Fútbol instantáneo (IX): El castigo del 'codino'
Por Rubén López | rubenlopezfcp@gmail.com
Hay jugadores a los que un episodio de su carrera les persigue para siempre. Roberto Baggio fue uno de los mejores futbolistas de su generación, pero a duras penas podrá olvidar su error en la final del Mundial de 1994.
'El castigo del codino'
La selección de Italia se presentó en Estados Unidos en junio de 1994 con una plantilla de gran nivel. Maldini, Baresi, Albertini... Y por encima de todos, el por aquel entonces último Balón de Oro, Roberto Baggio. El delantero de la Juventus estaba en el mejor momento de su carrera, y aunque durante la fase de grupos no estuvo del todo acertado, en las eliminatorias desplegó todo su nivel y fue el principal artífice de que su equipo llegara a la final del torneo gracias a sus 5 goles y a su indiscutible calidad. No obstante, en el partido decisivo todo se torció.
Baggio empezaba el encuentro definitivo contra Brasil incómodo debido a unos problemas en el muslo que arrastraba desde el partido de semifinales, pero el delantero era innegociable para Sacchi. Las molestias no le impidieron crear unas cuantas ocasiones ante la portería de Cláudio Taffarell, pero su selección fue incapaz de anotar gol, y tanto los 90 minutos reglamentarios como la prórroga terminaron con 0-0. Era turno de la lotería de los penaltis.
La tanda no empezó bien para los italianos. Baresi falló el primer disparo, y algo más tarde, Massaro erró también el suyo. Cuando le llegó el turno a Baggio, que se había reservado el lanzamiento definitivo, el marcador estaba 3-2 a favor de los brasileños y un nuevo error sería definitivo. El italiano dió un notable número de pasos hacia atrás, y sin pararse siquiera a visualizar los tres palos se encaminó a golpear la bola, pero con demasiada fuerza. Su disparo se marchó muy por encima de la portería y las opciones de Italia se quedaron en nada. Dos de sus compañeros también habían fallado, pero la valentía de tirar el lanzamiento decisivo lo centró todo en su figura. Aquella final pasó a ser la del penalty de Baggio, y el episodio fue recurrentemente recordado durante toda su carrera. Aún tras su retirada manifestó que pensaba en aquello con frecuencia.
No obstante, el estigma arrastrado por Baggio a partir de aquel momento fue totalmente injusto. Habría sido muy poco probable que sin su impresionante desempeño durante la fase eliminatoria Italia hubiese llegado a la final por delante de Bulgaria o España, que habían demostrado más en cuanto a colectivo, pero el Codino fue determinante en los partidos contra ellos.
Aquel error pesó en Baggio más de lo esperable, y él mismo reconoció que le había afectado durante muchos años, y puede que hiciese mella en su confianza y capacidad de aguantar la presión, pues desde aquel momento no volvió a triunfar del todo jugando para un grande como había hecho anteriormente, y sólo pudo volver a destacar a su nivel con los colores de equipos más modestos y con menor exigencia, como el Bologna o Brescia.
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