30 jul 2015

Las polémicas del '66


 Por Rubén López | rubenlopezfcp@gmail.com

En 1961, Sir Stanley Rous accedió al cargo de presidente de la FIFA. Rous, un distinguido árbitro retirado inglés, tenía entre ceja y ceja hospedar en su país un Mundial, y ese sueño se cumplió cuando se le concedió la organización de la edición de 1966 a Inglaterra. Lo que Rous no sabía, sin embargo, es que aquella edición tendría más inconvenientes de los esperados. 

  • El desprecio a Asia y África
Los conflictos empezaron cuando se anunció el sistema de clasificación. Las selecciones africanas y Stanley Rousasiáticas tenían reservada una sola plaza para disputarse entre ambas regiones, lo que no sentó bien especialmente en las federaciones de África, que llevaron a cabo un boicot al torneo, retirándose del mismo antes de empezar (Corea del Norte fue el país finalmente clasificado). También en este contexto hay que destacar la prohibición a la selección de Sudáfrica de participar en la edición, debido a sus polémicas políticas de Apartheid. Todo esto enturbiaba desde el inicio una edición en la que también se hablaba de que el calendario era curiosamente favorable para los anfitriones y que eln porcentaje de árbitros locales era también bastante superior a los extranjeros.

  • La desaparición del trofeo y un improvisado descubridor
Esta confluencia de agravios comparativos e insinuaciones de favores premeditados hacia los organizadores no fue más que el principio de uno de los mundiales más accidentados de la historia. La anécdotas estrella (y quizás una de las más recordadas de la historia de este evento) fue el robo de la Copa Jules Rimet, el trofeo que hasta 1970 se daba a los campeones del torneo. El trofeo se Copa Jules Rimetencontraba expuesto en el Central Hall de Westminster, formando parte de una importante exhibición anual de sellos tras haber conseguido un permiso especial para exponerla al público con motivo de la inminente celebración del Mundial en territorio inglés, con la exigencia de tenerla vigilada en todo momento.

A pesar de las estrictas condiciones de seguridad y a menos de cuatro meses del inicio del campeonato, la copa desapareció en algún momento del día 20 de marzo de 1966, después de que los guardias dieran la alarma al no encontrarla en su lugar en una ronda nocturna. En medio de la confusión, el por aquel entonces presidente de la FA (Joe Mears) recibió una misteriosa llamada advirtiéndole de que recibiría un envío importante en su casa, un misterio que quedó resuelto el día después del robo, cuando abrió el esperado paquete y encontró un trozo del trofeo y la exigencia de una recompensa (15000 libras) para recuperarlo, junto a detalladas instrucciones sobre cómo entregarla, todo ello firmado por un nombre en clave, 'Jackson'.

Ante esto, Mears acudió a la policía, y cuando los ladrones llamaron a su casa para continuar con la extorsión, un agente se puso al teléfono. Este, haciéndose pasar por un ayudante de Mears, convenció a Jackson para encontrarse en un parque londinense y formalizar el intercambio del dinero por el valioso objeto, todo ello prometiendo que no habría policía de por medio. 

Al llegar el momento del intercambio, el policía supo engañar a Jackson con un maletín que contenía sólo una pequeña cantidad de dinero real, siendo el resto simples papeles, pero mientras el ladrón los guiaba en coche hasta el trofeo se dio cuenta de que una furgoneta policial les seguía y trató escapar, aunque fue atrapado de nuevo tras una breve persecución y detenido, identificándolo Pickles Jules Rimetcomo un antiguo soldado y ladrón de poca monta. Fue acusado del robo, a pesar de que se defendió diciendo que sólo era un mediador al que le habían ofrecido 500 libras por aquel trato.

Siete días después de aquel evento, y con la investigación en punto muerto, todo se resolvió de manera sorprendente cuando un perro llamado Pickles paseaba por las calles de Londres y se detuvo a olisquear con insistencia el seto de un jardín. Ante este comportamiento, su dueño observó lo que había encontrado su perro y se encontró un objeto rodeado de papel de periódico, que una vez liberado de su envoltorio resultó ser la Copa Jules Rimet. El robo estaba de esta manera subsanado, pero no resuelto (nunca se descubrió al ladrón real), y el perro se convirtió en una estrella nacional, llegando a realizar diversas apariciones televisivas.

Como curiosidad, el trofeo original fue robado de nuevo en Brasil (tras ganarlo tres veces, la canarinha lo tenía en propiedad) en 1983 pero, aunque se encontró a los culpables, hasta el día de hoy no hay noticias del paradero de la copa.

  • El escándalo definitivo
Como si un Mundial tan accidentado no pudiese acabar de otra manera, en la final del campeonato se vivió una de las polémicas más sonadas de la historia del campeonato. Se enfrentaba la anfitriona contra Alemania Federal, y en los 90 minutos reglamentarios el marcador había sido de 2-2, por lo que correspondía jugárselo todo en la prórroga.


El empate se mantuvo durante los primeros diez minutos del tiempo añadido, pero en el minuto 101 Geoff Hurst 1966de partido llegó el momento de la confusión. Geoff Hurst, emblemático delantero del West Ham de los 60, recibió un balón en el área y, tras girarse, mandó un derechazo a portería que se estrelló contra el larguero y rebotó en la línea pero que en ningún momento entró. El colegiado suizo, Dienst, dio gol a instancias de su asistente y para desesperación de los alemanes, que veían cómo se les escapaba de las manos aquella final. El partido lo sentenció el propio Hurst en el último minuto, estableciendo un 4-2 que daba a Inglaterra su primer y hasta ahora único Mundial.

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