La apoteosis del futbolista
Por Rubén López | ruben@futbolconpropiedad.com

Resulta curioso, hace años los jugadores mantenían una actitud mucho más cercana con sus seguidores, pero desde hace unos años a este tiempo las relaciones futbolista-aficionado se distanciaron de forma peligrosa. Salen a la calle semi disfrazados para pasar desapercibidos, se van de los entrenamientos por la puerta de atrás para no coincidir con quien les pueda estar esperando...y además, últimamente se ponen de moda en los equipos grandes (y cada vez con más frecuencia en los no tan grandes) los entrenamientos 'a puerta cerrada', que popularizó hace unos años Fabio Capello y cuyo máximo exponente actual es Pep Guardiola, máximo defensor contemporáneo de la necesidad de evadirse del mundo exterior para conseguir resultados (de hecho la práctica totalidad de sus apariciones públicas fuera de un campo de futbol o actos del club son en ruedas
En contraposición, vemos como las actitudes de deportistas de otras disciplinas de cara al público son muy diferentes. En Fórmula 1 en todas las carreras vemos a Fernando Alonso intercambiando impresiones con Lobato minutos antes de subirse en su monoplaza , algo que si que requiere una concentración absoluta. Por su parte en la NBA vemos como incluso hay prensa en los vestuarios y a nadie parece resultarle extraño.
¿Cómo se pudo llegar a esta situación en nuestro fútbol? La culpa es un poco de todos. Los

Ver esto en los clubes grandes puede tener un pase, ya que no necesitan publicidad, pero que un jugador, técnico o directivo de un equipo que no sea alguno de los 4 o 5 grandes se permita el lujo de no aparecer ante la prensa teniendo en cuenta las pocas líneas que les dedican a nivel nacional resulta incomprensible.
Está claro que todo evoluciona con el tiempo, pero creo que en este aspecto las cosas no van por el camino correcto
¿Qué pensáis? ¿soy el único al que le parece que esta situación cada vez va a más y no se sabe dónde estará el límite?
Y seguirá yendo a más por todo lo que comentas.
ResponderEliminarRecuerdo con cierta nostalgia los entrenamientos a los que me llevaban mis padres a Acea da Ama (donde entrenaba el Dépor antes de construir su ciudad deportiva) y sacar fotos con mis favoritos, autógrafos, hablar un poco con ellos y luego ir para las grabas o al campo a ver el entrenamiento.
Antonio.
También tengo ido alguna vez a Riazor y al finalizar el entrenamiento esperábamos allí a que saliesen, y sin problema ninguno se paraban un buen rato con los que estábamos allí.
A ver si se dan cuenta de que el aficionado también busca ese lazo de unión y la situación va convirtiéndose poco a poco en lo que era antes.
Bueno, era Antonio el de antes :-)
ResponderEliminarEsto lo hacen del mismo modo que la monarquía, por muy campechana que sea, TIENE que estar alejada de la gente: Para seguir con esa imagen de seres diferentes, superiores ante todo. Si perdieran esa imagen, se les fastidiaría el tinglado.
ResponderEliminarLa diferencia es que la monarquía ejerce un poder, los futbolistas no
ResponderEliminarJajaja, lo mejor de todo el artículo, con el que estoy 100% de acuerdo, es el comentario de Álvaro Couceiro. Qué tendrá que ver una cosa con la otra!! El caso es expresar nuestras opiniones! Qué bueno!
ResponderEliminardespues de escribir un artículo de 6 párrafos que lo mejor sea el comentario de Couceiro resulta bastante desmotivador xD
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