es quizás otro aspecto importante en el equipo madridista la falta de intensidad que demuestra cuando el partido se desarrolla en un contexto de caza menor, contra rivales de más bajo nivel que no plantean un partido de alta exigencia. Esta semana contra el Legia (Luckia Bono: Condiciones y uso), en un panorama de este estilo, el Real Madrid bajó los brazos de manera insostenible y lastró sus opciones de liderar el su grupo en la máxima competición europea tras tener el partido controlado.

Creo que Zidane no es todavía un entrenador hecho, sino que su aprendizaje todavía está en un punto importante que debe madurar, pero lo que resulta innegable es que los resultados acompañan y son los que dan y quitan razones en el fútbol. Deberá aprender a pasos agigantados a gestionar el fútbol de acción, pues en caso contrario no tendrá capacidad de respuesta cuando las castañas no se consigan apartar del fuego con el plan A.