1 sept 2017

Lucas Pérez y lo intangible


  Por Rubén López | rubenlopezfcp@gmail.com

El Deportivo logró ayer lo que a estas alturas parecía ya imposible: asegurarse los servicios del único futbolista capaz de ilusionar a toda la ciudad de Coruña para la temporada 2017/2018. Tras un verano entero de noticias contradictorias e incógnitas por resolver, la historia acabó llegando a buen puerto cuando el mercado estaba a punto de cerrarse y la incerteza por saber qué pasaría finalmente comenzaba a tornarse en inquietud.

Las formalidades de su llegada quizás no sean las ideales, es cierto. Una cesión sin opción de compra es una operación en la que rara vez se consigue un negocio redondo: si el jugador ofrece buen rendimiento volverá a su equipo de origen revalorizado y más caro todavía, mientras que si la temporada no es buena no sólo habrá que devolverlo también, sino que además no habrá dejado notas positivas durante su temporada. No obstante, este tipo de consideraciones no pueden hacerse en Coruña con Lucas. El delantero coruñés no es un futbolista más en Riazor, es el centro de todo. Es el espejo de todos. Caer en consideraciones de índole racional con un fichaje que atañe sobre todo a lo sentimental sería una locura.

¿Cuál es la nota negativa del fichaje de Lucas? Yo diría que ninguna. Es evidente que las negociaciones no fueron ideales y que desde fuera da la sensación de que podrían haberse llevado a cabo de una manera mucho más vistosa, sobre todo teniendo en cuenta la brutal predisposición del jugador a vestir de blanquiazul y sólo de blanquiazul. No obstante, la clave de todo está en ese 'desde fuera' que escribí hace unas líneas: a pesar de las preferencias del futbolista, también es evidente que no tenemos ni idea de cómo fueron las conversaciones y que el Arsenal manejaba muchas opciones más lucrativas para dar salida al jugador que les permitían no estar estar dispuestos a malvender. No es un precio barato por una cesión sin ningún tipo de opción futura, pero tampoco es un jugador cualquiera para la ciudad, es parte de ella. 

En cuanto a las notas positivas, lo cierto es que son más que evidentes y muy abundantes. El Deportivo ficha al faro que va a guiar al equipo y a contagiar de ilusión a la grada, un futbolista que es un fenómeno de masas en Coruña y que por sí mismo tiene capacidad para sacar del pozo a una afición que se veía aturdida ante un inicio de temporada como mínimo decepcionante. Se encuentra así una subida anímica bestial en el ambiente que rodea al equipo, pero también un líder de vestuario, alguien que no tolera que un compañero no lo deje todo en el campo. Su efecto en lo anímico es evidente y se empezó a notar desde el momento en que su regreso se hizo oficial. No hace falta ver más allá de las imágenes de su cálido recibimiento en el aeropuerto por un nutrido grupo de aficionados (algo que no se veía con un fichaje desde tiempos inmemoriales) para tener la evidencia de ello.

Creo firmemente que en el fútbol de Primera División tiene una alta incidencia la componente anímica. Por supuesto, no se ganan títulos sólo en base a estados mentales, pero desde luego sí que se logran permanencias. En la máxima categoría todos los jugadores saben jugar al fútbol, y sólo necesitan creérselo para que las cosas les salgan mejor que a quienes no se lo creen. En ese aspecto el Dépor ficha a alguien que le hará estar un escalón por encima en la lucha mental, pero además no podemos dejar a un lado lo más importante, y es que con él llega a Riazor un jugador de un nivel muy por encima de la lucha por la permanencia. Un jugador que disputó la pasada Champions League por méritos propios y que a pesar de que Wenger no le dio continuidad aprovechó todas y cada una de las oportunidades de las que dispuso. Se ficha gol, se ficha empuje y se ficha calidad, cualidades que unidas a la ilusión que mostró en todo momento por volver son garantía de éxito en esta nueva etapa de blanquiazul.

Me resulta imposible entender las críticas a esta llegada. Sí puedo entender que haya quien la encuentre cara, pero es un precio dentro del presupuesto para esta temporada (que al final no deja de ser una cantidad que está hecha para ser gastada) y además  deja todavía algo de margen para traer algún refuerzo de última hora que pueda cruzarse en el camino. No creo que el aficionado deba alarmarse a priori de las cuestiones económicas si se cumplen los presupuestos, con lo que opino que las preocupaciones monetarias son exageradas. Hay que tener en cuenta, sobre todo, que el club acaba de fichar al que probablemente sea el futbolista de mayor nivel al que puede aspirar a día de hoy, y que además aporta aquí mucho más que su fútbol. El fichaje de Lucas no sólo devuelve su alma al Dépor, sino que también rodea al equipo de todos esos factores que diferencian a los que terminan arriba de los que se quedan abajo: los intangibles.

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