Ignacio Eizaguirre, el portero prudente

Ya en sus inicios futbolísticos hubo polémica. En la temporada 40/41, perteneciendo a la Real Sociedad, el Valencia lo fichó sin hablar con su club, sino con su padre, por lo que no podría debutar hasta la siguiente temporada por disputas legales. Su etapa en el equipo Ché dejaría todavía una curiosidad más. Tras un debut en el que no lo hizo bien y ser relegado a la suplencia, su siguiente oportunidad de ser titular la recibió tras una indisposición por empacho del portero titular, Pío, curiosamente debido a excederse con la cesta de productos de la carnicería que regentaba el padre de Eizaguirre y que este llevó cuando visitó al equipo de su hijo.

En el Campeonato del Mundo anteriormente citado, Eizaguirre encajó un gol tras un bote extraño del balón, por lo que lo tuvo muy claro. En sus cuatro temporadas en Osasuna, cada vez que debía jugar un partido, el portero recogía unos sacos de arena de la playa de La Concha, y un tiempo antes del encuentro, iba al estadio y los vaciaba en el área, nivelándola con un rastrillo y posteriormente regándolo para reblandecer la zona. Se retiraría en 1960, pero aún quedarían algunas perlas más en la trayectoria futbolística de este mito del fútbol vasco.
En la temporada posterior a su retirada, siendo entrenador del primer equipo osasunista, volvió a decidirse por ponerse bajo los palos debido a la cantidad de goles que encajaba su equipo, pero sin fortuna y saliendo goleado. Todavía volvería a ocupar una portería, ya con 55 años y en un amistoso benéfico, en el que aún así demostró en algunos lances del juego que seguía llevando en la sangre el oficio de portero.
Por Rubén López | ruben@futbolconpropiedad.com
Siempre es bueno tener ocasion de "conocer" a los personajes del futbol, tan excepticos casi siempre y tan divertidos tambien.
ResponderEliminarGracias por esta aportacion.
Saludos!
De nada, un placer compartir estas historias con vosotros, me alegro de que te guste
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