21 jul 2011

Oda a Arsenio


Por Rubén López | ruben@futbolconpropiedad.com

Al igual que hizo en su día el mítico grupo coruñés Os Diplomáticos de Monte Alto, hoy me dispongo a escribir mi particular Oda a Arsenio. Un hombre que cambió la forma de entender el fútbol de los 90, por lo menos para algunos, reduciéndolo a leyes tan simples como ''En el fútbol sólo hay dos situaciones: cuando tenemos el balón y cuando lo tiene el contrario''.

No me entretendré a alabar la figura de O Raposo en particular (que también es digna de respeto, sobre todo para la parroquia deportivista) sino de los entrenadores, o gente de fútbol en general, abiertos, humildes y cercanos, una raza a la que pertenecía y pertenece el emblemático ex jugador y entrenador de Arteixo. Ese tipo de gente campechana y sencilla que de unos años a esta parte fueron desapareciendo del deporte rey, o más bien, se les fue permitiendo aparecer menos, dejando paso al primer plano de la actualidad a un tipo de personalidades menos accesibles.

No nos engañemos, también en su tiempo el señor Iglesias era un personaje atípico. Siempre hubo entrenadores (así como jugadores, presidentes...) de meticulosidad exquisita y personalidad inexpugnable, pero no existía ese aura inalcanzable que rodea a día de hoy a los Guardiola o Mourinho. El fútbol se va deshumanizando poco a poco, en muchos casos nos sorprendemos adorando a dioses terrenales en vez de simplemente admirar a deportistas. Es lo que vende. Esa idealización del 'hombre de fútbol' crea expectación y la expectación genera público, algo que en el modelo actual se busca con ahínco.

Cada palabra del mister de hoy en día en rueda se mide con milimétrica precisión (hay excepciones) e incluso se echa mano del noble arte de la interpretación dramática para crearse personajes propios, que llegan a tener su propio antagonista en otros banquillos (vease la eterna lucha Mourinho-Guardiola, cada uno que elija como villano a quien prefiera).

La teatralización de las ruedas de prensa está llegando a extremos insospechados, hasta el punto de realizar coberturas especiales de las mismas pretendiendo hacerlas más importantes que los propios partidos.

Se da un exceso de protagonismo a la palabra de una persona que no salta al césped, sin llegar a pensar que en este deporte, donde se habla es en el campo y con el balón en los pies. El panorama pinta mal cuando lejos de darse cuenta del error que supone hacer del fútbol el nuevo Pressing Catch, existen juntapalabras (???) obsesionados con seguir haciendo de este deporte una pelea de gallos en la que sólo cuenta si Mou es mejor que Pep, si tus fichajes son más caros que los míos y, por supuesto, si Madrid o Barça. Que Dios reparta suerte.

3 comentarios:

  1. La llegada de Bielsa anima las ruedas de prensa, batallas en ocasiones más grandes que los noventa minutos de un partido.
    Saludos!

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  2. Me ha encantado lo de juntapalabras, menudos 3!!!

    gran artículo!

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  3. Bielsa es un tipo bastante curioso, da espectáculo cuando en realidad lo que busca es no hablar con la prensa.

    Y esos 3 igual me pasé llamandoles juntapalabras, se les queda algo grande el calificativo

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