11 jul 2023

Exdeportivistas en la actualidad: Pepe Sand


 Por Rubén Pedreira 

Pepe Sand fue uno de los fichajes que realizó el Dépor en el mercado de invierno de 2011 para intentar enderezar un rumbo que tenía muy mala pinta. El delantero argentino llegaba cedido por el Al Ain de Emiratos Árabes Unidos con la vitola de goleador profesional y

la complicada misión de ayudar al equipo a salir de la pelea por el descenso. Sin embargo, su paso por el club gallego fue muy decepcionante y apenas se guarda en la memoria del deportivismo alguna imagen de lo que hizo en Riazor. Ni en la memoria ni en el mismísimo Internet, pues poco rastro fotográfico queda ya de su etapa como blanquiazul más allá de la foto de su presentación. 
 
Nombre: José Gustavo Sand
Nacimiento: 17/07/1980
Posición: Delantero
Temporadas en el Dépor: 1 (2010/2011)
Nacionalidad: Argentina
Estado actual: En activo

¿Cómo llegó al Dépor?

Pepe Sand comenzó su carrera en River Plate, donde se formó en las categorías inferiores y debutó en el primera división en Colón en 1999. Siguió después una procesión por diversos equipos de Argentina y Brasil hasta llegar en 2007 al equipo donde se convirtió en ídolo: Lanús.

En Lanús se le cayeron los goles de los bolsillos, ganó el Apertura 2007 y fue dos veces máximo goleador del torneo argentino. Aprovechó su apoteósico rendimiento (59 goles en 83 partidos) para firmar un contrato de muchos ceros con el Al Ain de Abu Dhabi en 2009 a cambio de un traspaso de 7 millones. En el equipo árabe mantuvo sus estadísticas y regaló la sorprendente cifras de 44 goles en 49 partidos.

En enero de 2011, el Deportivo de la Coruña anunció su fichaje como cedido hasta final de temporada y con opción de compra. El club buscaba un refuerzo para su ataque, que estaba muy mermado por las lesiones y la falta de gol. Sand llegaba con la ilusión de triunfar en Europa y el equipo blanquiazul confiaba en que sus números no se alejasen demasiado de los que venía promediando en sus últimas temporadas.

¿Qué hizo en el Dépor?

A pesar de llegar con las estadísticas por todo lo alto, la aventura de Sand en el Dépor fue un fracaso absoluto. El argentino no se adaptó al fútbol español ni al estilo de juego de Miguel Ángel Lotina. Además, sufrió varias molestias físicas que le impidieron tener continuidad y confianza, además de tener la eterna sospecha de haber llegado muy fuera de forma planeando siempre sobre él.

Sand solo disputó cinco partidos con la camiseta blanquiazul, tres de ellos saliendo como suplente, y no marcó ni un solo gol. La única estadística que engrosó durante su estancia en Coruña fue la de tarjetas amarillas, su juego no llegó a deslumbrar en ningún momento durante los escasos 200 minutos que disputó como blanquiazul.

El Deportivo acabó descendiendo a Segunda División esa temporada, poniendo fin a 20 años consecutivos en Primera. Sand abandonó el club inmediatamente después, sin que su continuidad se valorara ni por un instante, dejando el club por la puerta de atrás.

¿Qué fue de él?

Tras su paso por el Dépor, Sand regresó al Al Ain, pero no volvió a jugar con el equipo árabe. En julio de 2011 fichó por el Tijuana mexicano a cambio de 3 millones de euros, donde volvió tímidamente a recuperar su olfato goleador. En 2012 volvió a Argentina para jugar en Racing Club, pero solo anotó dos goles en 21 partidos.

Posteriormente inició un periplo por varios equipos argentinos de menor entidad: Tigre, Argentinos Juniors, Boca Unidos y Aldosivi. En todos ellos mostró destellos de su clase pasada, pero sin llegar a recuperar su mejor versión.

Todo cambió cuando en 2016 regresó a Lanús, el club donde se hizo ídolo. Reencontrado con su gente, reverdeció antiguos laureles y vivió una segunda etapa muy exitosa. Con los granates volvió a ser campeón en el Apertura de 2016 y subcampeón de la Copa Libertadores en 2017. Además, superó los 100 goles con la camiseta del club.

En 2018 se marchó al Deportivo Cali colombiano, donde también dejó una buena impresión. Echando de menos de nuevo su casa, un año después regresó por tercera vez a Lanús, donde sigue jugando actualmente a sus nada despreciables 42 años. Esta temporada, jugando sobre todo los últimos minutos de los partidos de su equipo, lleva la respetable cifra de 2 goles en 205 minutos, lo que extrapolado no le deja muy lejos del gol por partido. Números bastante decentes para el que es con diferencia el jugador de más edad del torneo, convertido ya en una de las mayores leyendas recientes de la liga argentina a pesar de su muy olvidable paso por tierras coruñesas.

 

Curiosidades

  • Fue, durante bastantes años, el máximo goleador de las categorías inferiores de River Plate (136 tantos) hasta que su récord fue superado por Federico Andrada.
  • Es el jugador máas longevo en anotar gol en la Primera División Argentina.
  • Es el máximo goleador histórico de Lanús.

Trayectoria


  • Colón (1999-2000)
  • Independiente Rivadavia (2000-2001)
  • Vitória (2001-2002)
  • Defensores de Belgrano (2002-2003)
  • River Plate (2004-2005)
  • Banfield (2005-2006)
  • Colón (2006-2007)
  • Lanús (2007-2009)
  • Al Ain (2009-2011)
  • Deportivo de la Coruña (2011)
  • Tijuana (2011-2012)
  • Racing Club (2012-2013)
  • Tigre (2013-2014)
  • Argentinos Juniors (2014)
  • Boca Unidos (2014)
  • Aldosivi (2015)
  • Lanús (2016-2018)
  • Deportivo Cali (2018)
  • Lanús (2019-presente)

1 jul 2023

Reflexiones a la llegada de Imanol Idiákez al Deportivo


 Por Rubén Pedreira

Esta mañana el Deportivo presentó a Imanol Idiákez como su nuevo entrenador. No lo hizo a las 19:06, como hacen los anuncios importantes, sino en el que posiblemente es el momento de la semana (dentro de un horario laboral común) de menor actividad social en las redes. Como mínimo resulta curioso, y es difícil no pensar que no signifique algo.

Lo primero que hay que decir se me hace evidente, y es que Idiákez no tiene culpa del contexto al que llega y seguramente firma con toda la ilusión del mundo pensando que puede conseguir el objetivo. Sólo es un profesional al que hicieron una oferta para continuar su carrera en un club que, visto desde fuera, es quizás el más apetecible de la categoría. Su crédito personal no debería verse perjudicado por llegar cuando llega, no sería justo.

Dicho esto, creo que también hay que decir otra cosa más importante, y es que esta decisión se toma de una manera inexplicable. Sabiendo que uno de los grandes lastres del año pasado fue el clima de guerra social, y también sabiendo que no había motivos de peso para despedir al entrenador que había conseguido la paz y el consenso tras poco más de un par de partidos en los que poco tiempo tuvo para cambiar grandes cosas, solo la negligencia explica un movimiento así. No se consiguió el objetivo que había en el campo, pero sí consiguió algo que quizás era mucho más importante: La voluntad de creer. 

Rubén de la Barrera no es el mejor entrenador de la historia, pero era el entrenador que toda persona veía indicada en la ciudad y que todo el mundo daría el crédito necesario. La decisión tomada, todavía sin explicación, consigue que ese crédito altísimo y libertad para trabajar se convierta, a día de hoy, en la ausencia total de crédito y la propensión a la beligerancia desde el primer momento en el que algo venga mal dado. A día de hoy, el deportivismo siente que le quitaron sin motivo la principal baza para creer en algo, que no era más que un director de orquesta que enseñaba los mismos ideales que lleva pidiendo la grada sin éxito durante años y que además tenía en su currículum varios éxitos alineados con los objetivos del club.

La afición no puede dirigir un club porque la afición no es un ente único con una sola opinión, pero quien dirige un club debe tener un mínimo de conciencia de lo que suponen sus decisiones. Este movimiento nos deja sin el entrenador que quería la inmensa mayoría y que además había demostrado en el pasado que tenía lo necesario, cambiándolo por un entrenador que empieza con la soga al cuello. Y es que además la decisión tendría justificación si el recién llegado fuese Guardiola, pero quien viene es una persona que nunca consiguió un ascenso y que fue despedido en sus dos últimos proyectos en España. 

Ojalá Idiákez (del que no puedo decir nada malo porque desconozco su trabajo) sea el hombre que lleve al Dépor de vuelta al fútbol profesional, como técnico no merece encontrarse un ambiente en contra porque no hizo nada malo, pero la serie de acontecimientos que lo trajo a la ciudad habla muy mal de la sensatez aplicada en el proceso. Porque, sobre todo, hay que tener en cuenta que todo esto ocurrió solo para que en el banquillo acabara alguien cuyos resultados nunca demostraron ser garantía de éxito, no alguien que tiene varias copas a sus espaldas. Ojalá en unos años estemos jugando Champions con Idiákez en el banquillo, pero lo que realmente impresiona es que hayan quitado lo único que mantenía ilusionado al deportivismo para poner a alguien cuya carrera simplemente dice que es un entrenador más. Incluso aunque termine siendo un rotundo éxito, la decisión no dejará de ser grave, porque si es un potencial genio invencible de los banquillos, hasta ahora no lo demostró y la única realidad es esa. Que nadie diga que sabía que era el mayor genio oculto del fútbol español, porque las cosas no funcionan así. Nadie podrá sacar pecho incluso logrando objetivos porque hasta si funciona no será mucho más que una feliz casualidad improvisada a costa de algo imperdonable: Traicionar los ideales y la identidad de tu grada sin motivo una vez más.