5 may 2013

Cuando la historia crea al rival


Por Rubén López | rubenlopezfcp@gmail.com

 Hay un curioso episodio sin el cuál la historia del Arsenal pudo no ser la misma. Una pequeña mancha de misterio incómodo que no es un debate bien recibido por los aficionados gunners, aunque irremediablemente forma parte de su historia. El Arsenal lleva 94 años consecutivos en la máxima división del fútbol inglés, lo que supone un record de la competición, pero en su último ascenso, en el año 1919, algo pasó. Algo que provocó la ira de los vecinos de Tottenham y agudizó una rivalidad que todavía se estaba gestando, pero que a partir de aquel momento se agudizó enormemente y convirtió el derby del norte de Londres en una encarnizada lucha.

La 1ª Guerra Mundial había obligado a suspender la competición futbolística durante unos años. En 1919, cuando esta se retomó, se decidió ascender a 22 el número de equipos participantes en el torneo. Como había ocurrido en expansiones anteriores, los equipos esperaban que ninguno de los que había competido en la First Division en la última campaña descendiesen (un descenso que correspondía a Chelsea y Spurs), y que la competición quedase igual pero añadiendo a los dos primeros de la Second Division (Derby y Preston). Parecía lo normal, pero algo pasó cuando se decidió qué hacer. Algo que no sentaría nada bien en White Hart Lane.

La Liga se reunió para tomar una decisión definitiva sobre el futuro de la nueva temporada. En dicha reunión se partió de la idea de que había 4 huecos libres, ya que Chelsea y Tottenham todavía no tenían su lugar asegurado. Se decidió permitir continuar al Chelsea, y que subirían Derby y Preston, pero cuando tocó decidir qué pasaría con el hueco vacante, ni el Tottenham ni el tercer clasificado de la Second Division fueron los agraciados. Los mandatarios decidieron ascender al Arsenal, 6º clasificado en la segunda liga por 'su gran aportación a la competición', pero nunca se supo si existieron otros intereses.

Se rumoreó sobre la posible presencia de incentivos económicos, de un posible tráfico de influencias del por aquel entonces presidente Sir Henry Norris y diversidad de hipótesis más, pero nunca se supo si existió alguna irregularidad. De cualquier forma, años después llegó Herbert Chapman y el Arsenal comenzó a escribir una historia dorada, mientras sus rivales vivieron una era de altibajos que les acompañaría durante décadas.

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