Goles míticos (XXIII): Ronaldinho al Sevilla (2003)
Ronaldinho llegó al Barcelona en julio de 2003, y sólo le hicieron falta dos jornadas para marcar su primer gol oficial como jugador del equipo blaugrana, un gol que dejó muy clara la clase de jugador que teníamos ante nosotros, y que desencadenó una reacción en la grada de tal calibre que fue registrada por el sismógrafo del Observatorio Fabra, a algo más de 4 kilómetros del Camp Nou. No fue un gol común, fue un gol que sólo marcan los genios.
Ese 2 de septiembre de 2003 no se disputaba un partido cualquiera. Era aquel famoso Barcelona - Sevilla jugado a medianoche, a las 00:05, después de que el equipo andaluz hubiese rechazado cambiar la fecha del encuentro como había solicitado el Barcelona debido a interferencias con compromisos internacionales. En ese atípico horario, cinco minutos después del punto en el que un día se separa del siguiente, se marcó también un punto de inflexión para el equipo por aquel entonces entrenado por Frank Rijkaard. Aquel conjunto que había sido gris y triste desde comienzos de siglo, veía como un mago brasileño recién llegado contagiaba su sonrisa a todo el que le rodeaba. Era un hombre feliz, y así lo demostraba en cada partido. Aquella jugada iniciada en el centro del campo y rematada con un imparable disparo desde 25 metros fue fiel reflejo de lo que se nos venía encima. Fue el inicio del jugador que más brilló de todos los que pude ver. Un brillo tan cegador, tan imposible que hizo que la estrella se colapsara antes (demasiado antes) de tiempo. Comenzaba de esta forma uno de los mayores espectáculos de la historia reciente del fútbol. Un espectáculo que sólo necesitaba de un hombre y un balón para funcionar. El resto surgía sólo.
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