José Mourinho y el gradual despertar del gigante dormido
Por Rubén Pedreira
Por simpatía hacia el club de Old Trafford llevo lustros viendo partidos del Manchester United siempre que puedo. Vi partidos de épocas de vacas gordas de la etapa de Alex Ferguson y también me tocó ver aberraciones constantes en las tenencias de Moyes y Van Gaal. Con estos dos primeros sustitutos del siempre insustituible Sir Alex el United fichó caro y mal, sólo es necesario ver los fiascos de Di María, Depay, Shaw o Schneiderlin (que entre los cuatro se acercan más a los 200 millones que a los 100). Otros jugadores, como Darmian o Schweinsteiger fueron considerablemente más baratos, pero tampoco rindieron. Por último, jugadores como Martial o Rojo fueron fichajes de precio elevado que tampoco consiguieron ser un activo válido al principio, pero con la llegada de José Mourinho al banquillo supieron reencauzarse y ser importantes.
Si juzgamos las incorporaciones de los dos últimos años, no puede negarse que Mourinho tiene también una plantilla de fichajes multimillonarios (aunque, no nos engañemos, el fichaje de Pogba es una nota discordante dentro de un resto de fichajes de su era, mucho más dentro de los precios medios del mercado totalmente inflado en el último bienio). Los precios de jugadores como Matic, Bailly o un Mkhitaryan que ya no está estuvieron acordes a la media de los desembolsos realizados por sus homólogos europeos y si bien Lukaku está en el límite de esa media, lo cierto es que casi nadie pagó menos por un delantero de primer nivel últimamente (ni tampoco por uno de segundo, pues el precio de Morata fue análogo al del belga). Suárez llegó a los 81M hace tres temporadas, Higuáin ascendió hasta los 90M y, si bien es cierto que Aubameyang llegó al Arsenal por 64M, también resulta evidente que la situación del gabonés en su club de origen era particular.
En este aspecto, el contexto de la plantilla de José Mourinho es mucho menos apoteósico de lo que se puede pensar aunque, por supuesto, no deja de ser un lujo. ¿Qué cosas malas puede decir un seguidor del Dépor como el que escribe de un equipo como el que cuenta el entrenador portugués? Pues poco o nada, pero una cosa es segura: si lo que se juzga es si el United tiene una superplantilla, la pregunta rotunda es que no. Y es no por varias cosas: Si lo comparamos con sus competidores, encontramos una defensa de circunstancias, en la que los laterales titulares son extremos reconvertidos que dan un nivel sorprendentemente bueno, pero que no están a la altura (Valencia quizás sí) de otros jugadores de su puesto. Los centrales habituales, toda vez que Bailly no pudo tener continuidad por las lesiones, son excesivamente lentos y de nivel más acorde a Europa League que a Champions. Sí es cierto que de mediocampo para adelante hay nombres de categoría, pero si obviamos al lesionado Ibrahimovic sólo encontramos a cuatro jugadores de indiscutible primer peldaño: Matic, Pogba, Lukaku y un Alexis aún recién llegado. Por otro lado, Lukaku se está viendo obligado a jugar sin descanso, y eso nunca es positivo. Puesto todo esto junto, a mí se me hace inevitable decir que la plantilla de que dispone a día de hoy el Manchester no está en condiciones de competir de tú a tú contra los supergigantes europeos, le falta fondo de armario.
¿Es este defecto un problema de haber fichado mal? En parte sí, pero creo que tiene una mayor parte de no. No se puede olvidar que el United tiene una historia brillante, pero venía de años siendo un equipo (con suerte) de Europa League. El todopoderoso equipo de Ferguson se desgajó hasta ser irreconocible y a la llegada del de Setúbal no era más que una sombra que se estaba descomponiendo. El técnico llegó a un lugar con una sóla estrella de clase mundial (De Gea) y tuvo que invertir mucho para conseguir atraer a más, algo indispensable para crear un equipo gigante. Acertó en algunos casos y no en otros, pero lo cierto es que desde su llegada empezaron a aparecer jugadores a la altura del escudo. Era necesario empezar a vestir de rojo a jugadores de enjundia, y ese tipo de futbolistas ya no se encuentran a precios no prohibitivos en el mercado. Nadie vende a una pieza clave a precios justos, es todo una burbuja en la que un futbolista mediocre dentro de la élite se dispara hasta el medio centenar de euros.
No se puede decir que la llegada del nuevo entrenador convirtiera a los red devils en un equipo imparable, pero sí que lo saneó de manera más que notable y lo devolvió a los puestos importantes de su país y Europa. Ganó un doblete (de títulos menores, sí, pero no títulos regalados) y esta temporada lo devolvió a la hegemonía de los puestos de Champions. Es cierto que no está siendo capaz de competir la Premier League, pero después de años en los que acceder a la máxima competición europea no se podía ni soñar no se ha de negar que la mejora es considerable. Hablar de que esa mejora se basa en gastar dinero cuando fue el cuarto equipo con más inversión esta temporada en su liga y estando muy cercano al quinto y al sexto es hacer un reduccionismo absurdo del mérito del entrenador portugués.
En cuanto al estilo de juego, puede ser rácano, puede ser defensivo y puede ser conservador, pero para nada me parece catalogable como 'cobarde' y más bien lo definiría como pragmático. Realmente no entiendo muy bien el recuerdo que guardan algunos sobre el gran United de Ferguson, pero el escocés nunca destacó tampoco por buscar un juego guardiolesco. Es cierto que siempre buscaba ir a por la victoria e imponer su estilo, algo que el actual dueño del banquillo de Old Trafford renuncia con frecuencia en favor de esa búsqueda del mínimo riesgo. De algún modo, no obstante, Mourinho es su heredero más natural en cuanto a la concepción de todo lo demás. Ambos son genios competitivos que crean un aura clara en sus equipos, un aura ganadora. Podría intentar hacer más concesiones al espectáculo, sí, pero en su manual de estilo el espectáculo (al menos el concebido por el público general) no es más que una opción. En su manual entra conseguir resultados y, no voy a engañar a nadie, coincido con él. El United está de vuelta en la élite, y no lo está por gastar mucho. Si fuera por eso, nunca la habría abandonado.
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