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20 may 2019

No es sólo el quién, también es el cómo


Por Rubén López | rubenlopezfcp@gmail.com

El Dépor dejó encarrilada su permanencia en Segunda División de cara a la siguiente temporada con su inerte actuación en el Anxo Carro el pasado domingo. El equipo de Martí dejó ver vicios anteriormente mostrados y convirtió en espejismo todo lo que en anteriores partidos había parecido parte de una lenta pero esperanzadora progresión. Quizás simplemente fuera una mala tarde y realmente sí existe tal progresión, pero a estas alturas no había ya margen para malas tardes. Haría falta ahora no fallar en los partidos que restan para tener alguna opción, y no parece lo más probable viendo que en la presente temporada el Deportivo nunca fue capaz de encadenar tres victorias seguidas.

Teniendo en cuenta que la temporada está casi perdida, cabe pensar en qué fue lo que la llevó al probable fracaso. Si en la etapa de Natxo se abusó de dar confianza a jugadores poco confiables en contextos desfavorables, lo cierto es que con Martí se minimizó ese protagonismo de los jugadores de perfil más bajo y se apostó por los que a priori tienen mayor calidad, al menos en la parcela ofensiva. Las presencias en el once de jugadores como Didier Moreno o Pedro Sánchez pasaron a ser anecdóticas, aunque el extremo alicantino todavía tiene un peso inexplicable en las segundas partes. Otra cosa que se frenó con Martí fueron los bandazos: a día de hoy la idea y la estructura es clara. 

No obstante, hay un aspecto que continua a la orden del día en el Dépor, y es la negligente elección del contexto en el que se hace desenvolver a los futbolistas. Con una plantilla hecha para dominar, el entrenador tiene que esforzarse siempre por encajar a los mejores, eso se da por descontado, pero además tiene que rodearlos de un contexto favorable aprovechando sus virtudes y minimizando sus defectos. Es cierto que no siempre se puede favorecer a todos, pero al menos se debe buscar el equilibrio, algo que no pasa desde hace demasiado tiempo en Coruña, no es un defecto sólo de esta temporada. El equipo lleva años haciendo caer en picado el valor de sus jugadores, jugadores que en muchos casos demostraron de nuevo su valía al salir de Coruña, y esa desvalorización tiene mucho de explicable en clave de contexto de juego al que se enfrentó aquí. Hay jugadores que en este equipo no sólo no son aprovechados con sus mejores virtudes, sino que se les mata haciéndoles actuar en situaciones desfavorables. Y, si buscamos  particularizar, hay nombres propios para regalar:

  • Saúl lleva varios partidos siendo un futbolista mediocre e incluso nefasto por momentos. El lateral tiene nivel más que demostrado en la categoría y es probable que acabe siendo un jugador de primera durante bastantes años, con lo que no debemos buscar las razones sólo en él, sino también en lo que le rodea. ¿En qué beneficia a Saúl, un jugador con predilección por seguir las jugadas, ofrecerse como apoyo y participar siempre en la combinación, encontrarse un solar desierto de apoyos en su zona? En los últimos partidos, es habitual verlo recibir sin compañeros ofreciéndose en su banda, viéndose obligado a algo tan impropio de un lateral como darse la vuelta y buscar un amigo en zonas retrasadas. Su influencia en ataque está perdida totalmente porque no es un lateral sorpresivo, sino un llegador gradual, y perder la presencia de un interior con el que buscar subidas como era Vicente le perjudicó evidentemente. 
  • Edu Expósito lleva bastante tiempo sin deslumbrar y posiblemente el menos culpable de ello sea él. Lo cierto es que se está viendo obligado a actuar en un entorno que le obliga a la intrascendencia aunque, paradójicamente, le obligue también a la omnipresencia. ¿En qué beneficia a Edu verse obligado a dar varios pasos hacia atrás para desatascar la función de salida de balón porque Bergantiños no es un jugador solvente realizándola, cuando la principal aportación de Edu es la de ser determinante con el balón en tres cuartos y cuando la labor de construcción previa puede ser realizada por jugadores que sí son específicos para ella como Vicente o Mosquera? Y, sobre todo, ¿en qué beneficia al equipo tener a Expósito ahogado en el minuto 60 por esa ida y vuelta, haciendo labores propias de tres posiciones diferentes y siendo incapaz por ello de no brillar en ninguna? Por si fuera poco, ayer no fueron pocas las ocasiones en las que teniendo Expósito el balón fue incapaz de encontrar apoyos para soltarlo.
  • Carlos Fernández es el jugador más diferencial del equipo, un futbolista que facilita enormemente el mantener la posesión en zonas altas por su juego de espaldas y capacidad combinativa. ¿En qué beneficia a Carlos caer en el juego brusco y rápido, de ida y vuelta, al que se entrega el Dépor sin reticencia a instancias de sus rivales? Cuando el balón llega a Carlos, el panorama inmediatamente detrás de él es desolador. Edu, incapaz de estar en todos sitios, no siempre está en el apoyo y Fede en ataques rápidos no tiene tiempo de cubrir su hueco desde la banda. Al final, los balones que llegan a los dos de arriba acaban siendo en muchas ocasiones una invitación agresiva a que se busquen la vida ellos mismos y no se puede vivir de la pegada en un equipo en el que tus dos delanteros, aunque solventes y de calidad, no son Messi y Cristiano Ronaldo.
  • Marí y Duarte son dos defensas que se sienten muy cómodos desde el dominio. No se tensan cuando hay que sacar el balón con calma y se toman su tiempo moviendo al rival y tocando entre ellos todo lo que sea necesario si así se requiere. Son jugadores con un muy buen posicionamiento, pero no son centrales excelsos cubriendo campo, cuando el control se pierde sufren, cuando los ataques pillan desordenado al equipo y la transición defensiva es errática lo pasan mal. ¿De qué les sirve también a ellos esa continua ida y vuelta que acaba casi siempre con pérdidas rápidas y transiciones a trompicones que conllevan contras inmediatas del rival, contexto que especialmente cuando el delantero es rápido (y, contra el Dépor, los rivales suelen usar esta opción conociendo este detalle) tiene grandes posibilidades de hacer especial daño?
  • Bergantiños es un destructor puro, necesita a alguien cerca para dársela inmediatamente cuando recupera, un jugador que haga lo que hizo Juan Domínguez cuando los dos fueron jugadores muy destacados hace unas temporadas en segunda. Por lo explicado anteriormente, es evidente que Edu no es el hombre adecuado para hacerlo. ¿En qué beneficia a Álex y, sobre todo, en qué beneficia al equipo, que sea la base del juego de ataque? Su habilidad para sacar el balón mejoró considerablemente de hace unos años a esta parte, pero nadie sale beneficiado de hacerle resolver papeletas en las que sufre.
  • Todos los jugadores de banda están a un nivel horrendo, sin excepción, desde hace tiempo. Y ni Cartabia, ni Valle ni Nahuel son jugadores horrendos. Es evidente que existe un problema estructural en su irrelevancia, que la existencia en la pierna cambiada es un invento sin pies ni cabeza dentro de la sistemática de juego del equipo porque no aporta nada en la estructura habitual de ataque y limita tanto a ellos como a los delanteros, porque siempre va a sobrar un jugador, un jugador que además al estar a pie cambiado tampoco te va a dar la capacidad de sacarte un centro en la mayoría de ocasiones. Me parece adecuado el recurso de las bandas cambiadas en esquemas con un sólo delantero, algo que te permite usar a un jugador para mover la defensa y sorprender introduciendo a un jugador en conducción desde el exterior, o en aspectos puntuales de los partidos, pero utilizarlo como recurso por defecto carece de sentido si no es con argumentos de peso que resulta evidente que no existen.
Se podría entrar a valorar más cosas, muchas más, pero haríamos de este artículo una sucesión infinita de párrafos. El resumen se basa simplemente en que poner a los mejores es sólo una parte esencial del plan, pero no la única. Saber por qué son los mejores y permitirles serlo es realmente la clave de todo. Pero seguramente sea ya muy tarde para todo esto, porque el fútbol es un juego orquestal que no cambia de la noche a la mañana. Habrá que confiar en la ciencia infusa y en la suerte.

5 mar 2019

Dépor - Alcorcón: Un punto para alejarse del objetivo


 Por Rubén López | rubenlopezfcp@gmail.com

El partido de ayer en Riazor alejó peligrosamente al equipo local de la lucha por el ascenso directo, no tanto en lo que respecta a los puntos (que también) como en las sensaciones. El encuentro pasó por tres fases muy definidas: La primera de ellas nos mostró a un equipo blanquiazul que entró tarde en el juego y no supo frenar el arranque de un Alcorcón que empezó en Riazor sin ningún complejo y que durante 15 minutos superó a su rival de manera incontestable. La segunda, mucho más agradable para la grada local, mostró a un Dépor encontrando la forma de hacer daño y lográndolo con asiduidad, creando un interesante número de ocasiones claras que en muchos casos sólo la magnífica actuación de un Dani Jiménez estelar pudo salvar. No obstante, cuando los locales contaban ya con el favorable 2-1 la cosa se torció. El equipo alfarero consiguió volver a encontrar contextos desde los cuales hacer daño y la tercera y última fase tuvo a un Deportivo que, a pesar de seguir buscando el gol de la sentencia, deseaba con demasiadas ganas el pitido final hasta que un gol de Casadesús lo frustró todo.

El guión del partido volvió a tener un final ya visto en otras ocasiones. Un Dépor que sabe llegar con peligro y que se adelanta en el marcador de forma merecida, pero que no se ve capaz de cerrar el partido y acaba encajando un gol en los últimos minutos que le roba dos puntos vitales. Ayer, quizás, faltó el refuerzo positivo porque dio la sensación de que Natxo no supo transmitir desde el banquillo la confianza para sentenciar. No hablo aquí del cambio de Simón por Somma (el contexto recomendaba hacerlo), pero sí de la forma de hacer los cambios y también de la adecuación de estos a lo que se buscaba en cada contexto.

El problema en Cartabia y Simón estaba identificado. El argentino estaba teniendo un partido desastroso y el lateral estaba pasado de revoluciones y con una amarilla que cada vez se volvía más naranja. Además, Edu (que volvió a ser el mejor) estaba bastante falto de apoyos cuando cogía el balón en el último tramo de la creación y alguien capaz de ofrecerse y dar pausa al juego en la búsqueda del asedio al área contraria se hacía necesario. Tenemos entonces que las salidas de Fede y Simón y la entrada de Vicente eran muy recomendables y el técnico supo ver eso. No obstante, ¿fue la ejecución adecuada? Mi subjetiva opinión es que en gran parte no:

  •  El trueque de Cartabia, el primero de ellos, llegó cerca del ecuador de la segunda parte a pesar de que desde el primer tiempo se veía que estaba teniendo muchos problemas para entrar en el partido. La banda derecha estaba siendo un agujero muy oscuro y el principal sumidero de posesiones del equipo, hacía falta subsanarlo cuanto antes y se tardó demasiado. Cuando algo no funciona y es tan evidente no tiene sentido esperar más de la cuenta. Fede no está y a veces da muestras de que ni siquiera se le espera. Aunque suene extraño, la titularidad no le sienta nada bien, se le nota dosificando esfuerzos desde el primer minuto y esa preocupación por su físico le saca del partido. El argentino es, con total seguridad, el mejor jugador de revulsivo de la categoría, sabe entender y cambiar los contextos del partido al que entra como pocos, pero probablemente nunca se conforme con ese rol. No obstante, si quiere dar el salto a ser un buen titular necesita un cambio radical con respecto a lo que estamos viendo.
  • El segundo cambio, la entrada de Vicente por Mosquera, también tiene sus matices. Quieres mantener el balón en campo contrario y mantener la bola buscando espacios, necesitas el gol cuanto antes y sacas a un jugador capaz de darte eso. Hasta ahí todo bien, pero, ¿por qué el sustituido vuelve a ser Mosquera? El 5 lleva una trayectoria ascendente en las últimas jornadas y es un jugador que sabe rendir como MCD siendo un primer eslabón en la creación más constante y fiable que Bergantiños en esos contextos en los que un error en construcción puede condenarte.
  • Por último, el cambio más controvertido del encuentro. Muchos no vieron adecuado el cambio definitivo, el que dió entrada a Somma por David Simón. El canario había sido más que advertido por el árbitro, tenía amarilla desde el comienzo del partido y aún así estaba pasado de vueltas, con lo que mantenerlo sobre el césped era un riesgo importante. En esa situación, no es ninguna locura realizar la sustitución, pero sí realmente querías asegurarte de no acabar con 10 jugadores, podían verse motivos desde mucho antes que el minuto 83 (aunque sí es cierto que fue justo instantes antes de esa sustitución cuando se vio una clara acción en la que el árbitro le perdonó sorprendentemente la roja). Que ese sea el cambio definitivo, poco después de haberte puesto por delante en el marcador y con el equipo en un momento alto de moral y de juego, es algo muy susceptible de generar dudas entre los jugadores y llevarles a pensar que importa más ser comedidos que ir a por el partido, que la sentencia es algo secundario.
Una vez dada mi visión (visión de aficionado, por supuesto, una condición desde donde es muy fácil opinar) sobre la manera de ejecutar las sustituciones, me quiero centrar en el último aspecto que comenté en estos tres puntos: Lo que pudo haber transmitido al equipo el último cambio. Digo que un cambio de esta índole es capaz de dar un mensaje peligroso al equipo porque, de hecho, tengo la sensación de que fue eso lo que pasó. Seguro que la instrucción nunca fue pisar el freno, seguro que desde el banquillo no se pidió perder protagonismo y el equipo siguió atacando, siguió teniendo peligro, pero se pudo ver una actitud diferente. Se vio a un Dépor sufriendo un ataque de realidad, que captó el tono de la salida de Simón como una llamada a ser cautos y el equipo empezó a jugar de manera sustancialmente distinta. Volvieron, como ya había pasado en el primer tiempo, a aparecer excesivos espacios en campo propio que el Alcorcón supo gestionar igual de bien que en los primero 15 minutos, y aunque es cierto que no tuvieron muchas oportunidades para explotarlos debido a que el conjunto herculino continuó buscando tener el balón y consiguiéndolo, fueron suficientes para que en una llegada rápida consiguieran poner el definitivo 2-2 en el marcador.

No podemos ser catastrofistas todavía, pero sí que es cierto que la catástrofe está más cerca. A día de hoy, da la sensación de que el equipo se está instalando en el miedo y en la falta de confianza de manera casi inconsciente  y de que se piensa en la clasificación desde demasiado antes del pitido final. Encauzar eso y entender que los estímulos externos son vitales es la asignatura pendiente para Natxo González, que está haciendo un buen trabajo en muchos aspectos pero que en cuanto a la gestión de partidos desde el banquillo con frecuencia no está sabiendo ser un entrenador de los que suman. Al fin y al cabo, el detalle diferencial que decanta a un equipo hacia el éxito o el fracaso en el fútbol tiene a menudo más que ver con el aspecto psicológico que con la pizarra.

10 sept 2018

Sensaciones tras el Deportivo - Sporting



El Dépor debutó ayer ante su afición en un Riazor de circunstancias en el que la mitad del estadio se encontraba inhabilitada por obras. Había bastante curiosidad por ver lo que harían los jugadores de Natxo González delante de su público después de un exilio de tres jornadas y lo cierto es que aunque la actuación no fue deslumbrante (todo lo contrario que los focos del estadio, que para compensar la falta de la iluminación de los fondos se encendieron a mayor rendimiento del normal) sí que permite sacar algunas conclusiones positivas y algunas no tanto.

La solidez de conjunto y la falta de ideas en los últimos metros

Lo más importante que se pudo ver ayer es que el equipo demostró saber estar tranquilo todo el partido, sin pasar apuros innecesarios en campo propio que sí se vieron en los anteriores encuentros, especialmente contra el Tenerife. Es cierto que el Sporting nunca quiso hacer daño y sólo buscó no recibirlo, pero el Dépor estuvo cómodo en ese contexto sabiendo dominar en la monotonía y sin sufrir sobresaltos. Las estadísticas de disparos, con un 17-0 a favor del equipo coruñés, es una estadística muy difícil de ver en un partido de fútbol profesional, pero esa estadística tan impresionante también guarda una contrapartida a tener en cuenta, y es que a este equipo le cuesta un mundo finalizar. Por el momento el conjunto blanquiazul no tiene una figura de referencia que culmine en gol un porcentaje de jugadas importante, y eso es una carencia que suele hacer perder puntos. Quizás Quique sea el que más papeletas tenga para ejercer ese rol una vez consiga ritmo, pero por ahora los goles siguen siendo tan caros como en los últimos años.

Es evidente también que a este Dépor le falta inventiva, se muestra en muchas ocasiones como un equipo plano y Carles Gil y Fede Cartabia son los únicos capaces de cambiar eso en los últimos metros. Ayer la entrada de ambos dio aire al equipo y consiguió crear contextos de superioridad en ataque que contribuyeron a debilitar a la zaga del Sporting, pero también es cierto que el esquema no ayuda a que exploten al máximo sus capacidades, al menos no mientras no se adapten del todo a él. Especialmente Fede está más suelto partiendo de la línea de banda, pero Natxo tiene claro que este es su sistema y parece que va a morir con él aunque a veces dé la sensación de que está hecho para encajar a toda la gente que 'debe' estar más que para maximizar sus virtudes.

Una pareja de centrales para no pasar apuros

En el ámbito defensivo el equipo estuvo muy atinado y sin sobresaltos más allá de alguna imprecisión en la salida de balón que pudo haber resultado más dañina de lo que finalmente resultó ser. A falta de ver el nivel de Somma no creo que haya dudas de que esta debe ser la pareja de centrales titular este año. Duarte está en segunda división por motivos inexplicables y Marí deja ver cosas muy interesantes, siendo superior a Bóveda en todo. Ordenado y con buena salida de balón, añadirle a sus cualidades un gol en su debut en Riazor sólo hace presuponer que seguirá teniendo la confianza del entrenador en los próximos encuentros.

Caballo ante la grada de Riazor

El lateral zurdo jugó de manera impecable los tres primeros partidos de liga siendo muy correcto en defensa y diferencial en ataque con centros medidos, pero ayer se le notó cambiado, con imprecisiones y dando cierta sensación de nerviosismo. Seguramente sea algo puntual y no debe haber dudas de que es el mejor lateral de esta plantilla, pero hace plantearse si por la cabeza del jugador no estaría pasando la alargada sombra de las implacabilidad de la grada de Riazor con algunos jugadores de la casa a los que pilla manía irracional cuando su nivel no es el deseado. En cualquier caso, siguió mostrando que sabe llegar y sacó algún que otro centro con mucho peligro.

Fede Cartabia y su capacidad para cambiar contextos

Cuando veo a Cartabia salir desde el banquillo y ser capaz de cambiar partidos pienso que es un revulsivo demasiado bueno como para ponerlo de titular, pero por otro lado esto es segunda división y tener de recambio a un jugador de su nivel no parece demasiado sostenible. No obstante, creo que se debe aprovechar todo lo que se pueda este talento del futbolista argentino, pues ayer fue pieza clave en la mejoría de los últimos minutos y en la creación del gol.

Pedro Sánchez y la falta de trascendencia

Sólo llevamos cuatro partidos, pero por lo visto hasta ahora no me convence Pedro. Me parece un jugador demasiado en la media, que no aporta nada diferencial aunque tampoco reste. Un jugador de tres cuartos no puede ser cumplidor y nada más, debe pedírsele que haga cosas que provoquen que pasen otras cosas. Hasta el momento ni siquiera se expuso como lo que prometía ser, un especialista a balón parado, y tampoco dio demasiado en la creación de juego ni en el último pase. A pesar de que está teniendo minutos, según se vayan recuperando los efectivos de ataque su papel debería pasar a ser más secundario.

Krohn-Dehli, el inadaptado

Da la sensación de que el rol de Krohn-Dehli en este equipo debe ser repensado. En esa posición de interior en la que se le vio ayer lo único que ofreció fue inoperancia y la sensación de estar fuera de sitio. El danés es un jugador al que se le da bien acompañar la jugada y estar siempre presente, pero quizás no está ya para ser clarividente en los últimos metros. Ayer se le vio cumplidor pero falto de ideas, como si jugara con el freno echado.

Vicente Gómez, la noticia más grata de lo que va de temporada

Después de lo visto en estos primeros partidos puedo decir ya que el jugador canario es mi jugador preferido de esta plantilla. Es un Juan Domínguez maduro y con personalidad que siempre sabe lo que hacer con la pelota cuando llega a sus dominios y rara vez la pierde. Si alguien le quita la bola es con falta de por medio y tiene siempre el pase adecuado en mente. Su papel debe ser capital en la construcción de juego.


Resumiendo, hay mimbres para conseguir cosas interesantes. La categoría es muy igualada y el hecho de que un equipo invicto tras cuatro partidos y con dos victorias sólo sea 7º lo hace evidente. Por el momento debemos quedarnos con que la vuelta a Riazor dejó a la afición aplaudiendo de satisfacción al final de los 90 minutos, algo que hacía tiempo que no pasaba. Todo lo demás acabará llegando.

31 oct 2017

¿Un equipo nuevo?


Por Rubén López | rubenlopezfcp@gmail.com

Después del partido que el Dépor disputó ayer en Las Palmas es necesario dejar establecidas dos claves. La primera es que el equipo tiene todavía malos vicios que fue adquiriendo con el tiempo y seguro que aún va a sufrir mucho en enfrentamientos contra equipos de zona alta, pero la segunda clave es la realmente importante en el contexto blanquiazul: dichos malos vicios están siendo visiblemente identificados y paliados por el nuevo técnico, que ayer dejó ver a un equipo que estuvo ordenado, asentado y sabiendo lo que se esperaba de él en todo momento.

En este artículo se repasarán las principales claves de lo visto ayer y de lo que se puede esperar del futuro inmediato.

Portería sin soluciones

De los defectos principales, uno de ellos no tiene solución. Los problemas en la portería no se pueden resolver hasta la vuelta de Rubén, pues tanto Tyton como Pantilimon demostraron sobradamente que no son porteros de Primera División y el gol en contra del encuentro de ayer fue incluso de mal gusto. No se puede competir sin un portero que al menos detenga los balones que todos los demás en la categoría detienen, y quizás una llamada a Àlex Cobo hasta la recuperación del guardameta titular sea una opción a tener muy en cuenta. No obstante, nadie en el club conoce al portero del filial mejor que Cristóbal, y será él quien decida si es una opción o no lo es.

Una fragilidad psicológica que va a mejor

Por otro lado, volvimos a ver ayer otro de esos problemas recurrentes a los que tan acostumbrados estamos durante esta temporada, que es el de un equipo algo desbordado psicológicamente después de encajar gol. De nuevo, el conjunto pareció contagiado algunos minutos tras el gol en contra por una ansiedad y un agarrotamiento que durante varios minutos conllevaron una falta de ideas y de concentración que hicieron temer lo peor, incluso llegando a estar cerca de encajar el segundo después de un rechace de Pantilimon que Vicente mandó al larguero. No obstante, a diferencia de otros partidos, el equipo supo rehacerse antes del descanso y volverse a los vestuarios con empate. Reforzar la mentalidad del equipo es un aspecto clave, pues marca la diferencia entre hundirse y encajar el segundo o venirse arriba para lograr el empate.

Mejora táctica: presión avanzada creando dificultad en el rival para iniciar la jugada

En cuanto al aspecto táctico, la mejoría va dejándose ver poco a poco. Si en la etapa de Mel se veía una formación en la que las líneas se intuían más que verse, en el partido de ayer hubo orden y funciones marcadas en el campo. También se siguió viendo, como ya pasó en el partido de Copa, una apuesta clara por comenzar la presión en posiciones avanzadas. No hubo frecuente suerte en el robo efectivo, pero sí que sirvió para incomodar mucho el inicio de jugadas de Las Palmas y provocar numerosos errores forzados que permitieron recuperar la posesión.

Las bandas, protagonistas del ataque

Cristóbal demostró saber el tipo de juego por banda que necesita al equipo. Hace algunos días comentaba la futilidad de buscar un juego veloz y profundo acabado en centro debido a las condiciones de Lucas, que hacían que al llegar demasiado rápido muchas veces no hubiera rematador en el área. Si bien ese recurso puede ser útil en algunas ocasiones, no puede buscarse que sea la norma como muchas veces habíamos visto con Mel. Ayer vimos un juego desde las bandas por parte de Bakkali y Cartabia que partían de posiciones abiertas y permitían anchear el campo para facilitar su contacto con el balón. En los ataques rápidos se buscó el desborde hacia el centro para poder aprovechar los movimientos sin balón de Lucas rompiendo a la defensa y creando superioridades de cara al disparo. En los ataques con más calma se buscó aportar gestión de tiempos y combinar para buscar el centro de manera efectiva, dando margen a la segunda línea para llegar al remate y a Lucas para asentarse en el área. De esta manera llegó el primer tanto de Borges, un futbolista con un don para estar en el momento adecuado en el lugar preciso en el área rival.

La fragilidad defensiva sigue presente

A pesar de las buenas noticias generales, no puede obviarse que sigue siendo excesivamente fácil hacer daño al Dépor. Juanfran suele estar demasiado adelantado en transición defensiva y suele ser incapaz de llegar a tiempo para dar un apoyo efectivo, algo que Schär nota debido a que le obliga a tapar más campo del asumible y se junta con la evanescencia de un Guilherme que esta temporada está mucho menos enchufado que la pasada. El mediocentro cae demasiado a menudo en fallos de posicionamiento que provocan líneas de pase abiertas para el rival y contribuyen aún más al sufrimiento de la línea de centrales.

Un equipo mucho más definido

La mejor noticia no fue la victoria, sino que el equipo comienza a tener unos ideales de juego que se consiguen ver de manera clara. El equipo está adquiriendo identidad y asimilando ideas, algo que es necesario para progresar en ellas. Es complicado salir de la zona baja una vez te asientas en ella, pero todavía hay tiempo para un giro de timón que permita mirar hacia arriba en vez de hacia abajo, y la única mala noticia es que está a punto de comenzar la fase difícil del calendario deportivista.

Parralo empieza su aventura liguera con tres puntos que en el contexto del Depor saben a algo más. Saben, por primera vez en mucho tiempo, a ilusión.

24 oct 2017

Un puzle con piezas descolocadas



Ayer en Riazor el Dépor volvió a exponer todos sus males, todas esas debilidades que lleva dejando ver desde hace ya demasiado tiempo en una sangría que nadie es capaz de parar y que se encamina, si no se le pone remedio, hacia un fracaso cuya magnitud esta todavía por ver. El Girona ganó su primer partido fuera de casa en la máxima categoría después de seis jornadas consecutivas sin sumar los tres puntos, y el equipo coruñés dejó escapar de Riazor una vida que en la jornada 38 puede hacerles llevarse las manos a la cabeza. Ocho puntos en nueve encuentros es un bagaje que no invita al optimistmo.

Jornada tras jornada da la sensación de que Pepe Mel no está sabiendo utilizar sus piezas, pues la idea de juego no encaja para nada con los futbolistas clave. El estilo hace sufrir a los jugadores de más talento, pues se da predominancia a un juego rápido y que busca las bandas como fin para acabar en centro, y Lucas no es un delantero que se sienta cómodo esperando en el área. El coruñés destaca por dos cosas: por participar en la jugada creando superioridades con toques puntuales o rompiendo y por dar frenetismo en los últimos metros cuando tiene espacio para desequilibrar a las defensas. Es un jugador que por características no suele estar en el área cuando el ataque llega rápido a línea de fondo, con lo que basar el juego en hacer daño por los flancos y centrar el balón con prontitud es banal. A Lucas le gusta adentrarse en el área con el balón en su posesión, no pelear el remate por alto.

Más de lo mismo pasa con Çolak (y su ostracismo está en parte relacionado con la incapacidad de Lucas para ser determinante esta temporada, pues podrían formar una asociación perfecta), que ve cómo su capacidad para aportar pausa y romper líneas se ahoga en la más absoluta nada cuando lo que busca el equipo es achicar balones hacia las bandas. No se recuerda un partido este año en el que el turco tuviera influencia, y no todo se puede achacar a su habitual apatía. Mel no está sabiendo utilizar a Emre igual que no está sabiendo utilizar a Lucas, y eso es un lujo que no se puede permitir el Depor, pues son sus dos únicos hombres con capacidad real para decantar partidos.

Un futbolista que sí está sabiendo usar el técnico del Dépor es Fede Cartabia, pues llegar con prontitud a su posición le deja tiempo para pensar e irse al centro cuando la línea defensiva rival está todavía reajustándose, pero viendo su alineación ayer cuesta saber si su buen rendimiento esta temporada está siendo coyuntural o si realmente Mel lo utiliza sabiendo que le da una ventaja a su juego. Ayer el argentino no brilló, y era fácil teorizar antes del partido que sus condiciones no eran las ideales para el juego contra un equipo de tres centrales, al menos no más ideales que las de otras opciones disponibles. Debido a las condiciones de la defensa del Girona, alineando un trío de defensas flanqueados por dos carrileros, me quedaros las ganas de ver desde el inicio a una doble punta formada por Andone y Lucas con Emre por detrás y renunciar a los extremos puros, pues tanto Cartabia como Valverde son dos jugadores con tendencia a irse hacia dentro cuando poseen el balón, y eso no es la mejor opción en ese contexto. A una defensa de tres puede hacérsele mucho daño por velocidad aprovechando espacios a sus espaldas o cayendo a banda desde el centro, pues se obliga a desplazar marcas y se crean huecos. Son acciones que tanto Florin como Lucas tienen entre las mejores de su repertorio, y tener a dos compañeros en banda coarta libertad de movimientos para realizar dichas acciones. Cartabia sabe crear superioridades contra defensas más compactas, pero el de ayer no parecía el encuentro idóneo para su fútbol, y no consiguió ser útil como en otras fechas.

Los partidos del Dépor contra rivales directos por la permanencia suelen acabar con esa sensación de que el partido podía haberse decantado hacia cualquiera de los dos lados, y es normal. Los futbolistas que compiten por objetivos iguales tienen niveles muy similares y saben jugar al fútbol lo suficientemente bien para competir partidos a gente de su misma enjundia, pero es en ese contexto, en el que el equipo está disputando de tú a tú el encuentro, cuando necesitan un golpe de pizarra que cree superioridades tácticas para dar estocadas. Y esta temporada Pepe Mel perdió la práctica totalidad de esos duelos de pizarra, y los que ganó fueron sin demasiada lucidez. Ayer Gil Manzano no estuvo para nada acertado, pero de la misma forma que se inventó un penalty de Albentosa también fue totalmente severo a la hora de compensarlo con un rigurosísimo penalty pitado en los albores de la segunda mitad que acabó transformando Lucas. Si bien no se puede obviar que permitió al Girona irse al descanso en superioridad, también es cierto que tampoco se puede utilizar como excusa clave: cuando el partido estaba en tablas fue el Girona el que supo dar el hachazo final.

Da la sensación de que el equipo no encuentra apoyo desde fuera del césped para sacar adelante situaciones desfavorables, en cada final de partido es habitual ver a los futbolistas intentando tirar de espíritu y frustrándose cuando ven que no funcionan las cosas para acabar corriendo como pollos sin cabeza temiendo un gol en contra que sentencie el partido a favor del rival. Echar toda la culpa encima del entrenador es una tontería, por supuesto, es algo que existía antes de la llegada de Mel, pero simplemente no supo arreglarlo en ningún momento. La idea de juego, como dije, no encaja con los futbolistas clave y tampoco otorga comodidad en el campo al conjunto, y jornada tras jornada nos limitamos a ver a un equipo que no sabe ganar partidos y que cuando lo hace no convence. Cuando un técnico tiene un ultimátum sobre su cabeza a veces es positivo y quizás en ocasiones salga bien, pero cuando lleva más de uno el dirigente ha de saber que lo único que está haciendo es intentar reanimar un cadáver. Pepe Mel no debería seguir ni una jornada más al frente de un equipo al que no supo dar vida y no porque la culpa de todo sea suya, sino porque simplemente no supo hacer que funcionara lo que tiene y el rendimiento fue en todo momento muy inferior a los nombres. La sangre nueva nunca garantiza el éxito, pero lo malo conocido en el fútbol nunca es la mejor opción. El Deportivo no tiene carácter, y eso es lo que marca la diferencia entre los que sacan la papeleta hacia adelante y los que se quedan por el camino.