25 ago 2015

Barbados - Granada, el partido del caos


 Por Rubén López | rubenlopezfcp@gmail.com
El 27 de enero de 1994, Granada y Barbados se enfrentaron en un partido de la liguilla de Unión Caribeña de Fútbolclasificación para la Copa del Caribe de aquel año. Su grupo lo formaban las dos selecciones implicadas en aquel partido y Puerto Rico y al incómodo hecho de que existiera un número impar de equipos se le sumó un par de reglas impropias de una liguilla: los partidos siempre debían tener un ganador, por lo que en caso de empate se jugaría una prórroga con la regla del gol de oro y dicho gol de oro contaría doble.

Con esta situación, Barbados encaraba aquel partido con desventaja, pues habían perdido 1-0 contra Puerto Rico mientras que Granada había ganado a los portorriqueños con gol de oro, lo que equivalía a un 2-0. Por ello, necesitaban ganar de dos goles aquel partido para hacer favorable la diferencia y ponerse líderes. La mezcla de todos estos factores desembocó en una situación difícil de asimilar.

Los barbadenses jugaban en casa, y el encuentro transcurrió con normalidad durante gran parte de los 90 minutos de juego reglamentario. Los locales habían conseguido establecer el marcador que necesitaban, un 2-0, de manera cómoda y bastante rápida, con lo que pasaron buena parte del partido defendiendo su ventaja. No obstante, cuando Granada anotó en el minuto 83 un gol que suponía el 2-1, el pánico se dejó ver en un Estadio Nacional de Barbados que veía a su selección cerca de ser eliminada. Trataron de anotar otro gol durante los siguientes minutos, pero no lo consiguieron. Debido a la imposibilidad de alcanzar el 3-1 y la inmediatez del pitido final, se decidió un cambio de táctica drástico.

A falta de pocos minutos para el final del partido, uno de los defensas de la selección local se acercó a su propia portería, y después de unos segundos intercambiando pases con su portero, introdujo el balón en la portería, estableciendo deliberadamente el empate. ¿Por qué alguien en su sano juicio haría esto? La respuesta está en las atípicas reglas de la competición: de esta forma, tendrían 30 Barbados Granada 1994minutos más para marcar un gol que además contaría doble y les daría la victoria automáticamente. No tenían ya nada que perder, y todo por ganar.

Cualquiera podría pensar que esa fue una maniobra sorprendente y motivo sobrado para merecer la redacción de este artículo, pero lo cierto es que lo que vino después fue menos habitual aún. Después del desconcierto inicial, los futbolistas de Granada comprendieron la estrategia y se dieron cuenta que la habían llevado a cabo demasiado pronto. Todavía quedaba tiempo, y un gol en cualquiera de las porterías les daría la clasificación, por lo que dejaron de atacar sólo el área rival y se volcaron de lleno a intentar batir a cualquiera de los guardametas. Esto provocó una situación completamente absurda, con un equipo intentando anotar donde pudiera y el otro defendiendo las dos áreas. Finalmente, el gol no llegó y la prórroga tuvo que ser disputada. El que marcase el gol de oro estaría clasificado.

En el tiempo extra todo fue mucho más normal. Ambos equipos buscaban el gol, pero sólo uno se lo llevó. Los locales acabaron siendo los beneficiados de su propia táctica del caos, y con un tanto después de cuatro minutos de juego se llevaron la victoria. El grupo acabó con un triple empate a tres puntos entre los tres competidores, pero sólo Barbados pudo clasificarse. El entrenador de Granada criticó duramente las reglas del torneo después del partido, y el gol de oro nunca más fue usado en la Copa del Caribe tras la edición de 1994.


2 comentarios:

  1. Historia que desconocía por completo

    Maravilloso artículo

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  2. Yo tampoco la conocía, pero cuando me encontré con ella la vi digna de ser rescatada.

    Muchas gracias.

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