16 abr 2012

Danny Bergara, pionero foráneo en los banquillos ingleses


 Por Rubén López | ruben@futbolconpropiedad.com

El fútbol inglés siempre fue (aunque cada vez menos) muy cerrado en sí mismo. Es extremadamente raro encontrar jugadores ingleses más allá de las fronteras del Reino Unido, algo que evidencia la alta estima que tienen a su fútbol. En el caso de los banquillos, el orgullo inglés era, hasta hace poco, algo casi extremo.

Hasta hace escasas décadas, encontrar entrenadores de equipos ingleses nacidos fuera de los límites del Reino Unido era tarea casi imposible. El primer entrenador extranjero que dirigió a un equipo de First Division (actual Premier League) no llegó hasta 1990, con el fichaje del checoslovaco Jozef Venglos por el Aston Villa, y en categorías inferiores, los managers que consiguieron llegar al cargo de un equipo inglés siendo extranjeros casi se podían contar hasta esa fecha con los dedos de una mano.

Uno de esos escasos nombres tenia tintes hispanos: Daniel Bergara, y su lugar de procedencia era Uruguay. Bergara había sido un goleador que dio sus primeros pasos en el fútbol de su país antes de dar el salto a la liga española, donde jugó en las filas de Mallorca, Sevilla y Tenerife, retirándose en 1973, con 31 años debido a una lesión crónica.Su estancia en Mallorca le llevó a conocer a su esposa, una guía turística inglesa, con la que se iría a vivir al país británico una vez acabada su carrera como jugador.

Bergara decidió, una vez en tierras inglesas, probar suerte como manager y, con la ayuda de un primo de su mujer que le presentó a Harry Haslam, entrenador por aquel entonces del Luton Town, consiguió el puesto de preparador de juveniles en el equipo de Bedfordshire. Cuando Haslam fichó por el Sheffield United se llevó a todo su equipo técnico a Bramall Lane, incluido Danny, que continuaría ocupando el mismo cargo. 

Sus métodos de entrenamiento eran innovadores y le fueron labrando una importante fama en Inglaterra, lo que le valió para colaborar durante años en las categorías inferiores de la selección británica, compaginándolo con su labor en Sheffield hasta 1982, cuando se quedó sin trabajo en ambos lugares. Se pasó cuatro años alejado del fútbol, hasta que pasó brevemente por el Middlesborough como segundo entrenador de Bruce Rioch, pero los problemas económicos del club lo dejaron nuevamente su trabajo.

Consiguió ganarse su oportunidad como responsable de un primer equipo en 1988, cuando se hizo cargo del Rochdale, convirtiéndose probablemente en el primero que conseguía entrenar a un conjunto inglés sin tener la lengua anglosajona como idioma nativo, y también hizo historia unos años más tarde como el único foráneo que hasta aquel entonces había conseguido jugar una final de copa (Football League Trophy) en Wembley. Estuvo poco tiempo en Rochdale, pero supo dejar huella antes de llegar en 1989 al club en el que marcó una época, el Stockport County.

Llegaba a un club en situación difícil, que llevaba casi 20 años en 4ª división y que en ese periodo de tiempo había despedido a 14 entrenadores diferentes y mostrado más sombras que luces en competición liguera, pero con la llegada del uruguayo todo iba a cambiar. Los aficionados recibieron al semidesconocido con recelo, sin imaginar que se convertiría en su salvación. En su primer año completo a cargo de su nuevo club lo llevó al mejor resultado liguero en casi dos décadas y un sólo partido les privó del ascenso. Al ser preguntado sobre lo mejor de aquella temporada dejó clara su imprevisible personalidad: ''Lo mejor del año fue que nos limpiaron los aseos y pintaron  los vestuarios''. La decepción por no poder conseguir el ascenso en aquel primer año dejó paso al éxtasis en la campaña siguiente, cuando el Stockport regresó a la tercera categoría del fútbol inglés comandado por un Bergara erigido como ídolo de la afición.

En las tres temporadas siguientes consiguió hacer soñar a la gente de Stockport con un nuevo ascenso, alcanzando en todas ellas el play-off para subir de categoría, pero no pudieron conseguir llevarse la victoria. Tampoco lograron ganar ninguna de las dos finales del Football League Trophy, pero sin duda estos logros tenían mérito por ser impensables hasta hacía poco tiempo. Después de esas 3 primeras campañas en tercera Danny decidió que había que volver al asalto del ascenso mediante una reconstrucción del equipo, que luchaba por un nuevo puesto en play-off cuando llegó una noticia que heló a la afición: Danny Bergara era destituido antes de finalizar la campaña debido a un enfrentamiento público con el dueño del club. Dejaba atrás a una afición destrozada por perder a su ídolo y a un club al que engrandeció durante su estancia por méritos propios.

Tras este incidente, Bergara no volvió a disfrutar del éxito como entrenador. Pasó brevemente por Rotherham United, Doncaster Rovers y Grantham Town, pero los resultados no fueron buenos, perder el proyecto de Stockport y los juicios posteriores en los que se vio implicado le hicieron perder su magia. Trabajó durante un tiempo como ojeador para el Sunderland, antes de poner punto y final a su relación con el fútbol.

Esta es la historia de un hombre que se convirtió en héroe de un equipo modesto, un héroe que no pudo sortear a la muerte, que le alcanzó en 2007, para consternación de los fans del Stockport County llegó 3 días después de su muerte, y consistió en un solemne encuentro amistoso en Edgeley Park que enfrentó a los locales y al Cardiff, y durante el cual no dejó de sonar la canción que los aficionados siempre le dedicaban en cada partido: 'Danny Bergara's Blue 'N White Army'

2 comentarios:

  1. ''Lo mejor del año fue que nos limpiaron los aseos y pintaron los vestuarios''. Jajaja, qué grande; enhorabuena por el artículo, muy bueno.

    ResponderEliminar
  2. Gracias Juan, la historia de este hombre me pareció muy merecedora de explicar. Abrió camino

    ResponderEliminar