El deporte del pueblo, negocio elitista
Por Rubén López | ruben@futbolconpropiedad.com
Fútbol. Una palabra que provoca sentimientos, cánticos, rivalidades, discusiones... Independientemente de su situación personal, el aficionado al fútbol espera cada partido de su equipo con emoción, vive las victorias con alegría e interioriza sus fracasos con decepción. Algún iluminado, en un arrebato de originalidad, llegó a tildar a este deporte como 'el opio del pueblo' utilizando la famosa frase de Karl Marx sobre la religión, y lo cierto es que no es una comparación desencaminada, el deporte rey es una forma de evadirse de todo durante 90 minutos.
El problema viene cuando los intereses económicos entran en juego. Todos sabemos que en este país (como en cualquier otro, sólo que en este caso con poca elegancia, sin inteligencia y tocando la pandereta) el dinero manda más que los principios, y el objetivo es ganar más y cuanto antes mejor, no vaya a ser que lo echen a uno de su acomodado puesto sin tener el bolsillo lleno del todo. Es aquí donde llegan los negocios que poco tienen que ver con el deporte (patrocinadores, televisiones y demás) y que tratan al fútbol como una empresa más, algo que, por otra parte, es una realidad desde hace ya demasiado tiempo.
La cuestión preocupante llega al ver como los organismos que regulan la competición (vease LFP y derivados) son simples marionetas que se dejan guiar por el que más paga, dándole al 'generoso' empresario un metafórico bastón de mando para que imponga sus leyes a sus anchas y con mano de hierro si le apetece. Este poder, en la actualidad, lo poseen en gran parte las televisiones.
Los poderosos amigos del señor Astiazarán tienen claro el nuevo objetivo: convertirse en los 'dueños del fútbol' y que las reglas se confeccionen para favorecer a sus beneficios, por algo son los que pagan y por algo los aficionados somos meros instrumentos que ayudan a su enriquecimiento siendo tan tontos como para seguirles la corriente. Su último objetivo se centra en impedir que las radios, un medio que se mantenía aparte de todo el circo desde hace un siglo, puedan trabajar como llevan un siglo haciendo.
Otro aspecto a tener en cuenta es el que lleva a pensar qué sería del fútbol no profesional sin las radios. La 2ªB se alimenta de este medio, y si las emisoras tienen que pagar por emitir los partidos de 1ª y 2ª, lo más normal sería desentenderse de la categoría de bronce (y ya ni hablemos de las inferiores). El fútbol semiprofesional necesita a las radios, pero parece que a los jefazos poco les importa. Brotóns y Roures, dos de las cabezas visibles de Mediapro, ya expusieron su punto de vista sobre el asunto [1] [2]. Pero de lo que no se hicieron eco ya puestos a hablar de dinero fue de la deuda que guardan con algunos clubes y que pudo motivar que no pudiesen emitir el partido de ayer entre Zaragoza y Real Madrid, ya que si hubieran querido, el equipo maño tendría el derecho de prohibir el paso a las cámaras (ya que a pesar de ser emitido por C+, la producción pertenecía a la empresa catalana, que debe 7 millones al club aragonés).
Dicho esto sí, es lo normal cobrar derechos a un medio que se lucra del fútbol, pero antes, para no hundirles, habría que arreglar otras cosas menos amables y que no aportarían dinero, por lo que no interesa. Por no hablar que de ese pastel, Mediapro y compañía no deberían llevarse ni un euro, ya que su excusa para defender el cobro es la compensación a los clubes, pero luego ponen el cazo hipócritamente para que los equipos se lleven menos dinero. Jefazos del fútbol español, dejen de dar vergüenza ajena, mírense al espejo y piensen si quieren que la cara que ven pase a la historia al lado de la palabra 'gilipollas' en el diccionario, porque desde luego están haciendo méritos para ello.
El problema viene cuando los intereses económicos entran en juego. Todos sabemos que en este país (como en cualquier otro, sólo que en este caso con poca elegancia, sin inteligencia y tocando la pandereta) el dinero manda más que los principios, y el objetivo es ganar más y cuanto antes mejor, no vaya a ser que lo echen a uno de su acomodado puesto sin tener el bolsillo lleno del todo. Es aquí donde llegan los negocios que poco tienen que ver con el deporte (patrocinadores, televisiones y demás) y que tratan al fútbol como una empresa más, algo que, por otra parte, es una realidad desde hace ya demasiado tiempo.
La cuestión preocupante llega al ver como los organismos que regulan la competición (vease LFP y derivados) son simples marionetas que se dejan guiar por el que más paga, dándole al 'generoso' empresario un metafórico bastón de mando para que imponga sus leyes a sus anchas y con mano de hierro si le apetece. Este poder, en la actualidad, lo poseen en gran parte las televisiones.
Los poderosos amigos del señor Astiazarán tienen claro el nuevo objetivo: convertirse en los 'dueños del fútbol' y que las reglas se confeccionen para favorecer a sus beneficios, por algo son los que pagan y por algo los aficionados somos meros instrumentos que ayudan a su enriquecimiento siendo tan tontos como para seguirles la corriente. Su último objetivo se centra en impedir que las radios, un medio que se mantenía aparte de todo el circo desde hace un siglo, puedan trabajar como llevan un siglo haciendo.
Vamos a analizar la cuestión. Sí, las radios son un negocio más, y se lucran a base del fútbol como cualquier otro, por lo que podría parecer lo normal cobrar por retransmitir, pero que en España vive una situación especial por diversos motivos. El primero y más importante es el evidente, en una competición organizada de forma impresentable, lo último de lo que deberían preocuparse es por cobrar de un medio que sólo dará beneficios reales (y para ello no serían más que cantidades insignificantes dentro de las cifras que manejan) a los dos grandes, debido a un oscuro acuerdo de indefinida credibilidad filtrado por algunos medios que apunta a que Madrid y Barça recibirían la gran mayoría de estos beneficios para cubrir lo que depositaron para el Fondo de Ayuda al Descenso, algo que no les gustó nada ya que saben que el entramado está montado para que ni en mil años se vean obligados a echar mano de dicho fondo y lo ven una pérdida de dinero, ya se sabe que la empatía es una cualidad despreciable en el hombre de éxito de hoy en día.
Otro aspecto a tener en cuenta es el que lleva a pensar qué sería del fútbol no profesional sin las radios. La 2ªB se alimenta de este medio, y si las emisoras tienen que pagar por emitir los partidos de 1ª y 2ª, lo más normal sería desentenderse de la categoría de bronce (y ya ni hablemos de las inferiores). El fútbol semiprofesional necesita a las radios, pero parece que a los jefazos poco les importa. Brotóns y Roures, dos de las cabezas visibles de Mediapro, ya expusieron su punto de vista sobre el asunto [1] [2]. Pero de lo que no se hicieron eco ya puestos a hablar de dinero fue de la deuda que guardan con algunos clubes y que pudo motivar que no pudiesen emitir el partido de ayer entre Zaragoza y Real Madrid, ya que si hubieran querido, el equipo maño tendría el derecho de prohibir el paso a las cámaras (ya que a pesar de ser emitido por C+, la producción pertenecía a la empresa catalana, que debe 7 millones al club aragonés).
Dicho esto sí, es lo normal cobrar derechos a un medio que se lucra del fútbol, pero antes, para no hundirles, habría que arreglar otras cosas menos amables y que no aportarían dinero, por lo que no interesa. Por no hablar que de ese pastel, Mediapro y compañía no deberían llevarse ni un euro, ya que su excusa para defender el cobro es la compensación a los clubes, pero luego ponen el cazo hipócritamente para que los equipos se lleven menos dinero. Jefazos del fútbol español, dejen de dar vergüenza ajena, mírense al espejo y piensen si quieren que la cara que ven pase a la historia al lado de la palabra 'gilipollas' en el diccionario, porque desde luego están haciendo méritos para ello.
Que bien escribes! a ver si se me pega un poco.
ResponderEliminarBueno, he de decir que no estoy de acuerdo contigo, bueno, lo estoy a medias, pienso al igual que tú que lo de la LFP de es de coña, veo que no hay una planificación de cómo quieren hacer las cosas, me gustaría que alguien le preguntase a Astiazarán cuál es su hoja de ruta, pienso que no tiene ni idea de qué quiere hacer con el fútbol español, empezando porque hay que dejar de permitir que los clubes profesionales se acojan a la ley concursal sin descender de categoría.
Dicho esto... estoy en desacuerdo contigo en el tema de las radios, yo no mezclo para nada temas Mediapro ni nada por el estilo, yo lo veo muy fácil (y en otros países también) las radios son empresas, no fundaciones benéficas, si retransmiten un partido de liga profesional deben pagar (otra cosa en 2ªB en adelante), ellos se basan en el derecho a la información, me parece de coña, entonces que todos los partidos sean televisados gratis, yo quiero informarme de si a Cristiano se le rompe una uña del pie o de a quién le mete el dedo en el ojo Mourinho, si esto se llevase a cabo lo único que conseguiríamos sería que los clubes perdieran ingresos y que todas las estrellas se fuesen a la Premier.
Bueno, es mi opinión personal, tan válida como la tuya, de todos modos felicidades por el artículo, escribres realmente bien, un saludo.
Gracias Juan.
ResponderEliminarLo principal es lo que comentas, los dirigentes no tienen ni idea de lo que quieren conseguir y les da igual. En cuanto a lo de las radios, incluso varios presidentes de clubs salieron criticando y diciendo que no querían esa calderilla y que formaban parte del espectáculo.
Un saludo
Hay algo que no tienen claro estos "grandes" dirigentes. Y es que la publicidad que la radio da tanto a los equipos como a la liga es impagable, es enorme.
ResponderEliminarEn fin, y luego van diciendo que tenemos la mejor liga...