18 oct 2017

Da y nunca pide


Por Rubén López | rubenlopezfcp@gmail.com

Hablar de Karim Benzema es hablar de uno de los mejores 9 (aunque a esto de su rol de 9 habría que añadir matices) del mundo, y de eso no deberían caber demasiadas dudas. Partiendo de esta base, ¿por qué es un futbolista tan discutido dentro del contexto del Real Madrid? La respuesta es más compleja de lo que parece.

El futbolista francés es un futbolista terriblemente atípico. Bajo cierta fachada de hombre apático guarda una realidad que se deja ver cuando uno analiza su juego: más que apatía, lo que tiene es convicción es sus particulares ideas. Sabe que lo que le hace bueno es lo que sabe aportar a sus compañeros, que si se vuelve egoísta no tiene casi nada para impresionar, y va con esa idea al fin del mundo. No es exagerar decir que es quizás el mejor delantero de la actualidad creando contextos de superioridad para sus compañeros de ataque.

En el partido contra el Tottenham, Karim volvió a demostrar que esta es la realidad de su juego. En un encuentro en el que el rival defendía de manera muy encimada en el centro, el delantero madridista se erigió en el hombre para todo en la zona central del ataque, apoyando a sus compañeros con sus movimientos para crearles superioridades que les permitieran irse hacia la zona interior y hacer daño por donde más podían hacerlo.

Por otro lado, no se puede negar lo evidente. Es cierto que Benzema trabaja por y para el equipo y se deja a sí mismo en segundo plano, pero también tiene algunas carencias que le hacen ser menos jugador de lo que debería ser. Su definición es muy fluctuante, y si bien hace un par de temporadas superó holgadamente los 20 goles en liga lo cierto es que en las dos últimas campañas no está siendo capaz de afinar la puntería. Por mucho que lo que aporte no se consiga sacar de ningún otro jugador, también es cierto que sus goles también son necesarios en un equipo en el que el único que tiene facilidad real para ello es Cristiano Ronaldo. Y muchas veces falla lo más cantado.

Sea como sea, el francés es uno de los mejores del mundo en su puesto alejado del área pequeña, y eso siempre es algo a tener muy en cuenta. Es cierto que alguien que aspira a marcar época como delantero no puede errar mucho de lo que él falla, y eso es un defecto grave. Es un futbolista que basa su fútbol en dar a sus compañeros y en exigir muy poco, y con ciertas carencias que deben tenerse en cuenta a la hora de la valoración general. La pregunta final debería ser ¿compensa tener a Benzema en el campo? Quizás dependa del partido y el contexto, pero hay algo que es bastante claro: puede que Benzema casi nunca brille más que los otros, pero lo que está claro es que los otros casi siempre brillan menos cuando no está él.

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