17 dic 2012

Recuerdos de fútbol (II): Generación del 98


 Por Rubén López | ruben@futbolconpropiedad.com
 
No hablaremos aquí de lo que se perdió en Cuba, ni de Valle-Inclán, Azorín o Unamuno. La generación del 98 de la que quiero hablar hoy es la que convivió en territorio francés entre el 10 de junio de 1998 y el 12 de julio del mismo año. En resumidas cuentas, los participantes del Mundial 1998.

El Mundial de Francia es el primer gran evento futbolístico de selecciones del que tengo memoria. Por aquel entonces todavía era un niño y no tenía las nociones tácticas y técnicas sobre el juego que pude ir aprendiendo (y todavía me queda mucho por conocer) con los años, pero recuerdo que en aquel torneo conseguí confirmar definitivamente que este deporte me iba a acompañar para siempre como mi principal pasatiempo. Me costará olvidar aquella primera gran final, aquel álbum de cromos que nunca parecía completarse y también, por qué no decirlo, aquella 'Copa de la Vida' de Ricky Martin que sonaba repetitivamente hasta en los lugares más insospechados durante aquel verano.

Dedicaré este artículo a los jóvenes que se consagraron en este torneo como grandes estrellas o proyectos de crack. Todos esos jugadores sub-23 que destacaron en aquella competición junto a otros más veteranos y con un nombre de prestigio ya por aquel entonces, como eran los Batistuta, Bergkamp, Desailly o el máximo goleador del torneo, Davor Suker, entre otros. Es imposible olvidar el mundial de los hombres citados, junto con el de los dos grandes consagrados de la selección francesa que ganó aquella competición: Zinedine Zidane y Lilian Thuram. Pero hoy no hablaremos de ellos, si no de los futbolistas que, desde su insultante juventud, se hicieron un nombre (o dieron la puntada definitiva al que tenían ya hecho) en territorio francés en aquel verano de 1998.



Ronaldo (Brasil), 21 años


El futbolista al que apuntaban todas las cámaras en cada partido de su selección. A sus 21 años, el de Ronaldo Nazario era un nombre que creaba pavor en los defensas rivales, y admiración en el aficionado. A pesar de su juventud llevaba 4 años en el fútbol europeo destacando de forma abrumadora sobre el resto. Era ya una estrella y su techo aún parecía estar lejos.

No decepcionó y fue uno de los nombres propios de aquel Mundial, liderando a su selección hasta la final con 4 goles y 3 asistencias. No obstante, cuando llegó la hora de la verdad, contra Francia, Ronaldo fue una sombra. Desapareció durante los 90 minutos y apenas se ofreció para recibir balones, provocando así que aquel partido la canarinha no pudiese desplegar su juego, un juego basado en gran parte en él. Aquella final se le escapó de las manos por no estar en condiciones para el juego, ya que años más tarde se desveló que horas antes de disputar aquel fatídico partido, el '9' de Brasil había sufrido severos problemas de salud debido a los cuales no debería haber jugado aquel encuentro.




Thierry Henry (Francia), 20 años


Su llegada al Mundial del 98 fue la antítesis de la de Ronaldo. Thierry Henry llegó a la gran cita en su tierra natal como un completo desconocido a nivel internacional y destacó en la selección campeona cuando nadie se lo esperaba. 

Había debutado con Francia sólo unos meses antes de la Copa del Mundo, y el seleccionador Aimé Jacquet estaba tan impresionado con sus aptitudes que decidió incluirlo entre los 22 elegidos para disputar la competición. Jugó en todos los partidos menos en la final, y se convirtió en el máximo goleador del combinado campeón.

Aquel torneo hizo que su nombre sonase por todo el mundo, y fue el principio de su indiscutibilidad en el combinado bleue, con el que llegó a disputar 123 encuentros.


Michael Owen (Inglaterra), 18 años


Todavía ni se imaginaba que tres años después llegaría a ser Balón de Oro, pero Michael Owen ya despuntaba en el Liverpool con tan sólo 18 años, algo que le valió para ser llamado por Glen Hoddle para disputar el último Mundial de la década de los 90.

El momento más recordado de su participación en el torneo fue su gol ante Argentina,  demostrando una soltura y atrevimiento impropias de un adolescente al que todo el mundo está mirando. Inglaterra quedó apeada precisamente en aquel partido de dieciseisavos, pero Owen nunca olvidará su primer gran torneo a nivel de selecciones, en el que disputó los cuatro encuentros de su selección, dos de ellos como titular, y se convirtió en el máximo goleador de los suyos con 2 tantos, empatado con todo un mito como Alan Shearer.





Juan Sebastián Verón (Argentina), 23 años


'La Brujita' dio en Francia una demostración de visión de juego y pase. Formando como titular en todos los partidos de su selección, el por aquel entonces jugador de la Sampdoria ejerció de pivote organizador por detrás de Ariel Ortega y con Diego Simeone como guardaespaldas.

En Francia 98 se destapó como un creador de juego y gran asistente, un lujo para el juego combinativo de cualquier equipo que apostase por jugar al fútbol ofensivo, y consiguió el interés de los grandes de Europa.  Gracias a su actuación se ganó ser fichado por aquel sorprendente Parma que consiguió la Copa de la UEFA en el 99.


Marcelo Salas (Chile), 23 años


 

Por aquel entonces, el Matador era ya un  ídolo para la afición chilena junto con su compañero de ataque en el torneo, Iván Zamorano, pero todavía tenía 23 años y no había dado el salto a Europa, algo que se ganaría tras su buena actuación en esta competición.

Marcó 4 de los 5 goles de su selección en Francia, y dio muestras de ser un jugador que siempre sabía donde estar, con una definición más que notable de cara a puerta y la suficiente garra para llegar a los balones más complicados. 

Aquella actuación le valió ser traspasado ese mismo verano a la Lazio, que pagó una importante cantidad por hacerse con sus servicios. Era sólo el principio de la leyenda de un jugador que acabaría por convertirse en el máximo goleador histórico de su selección.

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