2 ago 2016

Un portero colosal



Por Rubén López | rubenlopezfcp@gmail.com


Aquel que siga con asiduidad esta página sabrá que me gusta especialmente hablar de fútbol histórico. La actualidad tiene su atractivo y resulta interesante debatir sobre lo que está pasando a día de hoy en el mundo del fútbol, pero también es cierto que eso es algo que abunda bastante en otros medios con más recursos y más sabiduría para hacerlo. Echar la vista atrás y conocer historias y anécdotas del pasado más remoto es algo menos común en los medios dedicados al fútbol, y muchas veces se encuentras situaciones dignas de mención y que ahora serían impensables. El hombre del que hablaremos hoy es uno de esos pioneros de este deporte que difícilmente podríamos asimilar ver en el fútbol profesional moderno.

William Henry Foulke nació en 1874 el condado de Shropshire. Desde muy joven comenzó a trabajar en minas de carbón, y comenzó a jugar de portero en los partidos que jugaba con sus compañeros de la empresa Blackwell Colliery. Foulke se ganó un nombre en el fútbol aficionado por sus buenas maneras, pero también porque destacaba sobre el resto a simple vista: rozaba los dos metros de altura. 

En 1894, el Sheffield United lo compró por la escalofriante cantidad de 20 libras, y rápidamente se hizo con el puesto de portero titular, dejando en el banquillo a Arthur Wharton (el primer futbolista profesional negro de la historia). Allí se convirtió rápidamente en una de las estrellas del equipo, consiguiendo  bajísimas cifras de goles en contra y llegando a debutar con la selección inglesa en 1897. No obstante, fue su primera y única internacionalidad, pues su relación con la federación inglesa nunca fue la mejor debido a su fama de ir contra las reglas. No en vano, era conocido por su tendencia a abusar de las pérdidas de tiempo cuando le convenían e incluso en alguna ocasión llegó a colgarse del larguero disparos de larga distancia para curvarlo hacia abajo ligeramente y hacer la portería más pequeña, por insólita que parezca esta práctica. Tuvo también un polémico incidente con un delantero del Liverpool, George Allan, tras un encontronazo en el área que Foulke no se tomó bien: levantó a a Allan en el aire por una pierna, lo puso del revés y lo soltó al suelo. El árbitro no se lo pensó mucho antes de pitar penalty.

No obstante, lo que le hizo digno de mención especial no fue su buen hacer el la portería ni sus puntuales prácticas antideportivas, sino sus imponente físico. A pesar de que cuando empezó en el fútbol profesional era un jugador más bien delgado, con el paso del tiempo comenzó a ganar peso de manera desmedida, ganándose el sobrenombre de 'Fatty' (Gordinflón). Al corpulento portero nunca parecieron, no obstante, afectarle los motes, pues en una ocasión llegó a pronunciar las siguientes palabras:

"No me importa lo que me llamen, siempre que no me llamen tarde para comer"

Poco importaba, aún así, su notable exceso de peso. Siguió como titular indiscutible y consiguiedo ser habitualmente uno de los porteros menos goleados de la Division One. Con él en la portería, el Sheffield United vivió la etapa más exitosa a nivel de títulos de su historia.Ver a un gigante de casi dos metros y 125 kilos defendiendo la portería rival y luciendo unos reflejos sorprendentes para su tamaño era un panorama aterrador para cualquier delantero. Su imponente personalidad sobre el campo siempre se hacía notar, y difícilmente podía ganársele un balón en el área pequeña sin acabar malparado. Un ejemplo de esto pudo verse en un derby ante el Sheffield Wednesdey, en el que un rival chocó contra Foulke y lo desequilibró, haciendo que el colosal guardameta cayese con las rodillas sobre su espalda. Foulke confesó más tarde que se llevó uno de los mayores sustos de su carrera cuando miró hacia abajo y vió la expresión del jugador, creyendo que lo había matado (aunque por fortuna no fue así). 

A pesar de que consiguió mantener un buen nivel durante bastantes años, los excesos tienen un precio y siempre se llega a un límite. Su peso no dejaba de incrementar, y en sus últimos tiempos en Sheffield mermaba en gran medida su capacidad de reacción. Los delanteros sabían que podían batirle fácilmente con disparos rasos y solían probar con éxito esa vía. Los aficionados rivales empezaron a aprovechar su mala situación para burlarse de él, y su club le propuso una importante rebaja de sueldo debido a su bajo rendimiento que no quiso aceptar. Foulke recogió sus cosas y fichó por el recientemente fundado Chelsea en 1905 en un traspaso valorado en 50 libras.

En el equipo londinense tuvo un buen rendimiento, aunque alejado del de sus mejores tiempos, y sus malos hábitos alimentarios seguían presentes. Decían de él que  solía llegar antes que nadie a desayunar y aprovechaba para comerse la comida dispuesta para toda la plantilla. Su paso por el Chelsea fue efímero, y después de una sola temporada fichó por el Bradford City, donde su rendimiento fue ya poco destacable. Terminó su carrera deportiva en 1907, pesando más de 150 kilos.

Pueden verse algunos instantes de Foulke en acción filmados durante un Sheffield - Bury de 1902 (todavía lejos de su record de peso) a partir del segundo minuto del siguiente vídeo:


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