31 ene 2012

La lucha en el sótano


 Por Rubén López | ruben@futbolconpropiedad.com

"Luchar en un sótano conlleva muchas dificultades. La primera de ellas es que luchas en un sótano"

Hay ciertas historias que gusta conocer. El fútbol es uno de esos mundos que se alimentan de ilusiones, unas ilusiones que sobreviven en muchos casos desde la más temprana infancia, y que se cumplen con poca frecuencia, pero a veces de la forma más sorprendente.

Todos conocemos las inclemencias del fútbol modesto, comentadas en este mismo blog en numerosas ocasiones. Las dificultades que muchas veces se atraviesan en estas categorías hace que al público le guste especialmente ver como, contra pronóstico, alguien es capaz de triunfar  de vez en cuando salido de las profundidades, como puede ser el caso reciente del flamante Mirandés, revelación de la vigente edición de Copa del Rey. No obstante hoy me centraré en un fútbol que, por lo general, se lleva la palma en cuanto a escasez de recursos y que está muy de moda actualmente: el africano.

La Copa África (CAN para los amigos) se lleva disputando desde comienzos de año, y está consiguiendo poner el fútbol del Continente Olvidado en primer plano de la actualidad. El contraste que se da entre selecciones grandes y humildes, llegando a coincidir superestrellas mundiales como Drogba o Chamakh con futbolistas que se desempeñan en ligas que en algunos casos ni llegan a ser profesionales llama la atención, y más viendo como los modestos consiguen plantar cara a las grandes potencias y llegando a ver sorpresas como la eliminación de Marruecos o Senegal en beneficio de selecciones como Guinea Ecuatorial.

Es precisamente la selección ecuatoguineana la que más simpatías despierta entre el público español, no en vano gran parte de sus jugadores juegan o jugaron en nuestro fútbol e incluso tienen nacionalidad española. En el combinado dirigido por Gílson Paulo conviven jugadores que saben lo que es competir al más alto nivel (Javier Balboa o Bodipo) con compañeros que sueñan con subir lo más alto posible en España desde sus actuales equipos de 2ªB o incluso 3ª, además de los que juegan fuera de nuestro país. Con el buen papel que lograron hasta el momento en la máxima competición continental a nivel de selecciones de África consiguieron llamar la atención de muchos, y algunos ya suenan como futuribles de equipos de primeras ligas. Uno de los casos más significativos es el de Kily, que consiguió acudir a la gran cita gracias a sus buenas actuaciones en el Langreo, de Tercera División y en los últimos días se especuló mucho con la intención del Rubin Kazán ruso de ofrecerle una prueba. Seguramente no será el último que encuentre la oportunidad de mejorar su situación futbolística una vez acabado el torneo.

Otra de las sensaciones del torneo está siendo la otra anfitriona. Gabón consiguió ganarse la clasificación en los dos primeros partidos dando muy buenas sensaciones con su juego y dejando en el camino a la todopoderosa Maruecos después de una remontada de infarto, y confirma que el fútbol africano desborda emoción por los cuatro costados.

¿Por qué podemos ver gestas de este tipo en la competición africana y es tan complicado presenciarlas en Europa? La única gran sorpresa a la que asistimos en las últimas ediciones de Eurocopa fue la victoria de Grecia en 2004, con un estilo de juego efectivo pero muy poco vistoso, algo bastante contrario a lo que estamos viendo en las revelaciones africanas. Por poner una comparación razonable, lo que está consiguiendo Guinea Ecuatorial (con su primera participación en el torneo) sería equiparable a que una selección como Armenia, que cerca estuvo de clasificarse, hiciera lo propio en la máxima competición europea. La explicación puede estar en los cimientos sobre los que se basa la cultura del fútbol en África: la pasión. El deporte rey es, en muchos países, una manera de evadirse y disfrutar, y los niños lo practican en la calle con la ilusión de imitar a sus ídolos. No hay ese adoctrinamiento que los chavales sufren en Europa desde edades muy tempranas, y su techo lo marca su talento. Es un fútbol más alegre, más imaginativo y sin tanta dependencia táctica. Esto puede provocar que sufran al llegar a Europa y ver que las condiciones no son las mismas, pero quien sabe adaptarse tiene altas posibilidades de triunfar. 

La Copa África está haciendo disfrutar a muchos aficionados y fabricando sueños para muchos jugadores. Algunos de ellos a buen seguro escalarán para ascender desde el sótano hasta el piso más alto al que puedan aspirar, y nos encantará ver como a base de ilusión y trabajo suben peldaños gracias a la oportunidad y su buen hacer durante la competición.

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