14 jul 2015

Los cracks que nos perdimos (IX): Kerlon Moura


Por Rubén López | rubenlopezfcp@gmail.com 


En el mundo del fútbol, el talento no lo es todo. También hace falta saber sacarle partido, y tener la suerte necesaria para que tus habilidades marquen la diferencia. Nuestro protagonista de hoy no pudo, después de destacar durante sus primeros años por su técnica, convertirse en lo que parecía destinado a ser.


  • Kerlon Moura, la 'foquinha' que no supo salir a flote
Kerlon Moura Cruzeiro


Kerlon Moura llamó la atención del mundo del fútbol en el Campeonato Sudamericano sub-17 de 2005. Aquel futbolista destacaba por su habilidad con el balón en los pies y su olfato goleador, y al final del campeonato fue nombrado jugador más valioso y máximo anotador. Era un delantero menudo y frágil, pero de sobrados recursos técnicos, como suele pasar en las estrellas brasileñas, pero en este caso tenía un regate especial y tremendamente efectivo, un movimiento por el que le impusieron el sobrenombre de 'Foquinha'. Kerlon se llevaba con precisión milimétrica el balón desde el pie hacia la cabeza, y avanzaba con el esférico en alto, dando leves toques con la cabeza que hacían complicado que el defensor pudiera robarle el cuero sin hacer falta. Su innovador regate fue una de las sensaciones de aquel torneo, y los principales clubes europeos apuntaron su nombre en la agenda.

Kerlon pertenecía al Cruzeiro, equipo del que ya habían salido genios como Ronaldo, aunque todavía no había jugado demasiado en el fútbol profesional de su país. Ese salto al profesionalismo marcó el principio del fin., ya que cuando Kerlon empezó a jugar 'con los mayores', se encontró un panorama algo distinto a lo que estaba acostumbrado en categorías inferiores. Se enfrentó a defensas con mucha más experiencia y mucha menos paciencia, a los que no les gustaba que un joven bajito les intentara dejar quedar mal con malabarismos, y comenzó a ser objetivo de entradas realmente aparatosas con un claro mensaje: el fútbol es un deporte de contacto, y el contacto es menos doloroso cuanto menos exhuberante es el regate (y cuanto más lejos de la cabeza está el balón). El inexperto jugador se dio de bruces contra esta realidad por primera vez muy rápido, cuando todavía digería su éxito del Campeonato Sudamericano, al sufrir una lesión de tobillo que le hizo perderse más de seis meses de competición tras un duro lance de juego con un rival, una dureza que no fue para nada un caso aislado, sino más bien todo lo contrario [1][2]. Una vez recuperado, sin tiempo todavía para volver a sentirse futbolista, una rotura de ligamento cruzado lo volvió a dejar en el dique seco durante otra larga temporada, haciendo que el talento emergente del Cruzeiro comenzase a ver un futuro muy negro, que todavía lo sería más cuando llegó la tercera mala noticia tras su segunda recuperación: su rodilla izquierda necesitaba intervención quirúrgica, y el túnel no parecía tener fin.

A pesar de todos estos problemas, que le impidieron brillar en el campeonato brasileño, el Inter de Milán todavía tenía su nombre anotado en mayúsculas y decidió confiar en él y darle la oportunidad de llegar al fútbol europeo con un largo contrato, enviándolo primero al Chievo Verona para ver qué tal se adaptaba a Italia. El resultado no fue bueno, y el Inter decidió, a su vuelta, mandarle de nuevo a otro club, esta vez al Ajax, donde apenas se vistió de corto más que para entrenar cuando las lesiones se lo permitían.

En 2011, y viendo el Inter que su proyecto de estrella no iba a despuntar debido a su frágil físico y su tendencia a ser el objetivo de la contundencia defensiva rival, decidió definitivamente enviarlo a cesiones de trámite a equipos menores de su país a la espera de que simplemente acabase su vinculación con el club nerazzurro. Fue así cómo volvió a Brasil para jugar en el Paraná y en el Nacional de Minas Gerais, sin contar tampoco con ningún tipo de suerte y apenas llegando a tener minutos.

Al acabar su vinculación con el Inter en 2012 y hastiado de su poca suerte en el fútbol, decidió aceptar una oferta muy exótica (quizás demasiado) y marcharse a Japón para firmar por el increíblemente modesto Fujieda MYFC, de la tercera categoría nipona. En su nuevo equipo por fin dispuso de una mínima continuidad, hasta que de nuevo volvieron sus problemas de rodilla, que le obligaron a volver a Brasil para operarse y a dejar el fútbol asiático en enero de 2014. Ahí empezaría un año en blanco, probando suerte en diversos equipos pero sin conseguir contratos, hasta que recientemente (marzo de 2015) llegó al fútbol estadounidense. ¿MLS?¿NASL? Lo cierto es que ninguna de las dos, pues el brasileño firmó por el Miami Dade de la APSL para intentar, al menos, volver a disfrutar del fútbol que un día parecía irle a ofrecer tanto y del que finalmente sólo sacó lesiones y decepciones. Esperemos que por fin pueda tener la continuidad necesaria y, quién sabe, alguna nueva oportunidad en una liga mayor, pues a pesar de todo tiene tan solo 27 años.

2 comentarios:

  1. Una lástima este jugador, siempre están esos que no pueden dar el gran paso hacia una carrera con éxito, o que los queman ya de muy jóvenes.

    Crees que Alexandre Pato pueda estar en esta lista en un futuro?

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  2. Pato tiene sólo 25 años, puede reconducirse, pero es cierto que va por un camino muy poco recomendable. El tiempo dirá.

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