30 ago 2017

La cuenta atrás del Depor



  Por Rubén López | rubenlopezfcp@gmail.com

Quizás sea alarmista decirlo a estas alturas de la temporada, pero el Depor se encuentra ahora mismo en una situación muy delicada con dos días como plazo máximo para solucionarla. Este alarmismo está justificado, pues si nos paramos a analizar la plantilla podemos ver que estamos ante un grupo en el que fallan unos mimbres clave para garantizar la tranquilidad durante esta temporada.

Existen tres puntos clave que muestran signos de debilidad. Dos de ellos son conocidos: la portería y el gol. No obstante, creo que existe un problema más preocupante todavía, y está en la medular. El Depor mostró en este inicio de Liga tener un mediocampo totalmente descompensado y falto de jugadores que sepan unir fases. Tampoco es un mediocampo que en conjunto sepa equilibrar las transiciones, lo que hace que las pérdidas de balón sean más frecuentes de lo deseable. A día de hoy el gran debate está en si hace más falta un portero o Lucas, pero lo cierto es que ponerle solución a este vital detalle (pues es lo que marca la diferencia entre poder jugar al fútbol o simplemente echar balones fuera del campo propio con la esperanza de que tus delanteros cojan alguno) me parece el mayor de las preocupaciones que debería tener el club a día de hoy. Por suerte, en este aspecto tenemos todavía algo a lo que agarrarnos: la incógnita sobre si Fede Valverde puede llegar a ser el jugador que aporte a esa posición los mecanismos clave para conseguir una mejor canalización del juego entre la linea defensiva y la delantera. 

¿A qué puede jugar Mel sin centro del campo? Con la plantilla actual, mucho me temo que a nada. Especialmente preocupante fue su renuncia manifiesta al balón en el partido contra el Levante, en el cuál se recurrió al balón largo durante prácticamente todo el partido cuando el único jugador de la ataque con condiciones para jugar a eso era Florin Andone. Echar mano de ese recurso durante todo el partido relegó a la intrascendencia a Emre y Cartabia, incapaces de jugar a eso por condiciones físicas y por estilo de juego. 

Yo lo tengo claro, si Lucas no puede llegar al Depor, mi apuesta estaría en un futbolista capaz de solventar los problemas de construcción del Depor. Existe un overbooking evidente de mediocentros en plantilla, pero casi todos tienen condiciones terriblemente similares. El sentido común dicta que no se puede tener una plantilla con 5 mediocentros y querer traer otro (de hecho estoy seguro de que no pasará), pero echar un vistazo a los jugadores de ataque con los que cuenta el equipo deja claro que no es una plantilla apta para jugar al pelotazo y el problema de la medular es más grave de lo que puede parecer. Si no se consigue solventar esta falta de juego, el equipo parece estar condenado a sufrir de manera abundante.

Por otro lado está el aspecto de la portería. Es innegable que el año pasado no estaba bien cubierta y este año está todavía peor, pues más allá de reforzarla se perdió uno de sus activos. El Depor tiene dos porteros de profesionalidad innegable, pero lo cierto es que ninguno de ellos sería titular en la amplia mayoría de los equipos de la Primera División actual. No obstante también es cierto que, dejando aparte eso, Rubén demostró ser un portero correcto y la carencia de un guardameta que dé puntos por sí mismo siempre se puede minimizar con disciplina defensiva.

En otro orden de cosas, algo que no tiene solución posible si se carece de él es el gol. Un jugador tocado por esa habilidad de mandar el balón al fondo de la portería cuando le llega la oportunidad es un recurso por el que se pagan muchos millones en el fútbol actual y que el Depor no tiene. No vamos a dudar en ningún momento de las capacidades de Andone, uno de los jugadores de más nivel de la plantilla, pero es cierto que no es un killer. Es un jugador capaz de crearse por sí mismo un número increíble de oportunidades, pero no tiene tanta facilidad para llevarlas a acabar al fondo de la portería. Un equipo que lucha por lo que buscan luchar los coruñeses este año (salvarse con tranquilidad y sin agobios) tendría en un cazagoles un recurso muy valioso para conseguir el objetivo.

En ese contexto, Lucas lleva apareciendo prácticamente desde que se fue como la opción deseada por la dirección deportiva y la afición. Es un jugador que se adecua perfectamente a ese estilo de juego inexistente de este Depor de balones para arriba y confianza en que los recoja alguien para correr hacia área rival. El ahora mismo futbolista del Arsenal demostró en Coruña que sabía jugar a eso, y poder asumir sus servicios conllevaría hacer efectiva la única opción del Deportivo de hacerse con un delantero Top 5 de España, algo que haría subir varios escalones al equipo. Ningún plan B para el ataque sería efectivo, ninguno de los nombres que suenan más allá de Lucas Pérez asegura gol. El contexto del Depor es delicado, y a dos días del cierre de mercado y teniendo en cuenta los esfuerzos centrados en su figura, sólo se puede describir de esta coyuntura de una manera: Lucas Pérez o barbarie.

20 ago 2017

La Eurocopa que Franco no quiso ganar


Recientemente finalizó la celebración de la última edición del principal torneo de selecciones a nivel Logo oficial de la EURO 1960europeo con la victoria final de Portugal. No obstante, esta edición poco tuvo que ver con la primera de ellas, que tuvo lugar hace ya más de medio siglo. Las ideas sobre crear un campeonato de naciones a nivel europeo comenzaron a mediados de la década de 1920, pero debido al complicado panorama geopolítico del continente en aquel tiempo no fue hasta 30 años más tarde cuando se comenzaron a llevar adelante los trámites necesarios para hacerlo realidad .

La primera de todas las ediciones de este campeonato se disputó en 1960 y, de la misma forma que la que se disputó este año, Francia fue el país encargado de albergar su fase final. El formato era muy distinto a lo que conocemos ahora: Comenzó con 17 equipos (este atípico número se dio debido a que Eire y Checoslovaquia disputaron una ronda preliminar para decidir qué selección se metería entre los 16 elegidos) jugándose la clasificación para la fase final en eliminatorias a ida y vuelta. Serían los 4 mejores los que acabarían entrando en la fase decisiva en territorio galo.

Aquel pionero torneo contó con ausencias destacables, pues la RFA, Italia, Holanda e Inglaterra rehusaron participar en una competición a la que no veían sentido, pero el resto de las grandes naciones sí se decidieron a participar. La primera ronda eliminatoria transcurrió con normalidad, con España clasificándose de manera muy cómoda ante Polonia, con un acumulado de 7-2 tras los dos encuentros. El combinado español, con jugadores como Di Stéfano, Kubala, Luis Suárez o Selección española EURO 1960Gento, se perfilaba como una de las grandes favoritas para levantar la copa, pero en la segunda ronda (disputada por 8 equipos) un hecho insólito ocurrió: el azar llevó a España a emparejarse con la URSS, y el gobierno de Francisco Franco se lo tomó como algo personal.

Con un equipo cuya base estaba formado por el Real Madrid que había conseguido cinco Copas de Europa consecutivas y los añadidos de Kubala y Suárez, ni los más pesimistas podrían pensar que el equipo soviético (a pesar de que llegaban como vigentes campeones olímpicos) podría plantar cara a un conjunto que lo tenía todo para hacer algo grande. No obstante, su propio gobierno fue quien rompió el sueño de aquel soberbio grupo de jugadores. El anuncio de que la selección se retiraría de la competencia se produjo, de manera cruel, el 25 de mayo de 1960, justo dos días antes de que la expedición española emprendiese el viaje previsto al país soviético, gran enemigo del gobierno español después de que se convirtieran en la única gran potencia mundial en ofrecer apoyo activo e incondicional a la causa republicana durante la Guerra Civil.

Los jugadores se sintieron indignados y pidieron explicaciones inmediatas a la Federación, que se limitó a informar de que las órdenes llegaban de arriba. Nadie podría creerse que, a sólo una ronda de entrar en la fase final, asuntos políticos se inmiscuyeran en el trabajo realizado para conseguir alzarse con la victoria en el torneo. Se dijo que Franco no quería exponer a los jugadores a un viaje a terreno hostil, pero quizás la propia normativa de la competición pudo hacer que el orgullo del dirigente se viese herido al saberse obligado a reproducir en territorio español el himno comunista y permitir a los simpatizantes de la selección rival acudir al estadio a entonar sus cantos. El panorama era inaceptable desde su perspectiva, y mucho más teniendo en cuenta que la posibilidad de una derrota existía. De esta forma, el 26 de mayo la Federación anunció a la UEFA en un breve Viñeta soviética prohibición Franco URSScomunicado que su equipo no acudiría a la cita. Se consumaba así la autoeliminación del combinado español.

Las reacciones en el bando contrario no se hicieron esperar. Desde la URSS quisieron sacar rédito político acusando a Franco de cobarde y sumiso, insinuando que se había rendido a las exigencias de sus amos americanos (que toleraban su dictadura a cambio de ciertos privilegios en la península). Con el paso del tiempo y la llegada de la democracia, muchos antiguos internacionales lamentaron aquel incidente que les privó de conseguir el ansiado título, pero ya no había vuelta atrás. La decisión de Franco llevó a la  Unión Soviética a ganar el título y encumbró a Yashin como uno de los mejores porteros de la historia tras su magnífica actuación en la fase final del torneo.

16 ago 2017

El día que Francia fue verdiblanca


  Por Rubén López | rubenlopezfcp@gmail.com

El fútbol de antaño tenía ciertos arrebatos de natural espontaneidad que en la actualidad resultarían Francia Atlético Kimberley Mundial 1978chirriantes dentro de un mundo balompédico milimetrado y casi militarizado en cuanto a rutinas y protocolos. Hace unas décadas existía cierto espacio para los malentendidos sin que pasase nada especialmente grave. No había mofas en Twitter ni nadie se llevaba las manos a la cabeza de manera vehemente cuando algún pequeño error ocurría. Simplemente sucedía y se le buscaba solución para que el balón siguiera rodando.

Algo perfectamente enmarcable entre esos inesperados escollos en el camino sucedió durante el evento por excelencia del fútbol moderno: el Mundial. En su edición de 1978, en tierras argentinas, una mala política de comunicación de la FIFA llevó a un malentendido que acabó con la selección francesa jugando con unos colores que difícilmente podrían asociarse al país galo de alguna manera, por remota que fuese.

Aquella selección francesa no era precisamente la mejor de su historia. Si bien tenía entre sus filas a jugadores importantes como un joven Michel Platini o Marius Trésor, que ejerció de capitán, era una plantilla a la que le faltaba subir un peldaño para poder competir al nivel de las mejores de la época, y no en vano acudía a su primera cita mundialista desde Inglaterra 1966. Se estaba gestando la generación que cosecharía un cuarto y un tercer puesto durante la década siguiente, aunque quedaban por llegar pilares básicos de aquellos logros, como Tigana o Giresse. Pero este artículo no está encaminado a hablar de la deriva seguida por la selección francesa de aquella época, sino de lo ocurrido en el último partido del grupo 1 en el campeonato de Argentina 1978.

El 10 de junio de aquel año se jugaba la tercera y definitiva jornada en el grupo en el que coincidían Italia, Argentina, Francia y Hungría, y las dos últimas se enfrentaban en un partido sin trascendencia, pues ambos países se sabían ya eliminadas del torneo. En ese contexto de cierta apatía y pereza por jugar un partido sin interés más allá del puro juego, se produjo un intercambio de informaciones erróneas entre la FIFA y los equipos, que acabó con ambos conjuntos presentándose en el estadio con camiseta blanca. A pesar de que las equipaciones de ambos equipos eran roja por parte de Hungría y azul por parte de sus rivales, las televisiones en blanco y negro que todavía eran mayoría por aquella época hacían que se debiera tener especial cuidado a la hora de combinar las indumentarias de los equipos rivales, pues había colores diferentes que resultaban difíciles de distinguir entre sí en ese tipo de aparatos, y debido a ciertos errores a la hora de coordinar esto se Francia Atlético Kimberley 1978notificó a ambos conjuntos que se resentaran en el terreno de juego con la equipación visitante, que en los dos casos era de un impoluto blanco.

Ante la imposibilidad de conseguir las equipaciones titulares por parte de ninguno de los dos equipos por la inmediatez del inicio del encuentro, llegó el momento de la improvisación. Entre la expedición francesa surgió la idea de buscar la sede de algún club local que pudiese prestar sus equipaciones como medida de urgencia, y el modestísimo Atlético Kimberley (que a día de hoy disputa la cuarta categoría argentina) acudió a la llamada. Prestaron a los franceses sus equipaciones, de franjas verdiblancas, y el partido comenzó con una hora de retraso, resultando en victoria para los franceses por 3-1, convirtiendo al Kimberley en el primer y único equipo no internacional hasta la fecha cuya camiseta logró una victoria en un partido de un Mundial.