Bienvenidos a 2014, el último año de la era contemporánea
Por Rubén López | rubenlopezfcp@gmail.com
Dejamos ya atrás el año 2013, cuya llegada demostró que las teorías sobre profecías mayas eran especulaciones y entramos en un año que promete ser especial para el fútbol, ya que puede presumir de ser, a priori, un curioso punto de inflexión: el último de la actual era del fútbol.
2014 recibirá en su ecuador la última gran cita futbolística de la edad contemporánea. El Mundial de Brasil, aún con los denunciados problemas sociales del país suramericano, será el último organizado en un país donde el fútbol forma parte de la vida diaria, donde es lo más importante de las cosas menos importantes.
Vivimos una época de cambio, en la que en este deporte se imponen intereses ajenos a su práctica. Entramos definitivamente en la era del producto económico sin disfraces, y tras la cita de este año se dará paso a Rusia 2018 y Qatar 2022, países sin importante tradición futbolística pero con gran ansia por utilizar el Mundial como medio de propaganda y demostración de poder. Especial atención debe darse al torneo de 2022, ya que amenaza con trastocar todos los calendarios por la casi segura imposibilidad de disputar los partidos en las fechas habituales.
Este fútbol es esclavo de demasiada gente que no busca más que llenar bolsillos aprovechando el tirón que provocaron más de 100 años de fenómeno social mientras se va, poco a poco, adulterando el sentido de todo y tratando al aficionado como una vaca a la que ordeñar hasta el final, sin importar que exista crisis o que esto se basa en sentimientos, y no es lo mismo que ir al cine a ver una película, sino como pasar una tarde entre amigos. Las nuevas generaciones no entenderán lo que gracias a este deporte vivieron muchos antes que ellos. El sentimiento dará paso a la aceptación de un simple espectáculo, un entretenimiento más. Pasará a convertirse en uno de esos lujosos caprichos a los que el ciudadano medio renunciará inmediatamente cuando la economía falle, exactamente igual que pasa con el anteriormente citado cine (que hace tiempo en muchos lugares también era una fuerte forma de reunión social). En ese momento dejará de ser rentable y los ordeñadores abandonarán el negocio.
Brasil 2014 es la última oportunidad que tendremos de ver un Mundial de fútbol, un fútbol que por otra parte está ya muy adulterado y casi muerto como forma de deporte profesional, siendo quizás el último lugar donde aún sigue vivo precisamente el primero en el que nació: Inglaterra. Sea como sea, ya estamos aquí, por lo que no queda otra que seguir hacia adelante: empezamos.
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